La primera vez que pasas la noche

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El estruendo de un trueno te hizo desviar la atención de la película que Lisa había puesto. Miraste por la ventana y viste que llovía a cántaros. El relámpago cayó, sobresaltándote. Miraste la hora en tu teléfono antes de volver a mirar a Lisa.

—Debería irme antes de que se ponga realmente mal afuera.

Lisa se burló y te tiró al suelo cuando intentaste levantarte. —Ya está mal. No seas tonta, T/n. No voy a dejar que conduzcas a casa con este clima.

Podías ver la preocupación nublando sus ojos. —Entonces, ¿qué debo hacer?

—Quédate aquí conmigo—. No pudiste evitar que la sonrisa te tirara de los labios.

—¿De verdad? —. Ella asintió. —Bien. ¿Debo dormir aquí en el sofá?

Ella frunció las cejas y luego se rió. —¡No, tonta! Te vas a quedar conmigo.

El corazón le dio un vuelco cuando tomó el mando a distancia y apagó la televisión. —Lo terminaremos mañana. Se está haciendo tarde y sé que ya estás cansada —. Dijo y te agarró de la mano, entrelazando sus dedos mientras se iban a su habitación.

—No tengo más ropa —. Murmuraste mientras te sentabas a los pies de su cama. Lisa fue a su armario y te pasó un par de sudaderas y una camiseta limpia.

—Ponte eso. Voy a prepararme en el baño, ya salgo.

Asentiste con la cabeza y la viste entrar en su baño, cerrando la puerta tras ella para darles a las dos algo de intimidad. Te pusiste rápidamente la ropa y dejaste el teléfono en la mesita de noche. Te recostaste en su cama. Era tan suave que casi te hacía sentir como si estuvieras flotando en una nube.

Oíste que la puerta se abría y que Lisa salía del baño. Tenía una sonrisa brillante en la cara al verte cómodamente tumbado en la cama. Subió la manta de su lado y se acostó a tu lado.

Se metió debajo y se acostó. —¿Quieres acercarte más? —. Preguntó vacilante y observó cómo te acercabas más y más a ella hasta que pudiste apoyar la cabeza en su pecho.

Te rodeó con su brazo y luego te tapó con la manta, asegurándose de que estuvieras calentita y cómoda.

—¿Cómoda? —. Preguntó, mirándote con una mirada de amor y felicidad en sus ojos.

—Mucho.

Te besó suavemente y se acercó para apagar las luces.

—Me gusta que estés aquí conmigo. Podría acostumbrarme a esto —. Murmuró mientras frotaba círculos en tu espalda.

—Yo también.

"¿Necesitas algo antes de que nos vayamos a dormir?" Sacudiste la cabeza con una sonrisa. "No, tengo todo lo que necesito aquí". Lisa esbozó una sonrisa y te besó la parte superior de la cabeza antes de que ambos os durmierais, esperando que hubiera más noches como ésta.

Lisa Imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora