Capítulo 36.

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¡CAPITULO CON ESCENAS 18+!

"Virgen"

—MUCHAAACHOSSS, HOY NOS VOLVIMOS A ILUSIONAAAAR. -Cantaban en coro mientras bajaban de la tráfic. Dios mío, que noche va a ser esta.

Nos mereciamos tremenda joda.

Papá me cagó a pedos cuando me vió con el corpiño, le tuve que aclarar que era el corpiño de una malla.

Tenía todo el rimell corrido en mis cachetes de tanto llorar, no me arranque los pelos porque no pude.

Los del hotel nos recibieron con aplausos, nosotros seguíamos cantando como locos.

Me sentía infiltrada en el festejo, pero mira. Me re chupa un huevo, nadie festeja como yo festejó cuando estoy con ellos.

Al entrar vimos a toda la selección de Brasil en el Hall del hotel. Neymar estaba con la cabeza gacha.

—ELIMINARON A LOS BRAZUCAAAAAAAS. -Me gritaba DIBU en el oído, yo asentí. Pero sentí pena por Ney. Todo su esfuerzo, y pasión.

Caminé hacia donde él estaba y lo abracé por los hombros. Comprendía su dolor.

En realidad no, porque Brasil aún no nos dijo que se siente tener en casa a su papá.

—Bueno, bueno. Ya está. -Dijo Dibu apareciendo al frente nuestro.

—Imbecil. -Susurró Neymar. Ay dios, cállate un ratito.

Dibu se le acercó para hacer frente, pero pegó su pelvis a la cabeza de Neymar. Este se levantó rápido y no dudó en un segundo en responderle.

—Ay dios mío, no te cansas nunca de pelear. -Lo separé de Neymar y caminamos hasta el ascensor junto con los chicos.

—HOY PIJAMADA EN LO DE IRIS. PIJAMADA, PIJAMADA. -Grita a contento Julián.

Se pusieron a saltar en el ascensor.

Me aferré al estómago del Dibu, me daban fobia los ascensores.

—NO SALTEN.

—Ya escucharon.

—Ay el gobernado.

—Calmate ñomo.

Las puertas se abrieron y caminamos por el pasillo, vimos como se acercaban los españoles.

Lorena me chocó el hombro, yo solo me le reí en la cara y seguí caminando DE LA MANO CON EL DIBU MARTINEZ.

Ni nos miraron los españoles.

—¿TAS TISTE? -les gritó Taro una vez que ellos se alejaron. Los habían eliminado del mundial, obviamente.

Gavi se dió la vuelta dispuesto a pelear con Taro, pero este se bajó los pantalones y le mostró el culo.

Abrí la puerta con rapidez escuchando los gritos de los chicos para que me apure.

—Que pena que el negro no haga más jodas. -Mire extrañada a Kun mientras me peinaba el pelo.

—¿Por?

—Porque se fué.

Los chicos comenzaron a reírse y comenzar a cantar canciones de cancha.

—¿Vamos a salir de joda o nos quedamos a dormir? Para saber que ponerme. -Les dije buscando mi ropa interior en la cómoda.

—Eeeeeeh, no sé.

Me giré y miré a Messi con los ojos entrecerrados.

—Posta, díganme.

—Quedemonos en la cama. -Dijo Dibu, los chicos le respondieron silbando. Reí y saqué mi pijama.

Entré en el baño y me bañe. Estaba sucia de tantas mufas.

Ay Dios.

Terminé rápido por miedo a que me rompan algo y me seque el pelo.

Los chicos estaban acostados en el piso mirando la tele. Me acerque dónde estaba el Dibu y me acosté arriba de él. Él era el único que estaba acostado en mi cama.

Puso sus manos por debajo del remeron de mi pijama y empezó a acariciar mi espalda. Sus manos estaban calientes.

Pude sentir olor a su perfume.

—¿Cómo hiciste para bañarte tan rápido?

—Un mago nunca revela sus secretos.

Pasó un rato largo y yo me había dormido, desperté al escuchar el ruido de la puerta cerrarse.

—¿Y los chicos? -Pregunte media adormilada, él me sonrió.

—Se fueron.

—A dónde.

—No importa.

Me abrazó y empezó a acariciarme el pelo.

¿Por qué un hombre puede ser tan exitante y tan tierno a la vez?

Me senté en su regazo -aun yo estaba acostada arriba de él- y me acerqué a su cara. Era ahora.

Empecé a besarlo mientras metía mi mano en su nuca y los acercaba más. Él acomodó sus manos en mi cola para estar más cómodo.

La sensación era tan buena, pero tan buena, que podría quedarme así para toda la vida.

Empezó a moverme lentamente aún estando arriba de él. La fricción de nuestros cuerpos me generó una descarga por todo mi cuerpo. Un gran escalofrío.

Y pensar que solo nos separaba nuestros pijamas.

Metió su mano en mi remera y acarició toda mi espalda. La cosa ya se había puesto un poco más intensa. Sus manos lentamente hicieron un recorrido hasta llegar a mi vientre y acariciarlo. Sé a lo que quería ir. Subió sus manos despacio y tocó una parte de mi corpiño.

Me separé un poco de él y lo miré a los ojos.

—¿Puedo? -Me preguntó, no respondí. Esperé unos segundos pero asentí.

—¿Segura?

—Sí, Emi. Segurísima.

Sus manos por fin subieron a dónde estaban mis pechos. La puta madre, que sensación tan hermosa.

No puedo ser tan virgen, por Dios.

Desabrochó el corpiño y lo tiró en algún lado de la habitación. Comenzó a apretar lentamente mientras seguía besándome.

El ritmo era lo muestro.

No hace falta explicar si ya saben que pasa después..

𝑺𝑬𝑹𝑬𝑵𝑫𝑰𝑷𝑰𝑨//sᴇʟᴇᴄᴄɪᴏɴ ᴀʀɢᴇɴᴛɪɴᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora