AMBIVALENCIA

Capítulo 11

Nota: Ya llegueeee jejejejeje, le estoy agarrando cariño a este fic, pues quiero darle un buen desarrollo digno a las protagonistas femeninas. 

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—¿Tú... Tú enviaste a Sakura? —indaga en un hilo de voz, pues esa actitud en Sasuke, es demasiado para él.

—Sí, lo hice— en la negrura de la noche, distingue una sonrisita retorcida que afecta su enamorado y obsesivo corazón.

—Sasuke...—susurra perdido, puesto que no sabe que más decir. ¿Tanto le ha doblegado, que al Uchiha ya no le interesa aparentar indiferencia? ¿Quién es el verdadero manipulado?

—Naruto...—murmura en un tono mimoso y afianza la mano bronceada que aún se posa descarada en su rostro. —Naruto...—replica de tal modo que suena a manera de súplica—¿A qué has venido? —indaga con un gesto altivo.

—Yo... Yo—tartajea atrapado en la mirada de carbón. Rápidamente, sale del hechizo y retira su mano violentamente, dejando la contraria en el aire. El trabajo de varias semanas no se puede echar por la borda, solo por no poder controlar los sentimientos propios. —Solo vine a asegurar que no aprovecharas mi ausencia por la tarde, para escapar'ttebayo —verbaliza ceñudo, ya que el idiota está enfadado consigo mismo por flaquear de ese modo tan vergonzoso.

—¿Es así? — la pregunta está cargada de ironía.

—Si—afirma titubeante—así es— ni el mismo se lo cree.

—Puesto que ya has cumplido tu misión, puedes retirarte—señala la ventana.

—No me digas que hacer bastardo—espeta a la defensiva.

—¿Por qué estás tan enfadado usuratonkashi? —ríe torcido con el afán de provocar al trastornado rubio—¿Sakura arruino tu cita?

—¡Nada de eso! —clama enardecido. Se ha incorporado y aprieta los puños con frustración—¡Lo paseé bastante bien dattebayo!

—Tan bien, que estás aquí—resopla divertido—Mirándome dormir —recarga su único codo en el colchón, para conseguir inclinarse un poco—Eso es demasiado, para alguien a quien no le gustan los hombres.

—Eso... Eso no...

—Cierra la ventana cuando salgas, idiota. —se echa sobre el colchón nuevamente, en un acto de indiferencia y vuelve a cerrar los ojos.

Avergonzado y pesaroso, sale por la ventana. Ya ni le parece relevante ser visto por los anbus y no tener una explicación coherente que dar.

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—¿Hace cuánto te conozco, Naruto? —cruza los brazos y deja caer su espalda sobre el respaldo de su silla, en un largo suspiro.

—...—guarda silencio porque no entiende a que viene esa pregunta, pero sabe, que de Kakashi sensei se puede esperar cualquier cosa.

—Más del que piensas—replica mirándole a los ojos de cielo de manera franca y transparente—Incluso mucho antes de ser el sensei del equipo 7.

—¿Por qué me dice esto Kakashi Sensei dattebayo? —indaga curioso.

—Hay algo en ti...—expresa entrecerrando los ojos en un gesto de suspicacia—Hay algo en ti desde tu pelea con Sasuke en el valle del fin.

Rasca su nuca tonteando sobre el asunto— No entiendo...

—Te has alejado de todos—asegura con una seriedad inusual en una persona tan sarcástica como lo es el Rokudaime Hokage. —¿Qué está pasando Naruto?

—Cuido del teme todo el día—encoge los hombros sin dejar de dar una cálida sonrisa ficticia.

—No,... Hay algo más. —escruta pausadamente al nervioso áureo—Bueno, no solo te cite por esto, tengo una misión para ti—avisa riendo alegre bajo la máscara.

—¡¿Qué?! —espeta alarmado y tarde se da cuenta de que su reacción es anormal. —¿Por qué?, aún me quedan algunos meses —el tono angustioso llama la atención del sexto.

—Creí que querías reintegrarte lo antes posible, tu brazo se ve bastante bien—verbaliza incrédulo y termina de reafirmar su teoría, algo está pasando con su exalumno.

—¿Quién cuidará del teme?

—Sasuke no va a escapar, Naruto.

—¡¿Y usted como sabe eso'ttebayo?! —la vehemencia en que el chico zorro enuncia cada palabra, le ha dejado perplejo.

Aspira hondo, es más fácil ser Hokage que lidiar con los problemas emocionales de las personas que le importan—Piénsalo, si quisiese escapar, nadie le detendría, no hay una razón por la que Sasuke se fuese, no tiene un lugar a donde ir, ni una meta que cumplir.

El acongojado héroe de Konoha mira al suelo frustrado—De acuerdo Kakashi Sensei.

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No ha dormido bien, los sentimientos que irruyen su pecho con fuerza, no le han dejado en paz las últimas semanas. Bebe su taza de café mañanero y se prepara para otra larga jornada en el hospital. Sale de su morada bostezando en el proceso.

—Sakura—reconoce la apocada voz que le llama a sus espaldas—Buen día.

—Hinata—saluda con una leve inclinación y una forzada sonrisa amable—¿En qué te puedo ayudar?

—Yo... Yo—tartamudea, pero súbitamente recuerda lo que se ha prometido la noche anterior. Luchar por lo que más quiere en esta vida —Quisiera hablar contigo—y lo enuncia sin atorarse y con una firmeza que descoloca a la ninja médico—Si es que puedes, claro.

—Voy tarde, pero supongo que podemos tomar algo en la cafetería del hospital—la muchacha sabe de qué va el asunto y está dispuesta a poner las cartas sobre la mesa. Admite que este arranque de valentía, por parte de la princesa Hyuga, le ha dejado impactada. Ríe orgullosa, la hermosa joven es una rival digna, no solo en fuerza.

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Han ordenado sus respectivos aperitivos y bebedizos. Los preciosos orbes de perla sostienen con gallardía la mirada de las audaces gemas.

—Bien—Haruno rompe el tenso mutismo—Hay una razón en específico para estar aquí—enuncia sensata—Ambas somos mujeres adultas y lo que hoy nos atañe, es de suma importancia para las dos, ¿correcto?

La tímida moza asiente sólida y habla sin titubear, aunque las piernas le están temblando, agradece estar sentada—He anhelado a Naruto-kun desde que soy pequeña, por eso yo... Por eso yo no entiendo, por qué le quieres justo ahora...

—No lo sé—responde sincera—Solo paso—encoge los hombros y se dispone a explicar— Cuando todos los conflictos ninjas acabaron, y la calma invadió Konoha, un día me vi pensando en Naruto más de lo normal. Mis sentimientos son tan válidos como los tuyos...

—No lo creo así—tensiona sus suaves facciones—Hasta hace poco amabas a Sasuke.

Continuará...