AMBIVALENCIA

Capítulo 24

Nota: No me peguen jajajaja ya aquí esta el capitulo. 

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—Bueno, yo he venido por órdenes de Kakashi sensei—le ha irritado tanto el mal trato de Sasuke, por lo que no piensa permitirlo más, ella ya es una mujer, no una niña medrosa—Te custodiaré por un tiempo —Hay un brillo de maldad femenina en los ojos de la joven.

—Como sea—da media vuelta, internándose nuevamente en la casa.

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Mantienen una conversación fluida y sosegada, hablan respecto a sus ocupaciones y desayunan lo que la joven enamorada ha preparado con esmero.

El vengador no ha querido sentarse a la mesa, pues desde que la muchacha ha llegado, ha decidido mostrar su aversión directamente. Desteta tanto tenerle en casa, y aborrece aún más tenerle alrededor del rubio, ella rompe con el ambiente seguro que ha creado.

La dubitación no le ha dejado en paz. No quiere entrometerse más allá de lo normal, sin embargo, su mente está derruida por la duda. No lo soporta más y resuelve preguntar.

—Y...—aclara la garganta y mira su comida, pues le apoca indagar a bocajarro—¿Qué pendiente tan importante te ha hecho venir por la noche?

—Bueno, eso...—tartajea nervioso. Es de saberse que Naruto no es muy suspicaz a la hora de mentir y no le parece que Sakura entendiese si le dijese la verdad—El teme... El teme tenía...tenía un problema'ttebayo.

—¿Qué problema? —esta ocasión le mira interesada.

—Pues...verás, verás...—escupe lo primero que se le ocurre—Sasuke...él, él tiene pesadillas dattebayo.

La médico se anonada y la excusa le parece totalmente creíble. Sabe que el otro tiene pesadillas desde que son niños y no le extraña que después de haber sido alumno de Orochimaru, haber matado a su hermano y haber pertenecido a Akatsuki el ninja vengador haya terminado seriamente dañado. Entiende entonces la razón por la que Naruto no le quería decir, probablemente, alguien como Sasuke se avergüence de ello.

—Ya veo—enuncia comprensible—Entonces por ello has dormido aquí—se lo afirma a sí misma.

—Si—replica culpable y profundamente aliviado.

Y dentro de la maraña de pensamiento, no puede evitar preguntarse ¿Qué sigue?, tiene al otro donde quiere, pero ¿y ahora?, es consciente de que le será inasequible ocultar de todos los que le rodean la clase de "relación" que ahora mantiene con el vengador. Lo comprende... Nadie entendería la naturaleza obsesiva de sus sentimientos.

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Remoja su cuerpo y friega su piel nevada con esmero. No hay gramo muscular que no le cause dolor. ¿Entonces el sexo era de esa manera?, descifra entonces el porqué dicho acto carnal causaba la obcecación en algunos seres humanos y llegaba a ser la perdición de otros tantos. Al menos las cosas que Naruto le ha hecho le han volado la cabeza. Le había tomado con fuerza y lenidad a partes iguales. No podría decir que era un acto vacío como siempre pensó, había más en esa obra repleta de impudicia. Juraría sin miedo a errar, que existió un preciso momento en que llego a pensar que sus cuerpos se fundirían uno con el otro y en su albugínea epidermis se constataba la avaricia con la que había sido poseído, pues la marca de los dedos enterrados en sus caderas se lo recordaba.

—No tienes que estar mirándome...—verbaliza calmo y continúa esparciendo shampoo por las hebras de carbón—Esa mujer está aquí.

—¿Esa mujer? —sonríe socarrón y no puede apartar los intensos orbes perversos del cuerpo de su legítimo rival, lo valida ante sí, Sasuke le transforma en otra persona—Antes era Sakura'ttebayo.

—No me interesa—le da la espalda—Puedes retírate, no es muy normal que estés ahí parado.

Y la mecha de su libido se enciende ante la vista del pálido culo lleno de cardenales, mordidas y hematomas.

—Tampoco es normal cogerme al renegado de Konoha.

—Espera idiota—plañe cuando le estampa con fuerza contra las frías losetas de la ducha—Espera...

Le ha callado con un necesitado beso, tosco y violento.

Entre el agua caliente mojándoles y la presión de los labios ajenos, siente que le asfixian, pero encuentra imposible no corresponder, pues Naruto ha sembrado la libídine en su interior y el lastimado cuerpo reacciona al mínimo contacto de los dedos bronceados.

No dispone de la fuerza de voluntad necesaria para pararle, no cuando se trata del héroe de Konoha y tiene la impresión de que el áureo le toca en todos los sitios de su hirviente anatomía al mismo tiempo. Él solo se puede aferrar impetuoso a los dorados cabellos con fuerza.

Se saca la ropa mojada a una velocidad que le hace honor al rayo amarillo de Konoha y con una habilidad impresionante, pues no despega la boca de la otra durante el proceso. Él prescinde de todo y se olvida de todos cuando se trata del ninja de la luna, la entrega y la devoción es tan completa que le parece risible que Sasuke no lo sepa.

—Sakura...—intenta hablar, pero la mano que frota deliciosamente ambas erecciones y la otra que dilata su lastimado y maltratado orificio, no le dejan hilar las ideas—Sakura... Nos va a escuchar... Idiota

—Olvídate de ella—enuncia entregado a la dulce faena—No me importa.

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Ahora que ha escuchado sobre las "pesadillas" de su excompañero de equipo, toda la culpabilidad le ha aplastado como una avalancha, removiendo las más finas fibras de su interior. Él ha pasado por experiencias de las que ella no ha estado ni mínimamente cerca. Y en ese justo momento, en su mente se proyecta una película de todos los momentos del equipo 7 y en la primorosa faz femenina se comienza a dibujar una sonrisa anhelante y nostálgica. Una lágrima desciende por su mejilla y desea, con toda la fuerza de su noble corazón, haber hecho más por su ex amor y no haber dejado todo en manos de Naruto, que al igual que ella, aún era un niño. Entiende que fue lo suficientemente egoísta para no pensar en que él no solo cargaba con la dolorosa partida de Sasuke, sino que por añadidura acarreaba el odio de todo Konoha y ese estigma de rebeldía perfectamente justificada.

Limpia las saladas lágrimas con ahínco y destilando determinación por cada poro de la endurecida piel, decide que traerá de vuelta al antiguo equipo 7. Sonríe por el orgullo que le causa su autodecisión de mujer madura y va en busca de los otros dos.

Quiere sorprenderles por lo que camina a pies puntillas para no hacer rechinar el tatami. No está muy familiarizada con la casa que alguna vez perteneció a los Uchiha así que únicamente se guía por instinto. La sonrisa no le abandona hasta que da con la habitación que busca y se va internando. Pronto se percata de la ropa que hay en la cama, deduce rápido que el otro se está duchando por el sonido del agua corriendo, en virtud de ello decide salir de la habitación preguntándose ¿Dónde se ha metido Naruto?

—Sakura...—súbitamente detiene sus pasos cuando escucha con claridad la voz quebrada de Sasuke—Sakura...nos va a escuchar... Idiota

—Olvídate de ella—esta vez es la voz de Naruto la que le deja sin palabras —No me importa.

¿Qué demonios estaba pasando?

Continuará...