Me levanté y miré la hora, eran exactamente las 4:00, me paré rápidamente y me metí a bañar, al salir me cepille los dientes y después me fui a cambiar.
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Le pregunté que a dónde iríamos para saber si me vestía muy elegante, casual o algo simplemente cómodo, así que sólo dijo que algo elegante.
Terminé de arreglarme a las 4:55 Al salir me encontré con Jay.
Jay: ¿A dónde tan bonita?
- Hee me invitó a salir.
Jay: Como que últimamente andas mucho con él, ¿no crees? -levantó una ceja-.
- No seas celoso Jay.
Jay: ¡Bien! Sólo que no quiero que me olvides, ¿okey?
- Claro que no JayJay, sabes que te no cambiaría por nadie -reí-.
Jay: Ajá, sólo por Heeseung -hizo una mueca -.
- Ahora que lo pienso, tienes razón -llevé una mano a mi barbilla-.
Se puso bastante serio e hizo una línea recta con sus labios.
- No te creas -dije burlándome- tú eres el primero ante todos, ¿oki?
Asintió y me dio un cálido abrazo.
Jay: Te amo pequeña pulguita.
- También yo pequeño pájarito.
Mi celular sonó, era un mensaje de Heeseung diciendo que ya estaba aquí.
Jay: Bien, cuida bien a mi hermanita.
Heeseung: Claro, ¡chao!
Jay: ¡Chao bro!
Me despedí de Jay y nos fuimos hacia el auto de Heeseung donde este me abrió la puerta, le di las gracias. Mientras íbamos le pregunté muchísimas veces que a dónde íbamos pero sólo decía que no fuera chismosa y que esperara.
- ¡Aghh! Que malo eres, nada te cuesta decirme, como quiera sabré a dónde vamos.
Heeseung: Exacto pequeña, así que espera.
Se rio y entrecerré los ojos. Después de 15 min. llegamos a un museo, no era cualquier museo, era mi favorito y hace un largo tiempo que no iba.
- Genial, hace mucho que no venía aquí -dije agitando mis manos-.
Heeseung se rio por el gesto que hice y tomó mi mano para entrar a aquel museo. Estuvimos casi en silencio durante un tiempo, ya que estábamos apreciando todo a nuestro alrededor, en serio que estaba muy feliz, tenía tiempo queriendo venir pero por una u otra cosa no tenía tiempo de hacerlo.
Heeseung: Sabía que desde hace tiempo querías venir así que decidí traerte aquí -dijo con una sonrisa de oreja a oreja-.
