Han pasado cuatro meses desde que Hee me pidió matrimonio y hoy era el gran día, así que me encontraba en la silla de mi habitación con tres chicas maquillándome para mi boda. Les dije que quería algo lindo pero que no llamara mucha la atención que quería algo entre natural.
Aquellas chicas lograron entender lo que quería dejándome muy bonita, se retiraron y entraron mis pequeñas.
Ashley: ¡Dios mío! te ves hermosa.
Stormi: bañada y maquillada cambias —me reí—.
Stormi: Te ves muy bonita.
Les agradecí a mis pequeñas.
- Ahora sólo falta el vestido.
Estaba muy nerviosa ¿y si al final se arrepiente y no se quiere casar? No, no creo que pase eso, ¿verdad? Ellas vieron que estaba bastante nerviosa y trataban de controlarme.
Stormi: Te aseguro que él no se irá y si lo hace lo agarro a golpes y lo obligo.
- ¿Segura?
Stormi: Por supuesto, ¿cuándo me he equivocado?
- Nunca.
Ashley: Tn, no pasará nada de lo que pasa por tu pequeña cabeza, sabes que él te ama mucho ¡así que no pienses tanto que ya es tardee!
Stormi: Es cierto, hasta a tu propia boda llegas tarde niña.
Nos reímos y me ayudaron a ponerme el vestido.
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Ambas quedaron asombradas y Stormi tenía la boca abierta.
¡Wow! Te ves hermosa, ambas dijeron.
- Ayñ, muchas gracias, las amo tanto.
Nos apuramos y ya que sí íbamos tarde, ya llevábamos 15 min. de retraso. Nos habían llamado varias veces hasta que Stormi contestó diciendo que ya casi llegábamos. Mis nervios comenzaron a tomar control en mi cuerpo y juro que saltaría desde el auto, pero había algo que me lo impedía y aquello tenía un nombre, "Lee Heeseung". El chico del que me enamoré hace unos cuantos años, el chico que hizo que pasara bastantes enojos y sin duda alguna lo llegué a odiar un poco, lo amaba tanto que no podía dejarlo plantado sólo por un ataque de nervios que le pasa a la mayoría el día de su boda.
Tomé una bocanada de aire y me relajé un poco, a los minutos llegamos.
Stormi: Tn, todo saldrá bien y no pasará nada malo, así que quita esa cara de perro con diarrea y entra por aquella gran puerta y toma con honor el apellido Lee.
Ashley rio y solté una pequeña risa antes de bajar ambas me dieron un abrazo. Agradecía mucho tenerlas a mi lado; ellas dos serían mis damas. Al bajar mi papá se encontraba ahí afuera y en cuanto me vio vi que sus pequeños ojitos se cristalizaron, me dijo algunas cosas bonitas y yo le sonreí .
