despertarla después de una pesadilla

603 26 0
                                    

Sentías que apenas podías respirar mientras te sentabas en la cama. Los recuerdos de la terrible pesadilla que se repetían en tu mente hacían que el terror y el pavor que sentías hace unos instantes siguieran perdurando.

Te pusiste la mano en el pecho y cerraste los ojos, tratando de respirar profundamente para intentar recuperar el aliento y reducir el ritmo acelerado de tus latidos. De repente necesitabas a Lisa; necesitabas asegurarte de que estaba bien porque la pesadilla te había hecho temer que no lo estuviera.

—¿Lisa? ¿Lisa?—. Susurraste y buscaste en la cama. El alivio te invadió cuando tu mano se posó en su espalda que subía y bajaba constantemente mientras ella respiraba suavemente. Aunque no era exactamente tu intención, no pudiste evitar sentirte reconfortado cuando ella despertó a tu suave pero tembloroso toque.

—¿T/n?—. Ella se frotó el sueño de sus ojos para verte mejor. —¿Está todo bien?

—S-Sí—. Tartamudeaste y Lisa pudo ver a través de tu mentira. —Tuve una pesadilla.

—Oh...—. Ella puso su brazo alrededor de ti y te atrajo entre sus piernas. —¿Quieres hablar de ello?

Te encogiste de hombros y apoyaste la cabeza en su pecho. El sonido de los latidos de su corazón te tranquilizaba.

—Fue realmente horrible. Realmente no quiero hablar de ello, pero tenía que asegurarme de que estabas bien, tenía miedo de que no lo estuvieras.

Lisa te hizo callar suavemente. —Estoy bien, T/n, y tú también. Lo que sea que haya pasado fue sólo un sueño, un sueño muy malo. Pero todo va a estar bien. Estoy aquí, aquí mismo, y las dos estamos a salvo.

Asentiste y pronto la sensación de temor y miedo fue sustituida por una sensación de seguridad y tranquilidad.

Con los brazos de Lisa envolviéndote y el sonido de los latidos de su corazón en tu oído, sentiste que todo iba a estar bien y los flashbacks pronto se desvanecieron en el fondo de tu mente y finalmente desaparecieron.

—¿Estás bien? —, se preguntó Lisa después de que pasaran unos minutos de silencio. Bajó la mirada hacia ti y te dio un persistente beso en la frente.

—Sí, estoy bien.

Se recostó lentamente y tu cabeza cayó justo en su pecho. —Te tengo, cariño. Todo va a estar bien—. Te lo prometió y continuó dándote besos en la frente y susurrándote palabras de consuelo al oído.

Bostezaste cuando el sueño te alcanzó de nuevo y, gracias a la comodidad de los brazos de Lisa, te sentiste lo suficientemente segura como para volver a dormirte.

—Te amo, T/n. Puedes volver a dormir. Todo irá bien, estoy aquí para mantenerte a salvo—. Te dio unos cuantos besos en la frente y vio cómo te volvías a dormir, feliz de que te sintieras lo suficientemente segura con ella como para volver a dormirte después de la terrible pesadilla que habías tenido.

Lisa Imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora