"Cagamos"
Silencio, todo lo que habia cuando se mandaban una cagada. Silencio.
Observé a cada uno de los chicos con atención replanteandome lo que me había dicho mi papá.
¿Qué hacía yo con estos hombres?
No sé.
¿Quién me mandó hasta acá?
No sé.
Le di un poco más de hielo a Tucu, ya que se le estaba derritiendo. Le acerqué una toalla para que lo envuelva y no se queme.
—¿Se sienten mejor? -Les pregunté a los dos mientras acariciaba la zona en donde se habían golpeado.
Dibu, El kun, Polito, Messi, Papu, Taro y Julian, observaban cada movimiento quedándose callados.
Sabían que les convenía.
—No me siento para nada bien, no voy a poder jugar en el mundial, Iris. ¿Entendes? -La voz de Lo celso se escuchaba apagada y un poco quebrada.
—Vamos a jugar por vos, Loche. -Le sonreí a Julian viendo como intentaba ayudar.
—Scaloni nos va a matar. -Tucu pasó su mano por su cara hasta su nuca.
Lo que había pasado era que, jugando en la pileta con la pelota de fútbol, los chicos se resvalaron y con la punta del piso se golpearon. Lo celso quiso recibirla de Polito y cuando se quiso hacer para atrás, chocó con Tucu y cayeron los dos.
Ahora el problema era que no podrían jugar al mundial.
—Podría empeorar si se esfuerzan demasiado. -Explicaba el médico guardando las cosas en su maletín.
Suspiré y me levanté para ir donde estaban los chicos.
Me había escapado de mi casa para venir con ellos, era increíble la cagada a pedo que me voy a llevar cuando mi papá vea que no estoy en casa y más, cuando dos de sus jugadores tienen un esguince.
Rasque mi cara con nerviosismo y caminé de lado a lado buscando liberarme de la ansiedad que tenía.
Julian fue el primero en notarlo ya que se acercó. Me frenó agarrándome de los hombros y me dijo;
—Iris, basta. Te haces mal por cosas que tienen solución.
Bajé mi mirada.
—No Juli, no entendes. Mi papá me va a re cagar a pedos por desobedecer.
—Capaz que si lo entiendo, pero no de la manera en que vos lo haces.
Y me abrazó.
Su abrazo fue tan cálido y tierno que sentía que me desplomaba en sus brazos. Dios.
Escuché como Papu tosió fuerte apropósito, casi se desgarra la garganta.
—Bueno che, no era tan fuerte. -Le dijo dibu en un susurro.
Me separé del abrazo y le di un beso en el cachete. Él se volvió a sonrojar.
El timbre de la casa sonó y sentí como todo mi cuerpo se paralizaba. Nos miramos entre todos tratando de buscar una manera de librarnos de mi papá.
—Por el paredón. -Susurraba a gritos Messi.
—¡¿Vos sos idiota, no ves que tenemos dos esguinzados?! Pelotudo -Le respondió Dibu de la misma forma.
Messi lo puteo en un susurro a no ser que los callé.
—Shh, no hay otra solución. Tenemos que abrir.
—Ay la concha de la lora, no quiero escuchar a Scaloni enojado. -Papu se agarraba la cabeza mientras caminaba de lado a lado.
Corrí hacia la puerta de entrada, suspiré y me replantee lo que iba a pasar en cuestión de segundos.
Abrí la puerta con la cabeza agachada, pude observar sus pies.
Ay la puta que me parió.
—Tenes tres segundos para subirte al auto, o te subo yo.
Dicho eso corrí al auto sin saludar a nadie.
Vi como el entraba a la casa y cerraba la puerta.
Tenía miedo, sí. No quiero dejar de verlos a ellos, mi vida es super aburrida sin ellos.
Al cabo de 10 minutos, salió de la casa y subió al auto. No hablaba, solamente podía escuchar su respiración.
—No me hiciste caso.
Me quedé callada y observé la ventana rota de la casa que hace unas horas había roto Dibu.
—Respondeme, Iris.
—Sí, pa.
—Desconcentras a mis jugadores.
No le contesté.
—No vas al mundial.
Y arrancó el auto.
Eso me cayó como un balde de agua helada. No iba a poder ir al mundial de mis mejores amigos, al último mundial de Messi, al primer mundial sin Kun, al primer mundial con Juli.
Tenía que buscar la manera de ir, y no voy a parar hasta encontrarla.
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𝑺𝑬𝑹𝑬𝑵𝑫𝑰𝑷𝑰𝑨//sᴇʟᴇᴄᴄɪᴏɴ ᴀʀɢᴇɴᴛɪɴᴀ
أدب الهواة𝖢𝗂𝗋𝖼𝗎𝗇𝗌𝗍𝖺𝗇𝖼𝗂𝖺 𝖽𝖾 𝖾𝗇𝖼𝗈𝗇𝗍𝗋𝖺𝗋 𝗉𝗈𝗋 𝖼a𝗌u𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽 𝖺𝗅𝗀𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝗌𝖾 𝖻𝗎𝗌𝖼𝖺𝖻𝖺. 𝗡𝗼 𝗰𝗿𝗲í𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗰𝗼𝘀𝗮𝘀 𝗽𝗼𝗱𝗿í𝗮𝗻 𝗼𝗰𝘂𝗿𝗿𝗶𝗿 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗺𝗮𝗻𝗲𝗿𝗮. ¿𝗤𝘂𝗶é𝗻 𝗽𝗼𝗱𝗿í𝗮 𝗶𝗺𝗮𝗴𝗶...