Capítulo 16

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Nota: Lamento la tardanza, entre el trabajo y mis ocupaciones en casa, ya no me queda mucho tiempo como me gustaría, pero aquí está, un capítulo más. 

Los te quiero mucho <3 <3 

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El canto de los pájaros y el viento fresco refrescándole el rostro, le hacen sentir como el pequeño ninja que corría emocionado durante las misiones con el equipo siete. Cuando, a pesar de su atropellada infancia, su mente era libre de los fantasmas que ahora le aquejaban. Los sentimientos del adulto son tan angustiosos, que había ocasiones en que podía jurar, que la espalda le dolía.

Siguen el sendero que los llevara hasta el destino designado para la misión de espionaje. La compañía es grata, pese a la tensión entre ambas acompañantes. Se pregunta si algún día podrá llevar a cabo una misión con Sasuke y ante tal pensamiento, ríe ácido. Eso nunca podrá ser, pues ninguno de los dos son los mismos. Las experiencias fuertes a sus cortas edades, les han dejado heridas en sus almas.

—¿De qué te ríes, Naruto?

—Oh, no es nada Sakura-chan—frota su cabeza y le mira. Inevitablemente, le sigue pareciendo bizarro percibir el rostro femenino adorablemente tintado de rosa. Cuantiosas ocasiones logro vislumbrar en los ojos verdes ese primoroso brillo dirigido a Sasuke, por ello le parece atípico que ese visaje sea dirigido a él.

En algún periodo de su vida, le atrajo la hermosa mujer. Un sentimiento pueril y superficial. Sakura fue el primer nexo femenino directo que mantuvo en su vida. Y por un par de años llego a pensar que eso era el estar enamorado. Hasta que, al llegar a la adolescencia, en el transcurso de su despertar sexual, su boca no deseaba los labios femeninos, sus dedos no anhelaban acariciar las hebras rosas, sus palmas no codiciaban apretar las finas curvas y su nariz no buscaba el aroma a cerezo. Sakura no fue la dueña de su primer sueño húmedo y tampoco fue la musa en sus tardes de autocomplacencia, jamás fue su nombre el que le estallo en la boca al llegar al clímax. Todas esas primeras experiencias le pertenecían a Sasuke Uchiha.

—Na...Naruto-kun—le jala por la ropa con encogimiento, para que pare de caminar—Yo... Yo he traído esto para ti—la princesa Hyuga, extrae un lindo bento de su bolsa de viaje y lo coloca frente al áureo.

—Gracias Hinata'ttebayo—la sonrisa candorosa del otro, le hace sentir que ha valido la pena levantarse de madrugada a preparar la comida y no haber dormido tan bien como pudo haberlo hecho.

Buscan un sitio adecuado para hacer parada y alimentarse, puesto que han pasado varias horas caminando. Hacen un pequeño círculo y tan pronto como el héroe de Konoha se prepara para destapar la comida casera, por reflejo atrapa un bote que la ninja médico le ha aventado.

Los orbes añiles cintilan ante un bote de ramen de edición limitada.

Enrolla en su dedo una de sus rosáceas hebras en una expresión coqueta, a la vez que saca un termo con agua caliente, envuelto en una manta—Lo encargue a alguien que estuvo de misión en el país de los fideos.

—¡Muchas gracias Sakura-chan! —la expresión efusiva hace a la doncella del Byakugan apretar los puños debido a la frustración, pues frente a su comida no recibió la misma respuesta entusiasta.

Ni corto, ni perezoso, arrebata el termo y prepara el anhelado manjar. Presuroso, cae en cuenta de su acto insensible y se vira hacia la sensible muchacha quien no ha logrado ocultar el desánimo.

—¡Tu comida también es deliciosa Hinata dattebayo! — coge con los palillos una bolita de arroz y la engulle con ganas.

—Gra... Gracias Naruto-kun—las pocas demostraciones son suficientes para la conformista mujer.

—Estoy de acuerdo—entra en la batalla con suspicacia—Eres una gran cocinera, pero a Naruto hay que conocerle—el ataque ha sido demasiado directo e incluso ha dejado al rubio con la boca abierta.

Ya no se piensa acobardar como una chiquilla desvalida, por lo que replica con entereza—Yo aprenderé a conocer a Naruto-kun... Yo haré todo lo necesario para ser digna de él —y se mantiene firme, aunque su rostro esté a punto de explotar en virtud de la vergüenza que le ha producido hacer tan osada confesión.

La porción de ramen en los palillos, ha caído al suelo debido a la impresión y el rubio sabe que tiene que parar la repentina discusión o puede empeorar, por lo que toma la palabra—Chicas...es mejor que continuemos con el camino...

—¿Entonces estás asegurando que tú serás la futura señora Uzumaki?—la risa torcida de Sakura, no augura nada bueno—¿Por qué tú? ¿Por qué no yo?, después de todo él estuvo enamorado por mucho tiempo de mí.

Un trozo de carne se atora en su garganta ante lo dicho por su amiga de infancia. No es experto en mujeres y no sabe cómo lidiar con la pasivo-agresiva discusión. Ruega porque la misión no fracase, pues el temperamento de Sakura, aunado a la repentina valentía recién descubierta de la tímida Hinata, puede causar serios problemas en una misión donde la discreción es primordial.

—Tú... Tú lo acabas de decir, "estuvo"— y la tenue risa mordaz en la faz lechosa, pasma a la ninja médico, pues esos gestos no van con la princesa del clan Hyuga.

—No creo que pudieses entender el lazo que Naruto y yo tenemos—resuelve sencilla—Le conozco desde hace tanto y sé todo sobre él...—y se atreve a hacer tal aseveración porque en el fondo, la ingenua chica realmente lo cree así.

Pero la réplica avispada de la otra es algo que ninguno de los dos presentes se esperaría.—El único lazo que Naruto-kun tiene, es con Sasuke Uchiha—la joven acomete con ese comentario final, pues si bien desconoce la naturaleza de ese supuesto "lazo", si piensa que algo muy sólido une a los ninjas del sol y la luna, aunque ella garantice que es un sentimiento de hermandad.

Esto encoleriza a Haruno, pues lo que la otra ha dicho, no son falacias ni falsas acusaciones. Aunque deteste admitirlo, ese pensamiento ya ha pasado por su cabeza con anterioridad, causándole un ligero malestar, pese a que ni ella misma entiende el porqué de este recelo por el lazo de aquellos dos.

Suspira pesado y maldice a Kakashi sensei mentalmente de una y mil maneras. Siente cariño genuino por ambas mujeres, especialmente por Sakura, quien considera parte de su vida y parte de su desarrollo ninja. Y siente la conciencia como un lastre, pues si esas dos conocieran la naturaleza podrida y proterva de sus sentimientos, seguro le mirarían con repugnancia y miedo. ¿No sería tal vez eso lo mejor? Que le miren de esa forma, aliviaría un poco la enorme culpa que carga a sus espaldas.

Continuará ....

AMBIVALENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora