Déjala ir - Parte dos

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Fue solo un poco más tarde cuando Lisa fue a acercarse a ti y solo sintió las sábanas contra la punta de sus dedos.

-¿T/n?-. Murmuró con cansancio mientras se sentaba y encendía la luz, buscando a su alrededor. -¿Nena? ¿Dónde estás?

Cuando no respondiste, ella comenzó a preocuparse. Sabía que no estabas en el baño porque la luz estaba apagada y la puerta abierta.

Pensando que debes estar abajo tomando agua o algo así, se levantó de la cama y fue a buscarte.

Bajó las escaleras y, preocupantemente, tú no estabas allí.

-¿T/n? Cariño, ¿dónde estás? ¡Me estás asustando!-. Gritó mientras miraba a su alrededor, su corazón latía contra su pecho por el miedo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Fue entonces cuando notó que tus zapatos ya no estaban junto a la puerta.

Corriendo de regreso a la habitación, revisó tu mesita de noche y se dio cuenta de que tu teléfono no estaba. Esto la hizo revisar el armario, donde guardas tus maletas y bolsos de lona, y notó que un par de ellos no estaban.

Ella maldijo por lo bajo mientras tomaba su teléfono. La hora decía que eran un poco más de las dos de la mañana. ¿Te habías ido a esta hora? Solo hizo que se preocupara más.

Llamó a tu teléfono pero fue directo al buzón de voz.

-¿T/n? ¿Por qué te fuiste? ¿A dónde fuiste? Llámame tan pronto como escuches esto. ¿Por favor? Tengo miedo-. Ella lloró mientras bajaba corriendo las escaleras para agarrar sus zapatos, poniéndoselos rápidamente.

A pesar de la hora, ni siquiera dudó en llamar a las chicas mientras tomaba sus llaves y salía por la puerta.

-¿Hola?-. Jisoo habló con cansancio mientras Lisa se dirigía a la acera, corriendo por la acera.

-¿Jisoo? ¿Has visto-

Se quedó helada cuando te vio sentada al final de la acera, con las piernas pegadas al pecho mientras llorabas. Todavía no estaba cerca de ti, pero estaba corriendo hacia allí, tratando de llegar a tu lado lo más rápido posible.

-Lisa, ¿sabes qué hora es?-. Jisoo gimió. -¿Por qué llamaste?

-P-Pensé que T/n se había ido.

-¿Qué?-. Preguntó Jisoo, claramente preocupada.

-Pero la encontré. Está bien. Hablaré contigo más tarde y te explicaré todo. Perdón por molestarte.

Terminó la llamada sin decir una palabra más a Jisoo cuando llegó a tu lado.

-¡T/n!

Levantaste la cabeza al escuchar su voz.

-¡Ahí estás!-. Ella jadeó, tratando de recuperar el aliento cuando se detuvo, sentándose a tu lado. -¿Qué estás haciendo? ¿Por qué te fuiste? ¿¡En qué estabas pensando!?

-Lo lamento-. Lloraste, con la cabeza baja. -No sabía qué más hacer.

Lisa se dio cuenta de lo mucho que todo esto te estaba lastimando. Entonces, en lugar de hacer más preguntas, decidió consolarte.

-Háblame-. Dijo suavemente mientras tomaba tu mano. -Estoy escuchando.

-Me siento abrumada. Sé que esta es tu vida y sé que no todo es malo, pero siento que mucha gente me odia. Aún más que eso, me preocupa que esto te afecte a ti y a las chicas de alguna manera. Como si, si yo no me fuera, si no mejoro las cosas de alguna manera, la gente dejará de apoyarte y todo será mi culpa. Empezarás a arrepentirte, a las chicas les empezaré a desagradar. Mi mente es un desastre. tengo muchos miedos, Lisa. No quiero ser la razón por la que pierdas fans.

-T/n-. Susurró suavemente, su corazón rompiéndose en su pecho. -Necesito que me escuches. ¿Está bien?

Levantaste la cabeza, mirándola a los ojos.

-Bien.

-Realmente lo que estoy a punto de decirte, es con todo mi corazón y mi alma: si te tengo a ti, perder a esos fanáticos no me molesta. Lo digo en serio, porque los fanáticos que realmente nos aman y nos adoran a nosotras cuatro se quedarán con nosotras y nos apoyarán pase lo que pase.

Esbozaste una sonrisa, a pesar de las lágrimas en tus ojos.

-Sé que soy un Idol y hago todas estas cosas increíbles y tengo tanta gente que me admira, pero al final del día, también soy una persona. Siempre quise enamorarme, y tú, mi dulce niña, hiciste que eso sucediera para mí. Porque estoy enamorada. De ti. La gente tendrá que aprender a lidiar con eso. Sigo siendo la misma persona que siempre he sido, solo que más feliz. Si los fanáticos no pueden ver eso, no somos tú ni yo las culpables. Son ellos. Si deciden que ya no quieren apoyar a Blackpink porque estoy tomada, porque encontré al amor de mi vida, entonces dejalos. Ellos no eran nuestros verdaderos fans en primer lugar.

Sollozaste cuando ella apretó tu mano un par de veces.

-La gente va a decir cosas sobre ti, no todo el mundo te va a querer. Eso es algo con lo que siempre tendrás que lidiar. Lo he aprendido de primera mano. Pero no te conocen. No como yo. Y en poco tiempo, esto pasará. La gente seguirá con su vida. La gente aprenderá a vivir con ello.

-Espero que tengas razón-. Murmuraste en voz baja.

-Lo que trato de decir es que no puedes dejar que el mundo dicte tu felicidad. No puedes dejar que estas personas te molesten. No puedes dejar que arruinen lo que tenemos. Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero tienes que aprender a bloquear a estas personas. Porque quieren meterse debajo de tu piel. Quieren separarnos. Pero, si te quedas, te darás cuenta de que todo lo que estas personas hacen es acercarnos.

Apartaste la mirada, dejando escapar un suspiro tembloroso.

-Eres la única con la que quiero pasar mi vida. No puedo evitar que te vayas si eso es lo que necesitas. Sé que debes hacer lo mejor para ti, lo entiendo. Si necesitas aléjarte, lo entenderé. Pero...

Hasta ahora, se habia mantenido unida.

Pero, no puede evitar desmoronarse cuando te dice lo mucho que quiere que te quedes.

-No quiero que lo hagas-. Ella lloró, su labio inferior temblando. -Quiero que te quedes. Quiero amarte para siempre.

No pudiste evitar llorar con ella cuando soltaste su mano y pusiste tus brazos alrededor de su cuello, abrazándola fuerte.

Ella se alejó un momento después, después de que ustedes sollozaran juntas.

-¿Entonces? ¿Quieres quedarte? ¿O necesitas irte?

-Quiero quedarme-. Dijiste. -Entonces, me quedaré.

Ella exhaló un suspiro de alivio antes de volver a abrazarte.

-Te amo-. Ella lloró.

-Yo también te amo-. Dijiste, sollozando mientras apoyabas tu mejilla en su hombro.

-No te vayas más así. Casi me das un infarto.

Te reíste con lágrimas en los ojos mientras ella te acariciaba la espalda, prometiéndole que nunca lo harías porque no tienes motivos para irte cuando estás tan enamorada y tienes todo lo que necesitas con ella a tu lado.

Lisa Imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora