Le das un anillo de Promesa

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Lisa suspiró felizmente cuando tu aliento se abanicó contra su mejilla seguido del suave roce de tus labios.

—¡Feliz cumpleaños!—. Dijiste emocionado antes de besarla por toda la cara haciéndola reír alegremente.

—Gracias. No se me ocurre mejor manera de pasarlo que contigo—. Acarició tus mejillas y tiró de ti para darte un beso, uno que esperaba que durara mucho más de lo que realmente duró.

—Así que quiero que este día sea completamente tuyo, mi amor. Y quiero empezar dándote algo especial.

Lisa frunció un poco el ceño cuando te zafaste de sus brazos y saliste de la cama. Te acercaste a tu cajón de los calcetines en busca de algo especial que tenías para ella y que habías estado escondiendo allí.

—¡Me hace tanta ilusión darte esto!—. Soltaste una risita y volviste a meterte en la cama con ella. —Cierra los ojos.

Ella hizo lo que le dijiste, una amplia sonrisa apareció en su rostro cuando sintió que rodeabas sus dedos con los tuyos y llevaste su mano a tus labios para darle unos suaves besos. Sintió que le ponías algo frío en la mano antes de que le dijeras que abriera los ojos.

Ella jadeó cuando vio el hermoso anillo en la palma de su mano.

—Whoa... T/n, es impresionante. — Susurró con asombro.

—Al igual que tú. Estuve dándole vueltas a qué regalarte durante días, pero entonces vi esto y lo supe. Es un anillo de promesa, y dice "Te amo". Porque te amo. Te amo muchísimo.

Lisa te miró y luego volvió a mirar su mano. Tomaste el anillo de la palma y se lo deslizaste lentamente en el dedo.

—Y te prometo que siempre te querré. No eres sólo mi novia, también eres mi mejor amiga, y nada cambiará jamás lo importante que eres para mí. Te lo prometo.

Lisa miró el anillo y soltó una risita llorosa mientras lo hacía girar alrededor de su dedo. —Es el mejor regalo que me han hecho nunca. Es tan significativo y tan perfecto. Como tú, cariño. Gracias.

Te subiste a su regazo y ella te abrazó con fuerza, plantándote un montón de besos a un lado de la cabeza.

—Me alegro de que te encante. Te amo mucho.

Un calor se extendía por su corazón cada vez que decías esas palabras y cada vez que miraba ese anillo.

—¡Se lo voy a enseñar a todos mis conocidos!—. Soltó una risita y enganchó los dedos bajo tu barbilla, acercándote para darte unos cuantos besos más. —Este ya es el mejor cumpleaños de mi vida. Te quiero mucho.

Le pasaste los dedos por el cabello y le enredaste suavemente algunos mechones. Viste la mirada de amor en sus ojos; la mirada que nadaba en tus propios ojos cada vez que la mirabas.

—Yo también te quiero. Feliz cumpleaños, mi niña. Te mereces el mundo.

Lisa Imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora