Quieres su atención

799 48 0
                                    

Lisa tiendo un día libre estos días es bastante raro. Pero cuando se presenta, nunca se da por sentado.

Así que, ayer cuando te enteraste que tenía el día libre, planeaste todo el día, lo que a Lisa le hizo tanta ilusión como a ti.

Pero ahora, mientras están en el sofá intentando ver una película juntas, ella estaba ocupada con su teléfono.

Normalmente no te importa. Tienes la costumbre de hacer lo mismo. Pero llevas mucho tiempo esperando un día así con ella. Uno en el que ninguna de las dos tuviera que estar en ningún sitio ni preocuparse por hacer nada.

Gimiste, sintiéndote frustrada. -¿Lisa? ¿Puedes dejar eso, por favor? ¿Podemos por favor terminar esta película juntas?

Silencio.

-¿Lisa? ¿Por favor? -Hiciste un puchero mientras te acercabas a ella. Pero cuando ella seguía sin responderte y sólo dejaba escapar una carcajada mientras le llegaba un texto a través de su teléfono. Cruzaste los brazos sobre tu pecho y te preparaste para salir de la habitación, pero entonces otra idea vino a tu mente.

Volviste a mirar hacia ella, observando cómo se limitaba a mirar su teléfono con una sonrisa.

Suspiraste antes de subirte a su regazo y rodearla con tus brazos. Pusiste tu cabeza en su hombro y sonreíste contra su camisa mientras ella dejaba el teléfono.

-¿Estás bien? -Preguntó riendo.

-Lo estoy ahora que me estás prestando atención.

Empezaste a tararear mientras ella empezaba a frotarte la espalda. -Lo siento. Es que me acabo de encontrar enviando mensajes de las chicas.

La miraste con un pequeño puchero en los labios. -Lo sé. Es que las has visto casi todos los días durante semanas seguidas. Yo también quiero estar un rato contigo.

Besó tu frente y volvió a tomar su teléfono, pero sólo para apagarlo.

-Ya está. Soy toda tuya.

Acarició tu mejilla y luego te besó suavemente. Todavía estabas allí en sus brazos, incluso cuando la película empezó de nuevo.

Pero a Lisa no le importó. Después de no tener tiempo así contigo durante tanto tiempo, no quería que te soltaras nunca.

Lisa Imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora