Capítulo 12

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Nota: Hola, perdón por actualizar lento, pero aquí esta.

Los te quiero mucho. 

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Sakura le ojea perspicaz y afilado. Frunce sutil el ceño antes de dar replica—No creo que mis sentimientos estén a discusión, pero, puesto que el motivo de esta reunión es discutir el tema, justificaré lo que siento ante ti—da un trago a su bebida y vuelve a mirar los ojos de perla que le sostienen la mirada mordaz. —Lo que siento por Naruto es disímil a lo que sentí por Sasuke-kun. Sasuke fue mi amor de infancia y Naruto es mi amor de mujer, la persona con la que quiero formar una familia.

La tímida mujer no soporta la idea de imaginar lo que la médica desea y abomina ver ese brillo en los ojos de jade, por lo que habla antes de pensar—¡Yo mire a Naruto cuando tú solo le maltratabas!—el tono de la princesa Hyuga fue más alto de lo necesario, desconociéndose a sí misma y haciéndole taparse la boca por semejante descortesía—Lo... Lo siento, no debí levantar la voz de esa manera.

—No lo sientas—espeta gélida—Estás defendiendo lo que tú también anhelas, ¿no?, no tengas compasión de mi Hinata, yo no la tendré si se trata de Naruto—le regala una sonrisa retadora y continúa hablando—En cuanto a lo que mencionaste... Es verdad. Yo fui inmadura y superficial gran parte de mi niñez, pero aun así... Aun así, yo aprendí del dolor de Naruto y Sasuke, aprendí a ver más allá de lo que hay a simple vista. Es por eso que mis sentimientos por Naruto se fueron transformando a lo largo de los años, convirtiéndose en un amor por el que estoy dispuesta a luchar.

—Yo... Yo tampoco me pienso rendir—el fleco tapa el hermoso rostro pálido y alza la mirada centelleante con aplomo—Yo también lucharé por Naruto-kun.

—Que gane la mejor.

La chica Hyuga asiente con entereza y se incorpora. Hace una pequeña reverencia, tan educada como lo es ella misma. Sale del sitio, con la cabeza alta y las ideas claras.

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Nunca ha sido una mujer de decisiones contundentes. De ningún modo ha osado a ir más allá cuando ha deseado algo, pero esta vez es diferente.

Respira hondo antes de ingresar al recinto. Le ha costado tanto tomarse la intrepidez y la voluntad para hacer lo que va a hacer.

Toca la rústica puerta de madera con la hermosa mano temblorosa y espera ansiosa.

—Adelante.

La tremulosa joven, da algunos pasos lentos hasta situarse delante del escritorio.

—Bu... Buenas tardes Rokudaime Hokage.

—Oh, Hinata—la sonrisa alegre del hombre es visible aún bajo la máscara—¿En qué te puedo ayudar?

—Yo quisiera—traga saliva y aprieta los puños para darse valor—Yo quisiera pedirle un favor.

—Sí, claro, dime.

—Yo, supe que se le ha asignado una misión a Naruto-kun...—de pronto le faltan las palabras para seguir y boquea como pez fuera del agua.

Ante el silencio de la muchacha, el ex ninja copia le mira con ternura, puesto que conjetura que la pobre debe estar preocupada, después de todo, él aún tiene presente los sentimientos de la chica. No solo él, en realidad media Konoha recuerda la confesión durante el suceso de Pain y los sentimientos expuestos durante la gran cuarta guerra ninja.

—Es algo muy sencillo para él, está clasificada como rango A. Tendrá que espiar y recolectar información, nada de qué preocuparse.

—Quiero acompañarlo—su réplica es clara y concisa, e incluso el tono de voz sorprende al de ojos perezosos.

—Bueno, como te dije es algo muy sencillo, no creo que sea necesa....

—Por favor—junta ambas manos enlazándolas entre sí a la altura de su pecho—Yo prometo no interferir en la misión, yo seré de ayuda también.

—Esto es muy repentino—suspira cansino y reflexiona por largos minutos. Al cabo cavila respecto a la extraña actitud que el héroe de Konoha ha mostrado en los últimos meses. Un poco de compañía no le caería mal.

—Bien—muestra la sonrisa pacifica de siempre—Es una buena idea—remueve los papeles del escritorio y toma uno—Te daré los detalles de la misión.

En alguna remota ocasión, Kakashi llego a sospechar respecto a los ocultos sentimientos que Naruto podría albergar por el ex renegado de Konoha, no obstante, termino concluyendo que eran maquinaciones de su mente sucia y pervertida, pues quedo convencido por los épicos discursos amistosos que el áureo alegaba durante las batallas, siempre haciendo alusión sobre ese "supuesto lazo amistoso" que unía a ambos ninjas. Pero el día que le ha informado sobre la misión, sus hipótesis han vuelto a cobrar sentido.

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El idiota ha estado más callado de lo habitual. El suceso de la noche anterior no fue la gran cosa, ¿o sí? Si bien, es verdad que los hechos con Naruto están tomando un rumbo extraño, que ni el mismo logra dilucidar y le hacen caer por una espiral que le abruma, tampoco es como para que el otro tenga esa actitud tan poco usual. Se ha masturbado frente a él y el imbécil actuó como si nada, ¿Qué le pasa ahora?

—¿Qué te pasa idiota? —suelta con ficticio desinterés, no le mira y finge leer el pergamino que sostiene en su mano—No es que me importe, pero no estoy acostumbrado a tu mutismo.

—No es nada—espeta retraído y se recuesta sobre el sillón con los brazos bajo su cabeza, mirando a un punto vacío en el techo—Sasuke....

El Uchiha suelta un monosílabo, indicando al otro que continúe.

—Estoy activo nuevamente'ttebayo.

No logra disimular cuando ha virado la cabeza para mirarle sin tapujos—¿Activo cómo? —se siente estúpido por cuestionar lo obvio.

—Activo como ninja.

—Hm—no quiere continuar mostrando interés, pero no puede controlarlo más—¿Cuándo comienzas?

—Mañana tengo mi primera misión.

Sasuke se ha quedado tácito, puesto que la realidad aterriza en su mente como una avalancha. Naruto retomará su vida, esa vida llena de alegría y felicidad, esa vida donde todos le quieren y le aprecian, esa vida donde le espera un gran porvenir en la nueva era ninja, esa vida donde el rubio ya no le perseguirá más, donde él ya no será su principal objetivo, donde él no será incluido. Como pudo ser tan imbécil para no verlo venir, esto pasaría tarde que temprano, al final Naruto también terminaría dándole la espalda.

Volverá a quedar relegado a la nada...

Volverá a estar solo...

La débil mente y la fracturada voluntad le hacen entrar en un trance sin finalidad aparente. Se incorpora con la cabeza gacha y el rostro sombrío, se acerca al pie del sillón, donde el rubio ha dejado de mirar el techo para verle con atención.

—¿Qué sucede? —verbaliza desconcertado.

No dice nada, y al rubio se le atora el aire en la garganta cuando el vengador se ha subido sobre su regazo, apoyando su única mano sobre el hombro contrario para evitar que el otro se incorpore. Levanta finalmente la mirada y la furia que logra leer en los ojos negros, le hiela la sangre. La respiración resopla furibunda, agitando el pecho pálido.

—Teme—titubea y al percibir el movimiento de la mano blanquecina, se tapa el rostro con los antebrazos, pues piensa que el otro le va a pegar un buen puñetazo.

Pasan los segundos y el violento contacto no llega, por lo que cautelosamente se descubre la bronceada faz y el azogado corazón suspende sus latidos, pues en un acto súbito, los labios delgados se pegan con brutalidad y desespero a los suyos, se mueven inexpertos y calientes.

A diferencia de la última vez que se han besado, en esta ocasión el objetivo no es defender su orgullo, en esta ocasión Naruto percibe la naturaleza suplicante del beso. ¿Cómo resistirse a eso?, y termina replicando la áspera caricia con el mismo ímpetu que el dueño de sus desgarradoras obsesiones. Las manos acarameladas se afianzan a la espalda atlética y le presionan con avaricia.

Continuará .... 

AMBIVALENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora