AMBIVALENCIA

Capítulo 23

Nota: Ahora si me pase con la fecha de actualización, perdónenme por favor  :(  Me ha caído tanto trabajo que apenas respiro jajajajaja, pero bueno, acabo de escribir este capítulo.

Te quiero mucho <3

Tomen agua, coman bien, duerman bien y  usen mucho bloqueador.  

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Le mira con afecto y en el interior de su enfermizo amor, es profundamente devoto a él. Encuentra encantadora la manera en que el otro se trata de resistir, pero no hace nada para apartarle. Quiere alargar el momento hasta hacerlo infinito, sin embargo, le parece imposible soportar el placer causado por el acto carnal que les une en esos momentos.

Sasuke le tiene completamente aprehendido y le parece tan estúpido que no lo sepa. Muchos "te amo" le repite mentalmente, porque no se lo dirá en voz alta. Naruto no es tonto como aparenta, y con toda la congoja y el dolor en su corazón, acepta que Sasuke no le ama, Sasuke solo le necesita y se aferra a él como única fuente de vida, pues ya no le queda nada. Se conforma con eso, no pide más mientras pueda tenerle.

La humedad, producto de la lobreguez y esa profunda pena, se escapa con fuerza por los orbes azules, moja sus mejillas y cae sobre la faz nevada del ex vengador, quien abre los ojos cuando las lágrimas ajenas hacen contacto con su piel.

Naruto llora y no entiende por qué, le coge por la mejilla con su única mano en un gesto de consuelo, y le atrae para que le bese. El héroe de Konoha le sigue penetrando con fuerza, y en cada embestida Sasuke siente el deseo y la codicia del otro, eso le llena el ego de una manera muy diferente a la de ganar una batalla.

Entre toda esa bruma placentera, el ritmo cardiaco de ambos hombres comienza a aumentar, las respiraciones resuellan tremulantes, las sensaciones son tan vividas que casi pueden asegurar escuchar el sonido de sus presiones arteriales elevándose y rápidamente llega la explosión del éxtasis, haciendo sus vientres contraerse y expulsar el simiente caliente, producto del proceder mundano que han llevado a cabo.

El silencio no es pesado en lo absoluto, al contrario, es bastante acogedor. La luna lo alumbra todo, cuando sus rayos iluminan la cama donde yacen los ninjas perdidos en la nada. No hay mucho que decir, en realidad, se limitan a mirar el techo de la habitación.

—¿Cómo ha ido tu misión? —no se inmuta cuando hace la pregunta.

—Bien, supongo. Ha sido exitosa—la contestación es calma y relajada.

—Esa mujer...—le cuesta continuar, pues no quiere hacer evidente su inseguridad—¿Ha sido de ayuda?

—Lo fue—afirma seguro—Tú sabes que su kekkeigenkai es muy poderoso'ttebayo y con la fuerza de Sakura-chan conseguimos incluso traer el pergamino.

Y la ira detona por dentro, derramando su bilis y sintiendo el amargo sabor en la garganta. No esperaba que la ninja médico se uniese a la misión. No puede demostrar su rabia, así que decide darle la espalda al otro, pero no cuenta que Naruto le conoce más de lo que se conoce a sí mismo.

Se acerca a él y le abraza por la espalda, lo que hace tensar al ex desertor quien le empuja violento con su codo, pero no logra moverle y el áureo se aferra al pálido cuerpo.

—¡Suéltame imbécil!—espeta fúrico, pero Naruto no le hace caso.

—¿Quién piensas tú que sea mejor? —bisbisea en su oído, en tanto aprovecha su posición para entrar nuevamente en él de una sola estocada—Mghtt ¿la tierna Hinata o la linda Sakura-chan?

—¡Aghtt cierra la boca! —protesta con el placer llenándole de nueva cuenta.

—¿Quién me dará mejores hijos mmm? —y le enloquece el cuerpo colérico que tiembla desasiéndose en sus brazos—Quiero saber tu opinión, teme—hay algo adictivo en Sasuke descontrolado, hay algo delirante en Sasuke siendo Sasuke.

—¡Mghtt! —quiere resistir, pero las sensaciones del duro miembro entrando y saliendo de su agujero no lo dejan pensar—No...no me interesa con quien...con quien hagas tu vida.

—¿Ah, no? —y el movimiento se profundiza haciendo al ninja aferrarse con vehemencia y desespero a una almohada.

Los hombres continúan cohabitando en la mullida cama hasta altas horas de la madrugada. El sueño les vence y duermen juntos por primera vez. Mañana será otro día.

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Abre los ojos con un esfuerzo colosal. Es la primera hora de la mañana y el sol ya está puesto, brillante y candoroso. Mira a su izquierda, pues su piel arde contra el cuerpo desconocido que irradia calor. Respira hondo el olor a hombre, en una mezcla de sudor, testosterona y sexo. Un aroma obsceno que le hace sentirse excitado.

Y le mira. Duerme con un gesto infantil. Pocas ocasiones, en la vida, alguien tendrá el privilegio de mirar el ceño sin fruncir del ninja vengador. Pocas veces alguien podrá presumir de mirarle con la guardia baja, y en la faz relajada, aún encuentra resquicios de inocencia, aunque está ya esté sepultada bajo todas las capas del corazón maltratado y herido.

Se levanta sigiloso, pues las necesidades fisiológicas le obligan. Sale de la habitación y camina hacia el baño, cuando escucha que llaman a la puerta.

Por inercia y de manera automática baja las escaleras y atiende como si de su casa se tratase, aún está somnoliento y no razona muy bien la situación. Cuando sus neuronas motoras han mandado la señal, ya es demasiado tarde, pues ha abierto la puerta.

—¿Naruto? ¿Qué haces aquí? —la sorpresa colma los hermosos ojos verdes e inclina la cabeza de manera inocente—¿Por qué dormiste aquí? —cuestiona después de mirarle la facha.

—Sa...Sakura-chan—y Naruto no es bueno ocultando los nervios y menos teniendo por hábito, desviar la mirada cuando no sabe qué decir.

—Yo le mandé a llamar—la voz grave y ruda, hace a la ninja médico dar un bote en su lugar—Tenía asuntos pendientes con Naruto—y la muchacha puede jurar que los fríos orbes negros le atraviesan cuáles dagas. No solo percibe hostilidad y recelo, sino una llama urente que solo ha visto en los ojos de las mujeres celosas.

Descarta rápidamente la idea, eso no puede ser posible, si bien es raro encontrar a Naruto ahí a esas horas y recién levantado, seguramente hay otra explicación, por lo que deja de pensar y vuelve a sonreír ignorante de lo que ha pasado en esas paredes.

—Buenos días Sasuke-kun—saluda risueña, pues desde que ha caído por el ninja hiperactivo, encontrárselo le causa felicidad.

Esta cara de mujer enamoradiza, hace estallar al pelinegro y en consecuencia le contesta agresivo—¿Qué haces aquí?

Aun cuando está acostumbrada a la personalidad tosca de su excompañero de equipo, no se espera un tono tan grosero de su parte.

—Bueno, yo he venido por órdenes de Kakashi sensei—le ha irritado tanto el mal trato de Sasuke, por lo que no piensa permitirlo más, ella ya es una mujer, no una niña medrosa—Te custodiaré por un tiempo —Hay un brillo de maldad femenina en los ojos de la joven.

Continuará ....