—Hey, T/n. Estaba pensando que deberíamos ver una película esta noche. ¿Te parece divertido?—. Lisa preguntó mientras se sentaba en la cama a tu lado. Esperó unos segundos a que respondieras pero cuando no lo hiciste, volvió a preguntar. —¿T/n?—. Se quejó, observando cómo te desplazabas por tu feed de Instagram y te reías por el camino de algunas de las publicaciones tontas que encontrabas.
Soltó un pequeño suspiro antes de tumbarse a tu lado. Observó cómo movías los ojos mientras leías algo antes de volver a desplazarte por tu feed.
—Si no me contestas, no me dejas otra opción—. Advirtió, preguntándose si eso haría que la miraras, pero no fue así.
Te arrebató el teléfono de la mano y la miraste al instante, con los ojos muy abiertos y confundida.
—Lisa, ¿qué...?
Tus palabras fueron cortadas por sus suaves labios contra los tuyos. Le devolviste el beso con la misma pasión con la que ella te besaba a ti, sintiéndote cada vez más atraída por el sabor de sus labios cada vez que se movían en sincronía con los tuyos.
—¿A qué ha venido eso? No es que me queje—. murmuraste sin aliento.
Ella se encogió de hombros, pero podías ver esa sonrisa en su cara tan clara como el día.
—Sólo quería llamar tu atención. Estabas tan ocupada con el teléfono. Te estaba hablando e iba a envolverte en un gigantesco abrazo de koala, pero esto me pareció mejor.
Soltaste una risita y le quitaste el móvil, pero sólo para dejarlo sobre la mesa junto a la cama. Tu mente estaba en otra parte ahora.
—Bueno, ahora sí que tienes mi atención.
Echó la cabeza hacia atrás riendo.
—Deberías llamar mi atención así más a menudo—. Sugeriste y te encontraste en sus brazos sólo unos segundos después cuando te tiró encima de ella y te abrazó fuerte.
—Tal vez lo haga—. Sonrió. —¿Te apetece ver una película esta noche?
Jadeaste excitada. —¿Bromeas? ¿Tiempo de calidad y mimos con mi novia? ¿Por qué iba a dejar pasar eso? Le acariciaste la mejilla y la besaste una vez más antes de darle el mando a distancia. —Tú eliges esta noche. Yo elegí la última vez.
Apoyaste suavemente tu cabeza en su pecho y te peinó el cabello con los dedos. Se tomó un momento para mirar todas las opciones hasta que encontró la perfecta para que la vieran juntas.
Estaba mucho más contenta ahora que tenía tu atención, porque era lo único que realmente quería.
