AMBIVALENCIA

Capítulo 3

Nota: Sasuke también está quedando loquito jaja

Gracias por leerme. 

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—Uff—lanza un suspiro de alivio tras regresar a la cocina con la vejiga vacía.

—Oe tú —el tono es altivo— Ya que tú lo trajiste—le mira y señala la compra que sigue en la isla de la cocina—Guarda todo.

—¡¡¿Queeeee?!! —reclama indignado—Pero eso no es justo dattebayo—lloriquea infantil.

El otro ya no da réplica y Naruto sabe que eso significa, tiene una orden directa que acatar. Comienza a sacar las cosas y a acomodarlas donde dios le da a entender. Sasuke le mira de reojo, sabe que el otro no acomoda ni su casa.

Hoy lo entiende, erró mucho el camino y su sed de venganza le hizo perder el respaldo y cariño de personas que, aun encima de su vengativo ser, le querían a su manera. Entre ellos el más importante, Naruto. ¿Cuántas veces le intentó matar? A él, a su lazo más valioso, ¿Será muy tarde para enderezar el camino con los demás?, su alma quedaría más tranquila si obtiene el perdón de los que alguna vez fueron preciados.

—Naruto—entona sin mirarle.

—Mhh—murmura inentendible, pues come una de las manzanas que acomoda.

—Tú..tú podrías...—le cuesta pedir favores, nunca lo hizo, por lo que carraspea para aclararse—¿Tú podrías decirle a Kakashi y a Sakura que quiero verlos?

El rubio continúa acomodando a espaldas del Uchiha, por lo que este no puede ver el ceño fruncido que adorna el ahora serio rostro del áureo. Pronto se convierte en una sonrisa enorme, tan enorme que no es natural, al menos no es como las alegres sonrisas que usualmente usa. Esta sonrisa es deforme. Vuelve a gesticular de manera habitual y voltea a mirar los ojos de carbón.

Baja la azulina mirada en un gesto que trata de indicar tristeza—Teme... —murmura con pesar—Ellos no quieren hablar contigo—miente sin reparos—Por ahora.

—Ya veo—enuncia indiferente, pero le ha dolido tanto—Supongo que lo merezco.

Uzumaki se incorpora y le mira con falsa decisión—Yo hablaré con ellos, insistiré y...

—Déjalo así—camina hacia la puerta de la cocina—No es necesario— una vez en el marco, gira la vista hacia el rubio—Naruto... Gracias—desvía los avergonzados ojos oscuros—Gracias por todo... Yo tomaré una ducha.

El otro asiente con una sonrisa sin agregar nada más.

Una vez que se ha retirado, alza las comisuras en una sonrisa de triunfo—Solo me tienes a mi Sasuke—murmura inaudible.

Solo lo tengo a él, piensa el recién manipulado.

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El agua caliente remoja su blanquecina dermis, encogido en la bañera y abrazando sus rodillas, entierra el rostro entre las mismas. Le lastima tanto el orgullo aceptar lo indefenso que se siente. Su antiguo sensei y su ex compañera de equipo, no lo quieren ni ver y aunque siempre creyó que esos dos no le importaban, hoy se da cuenta de que, en lo más recóndito de su corazón, les guardaba cariño, y se vuelve a preguntar una y otra vez ¿Cuál es el maldito sentido de su existencia? ¿Qué debería hacer? ¿Escapar?, eso no es problema, tiene poder suficiente para hacerlo ¿Pero de qué demonios le serviría escapar? ¿Para vivir escondido?, aparte si llegara a escapar seguro Naruto lo buscaría hasta debajo de las piedras.

Un momento...

Levanta la mirada y un pensamiento se apodera de su mente, Aún lo tengo a él, piensa en la vorágine de sentimientos que arremolinan su pecho. Si tiene a Naruto... Tiene un motivo para seguir viviendo, el rubio nunca le daría la espalda, de eso está seguro.

Pero ...

¿Pero qué va a pasar el día que el rubio haga su vida con alguien? Entiende que ese es el orden natural de las cosas y el idiota siempre quiso tener una familia.

Él, con esa mente prodigiosa, se ha dado cuenta de que ahora media población femenina de Konoha, quiere meter al rubio a la cama, pero si alguna lo llega a lograr, seguro el idiota e inocente de Naruto, se enamoraría y terminaría casado, dejando su vínculo y lazo en el completo olvido. Por ende, el quedaría en la nada, sin nada, sin nadie que le quiera y en la completa soledad.

No lo puedo permitir.

No puedo permitirle hacer su vida.

¿Pero qué puedo hacer para que eso no pase?

¿Cómo demonios le puedo detener?

Desde que regreso a Konoha, no ha buscado volver a tener una relación amistosa con Naruto, muchas veces se ha mordido la lengua por las ganas que le queman de llamarle "dobe" o "usuratonkashi", ese mote que en el fondo es un llamado cariñoso. Todo porque no se siente merecedor de la amistad limpia y desinteresada del otro. ¿Qué ve un ser de luz en alguien podrido y oscurecido como él? Él no merece todo ese cariño.

Y sin darse cuenta, el pobre vengador comienza a caer en las tenues manipulaciones del "inocente" áureo.

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En la cocina, el zorro suspira cansino, pues no está acostumbrado a acomodar ni en defensa propia. Con todo y todo, la radiante sonrisa no abandona el atractivo rostro de caramelo. Ha tratado de serenar y distraer sus pensamientos del teme tomando una ducha. Las eróticas imágenes que pasan por su cabeza, le tienen al límite, sólo tiene que aguantar un poco más. Sabe que todo comienza a marchar de manera correcta, tal y como debe ser. Ellos son el sol y la luna, no subsiste uno sin el otro. Los ligeros pasos del dueño de sus pensamientos le sacan de sus obsesivas cavilaciones.

—Usuratonkashi—suspira y sonríe cuando escucha su mote en la grave voz del renegado.

—¡No me llames así teme! —responde por inercia.

—Ayúdame a cocinar—verbaliza sin mirarle—No te quiero aquí sin hacer nada.

Pone al otro a picar vegetales, pues no lo cree capaz de desarrollar otra tarea de manera correcta, si hasta los trozos los pica mal, enormes y sin forma. Su mente atormentada sigue dándole vueltas al mismo asunto, decide dejar de lado el orgullo e indagar un poco, después de todo Naruto no es muy brillante, así que tiene carta abierta para averiguar.

—Oe dobe.

—mmm.

—Tú...—se esfuerza al máximo para no tartajear y sonar casual—¿Planeas renacer al clan Uzumaki?

Lo tiene donde quiere, pero para que sus planes marchen a la perfección, no le puede dar seguridad al Uchiha, no si lo que quiere es doblegarlo y hacerle sufrir un poco.

—Si lo he pensado—engaña sonriente.

El onigiri que es rellenado de atún, se deshace en la mano del pelinegro por la presión.

—Hmn—enuncia simple—¿Tienes alguna candidata en mente?

—Si...—se gira hacia él y coloca su dedo en la barbilla en un gesto pensativo—Hinata es la mejor opción hasta ahora... O tal vez Sakura.

Continuará .....