Capítulo 6

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Nota: Hola,  gracias por leerme, hoy sólo actualizaré esta y ya mañana Sweet Alpha porque tengo que pensar bien lo que pasara.

Los te  quiero mucho jajajaja

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Él podía gustarle a los hombres...

Naruto era un hombre...

¿Él podría gustarle a Naruto?

Las comisuras de los delgados belfos se alzan en una sonrisa llena de victoria. Ahora hay otra duda en su mente que le borra la reciente sonrisa, ¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar por qué Naruto no le deje solo?, y más importante aún ¿Al idiota le gustan los hombres?, ¿A el mismo le gustan los hombres?

El camino de su vida ha sido agreste y escarpado. Trivialidades como cuestionarse sus propios gustos jamás fueron algo relevante para él. Incluso, cuando años atrás pensaba en el renacer de su extinto clan, no hubo ni un solo momento en que pensara en una buena candidata.

Inconscientemente, su mente vuela hacia las mujeres que ha conocido a lo largo del camino, pronto se encontró pensando en las partes eróticas que a los hombres solían llamarles la atención. Los pechos, las piernas, el culo... Trata de tener pensamientos lascivos. Alza la cara nuevamente para observar su reflejo y darse cuenta de que dichos pensamientos no le causan nada.

Se concentra nuevamente y elige alguna fémina al azar. Piensa entonces en Karin, la mujer es preciosa. Sus largas piernas blancas, la cintura delineada, las hebras rojas, esa mirada sutil de orbes rojizos y el suave aroma a cerezas. Y nuevamente... no pasa nada.

Frunce el ceño frustrado y decide subir la apuesta. Piensa en un hombre al azar, entonces se le ocurre Suigetsu. Su mente vuela a la primera vez que le vio en uno de los laboratorios de Orochimaru. Rememora el cuerpo desnudo flotando el tubo experimental... Entonces siente la cara caliente y no puede parar las imágenes que arremolinan su mente, la dermis lechosa, el miembro dormido, los músculos delineados... La masculinidad. Se congela cuando siente un tirón en la ingle.

Alza la vista y vuelve a mirar su reflejo, se analiza incrédulo a sí mismo. No puede evitar pensar en el idiota de Naruto. Su aspecto descuidado y desprolijo, la sinuosa piel de color caramelo. Entonces se da cuenta de que siempre le gusto la tonalidad del áureo, cierra los ojos sin percatarse. Continúa cavilando, se centra en los músculos del zorro, esculpidos y pulidos, los ojos azules... Aunque no es el color en lo que está pensando; sino en esa mirada determinada que pone cuando está a punto de golpearle.

Su doliente falo da un respingo ante la imagen de Naruto luchando en el valle del Fin. La pasión con que le golpea... Su masculinidad.

—¡Teme! —el grito al otro lado de la puerta, le saca un respingo.

—¿Qué quieres? —replica con una falsa calma mientras tapa su notable erección con la almohada.

Y como es común en el otro, entra a la habitación sin respeto alguno a la intimidad ajena. —Te traje el desayuno'ttebayo—manifiesta sonriente—No comiste nada porque llego Sakura-chan.

—Déjalo ahí y vete—señala la mesita pequeña que se ubica frente a la cama— el rostro tintado de un erótico carmesí hace a Naruto mirarlo profundamente.

—Estas rojo teme—coloca la bandeja con omelette en la mesita y se acerca acechador al nervioso vengador—¿Qué te pasa? —lo escruta curioso.

—Nada—responde frío, pero aterrorizado por dentro—Un simple resfriado.

—¿Es eso? —coloca una rodilla en la cama ajena y con el dorso de la mano toca la frente del otro—Sí, debe ser... Estás muy caliente.

No sabe si es un delirio de su pervertida mente, pero siente que la voz de Naruto está siendo más baja de lo normal. Se siente sucio, si bien desea lograr que el otro no le deje solo nunca, piensa que es muy bajo hasta para un ex vengador, manipular de esa manera a su "inocente" amigo. De un manotazo quita la mano del rubio.

—Estaré bien—señala la puerta para indicarle que se vaya—Solo descansaré.

—Es extraño—ríe sínico.

—¿Qué?

—Hace un rato... estabas en perfectas condiciones—observa el cojín que el otro sostiene con esmero y que ahora mismo ha empezado a apretar—¿Ver a Sakura-chan te afecto? —indaga con un gesto malicioso que no es común en él.

—No sé de qué hablas usuratonkachi—enuncia indiferente.

—Bien—se encoge de hombros despreocupado—Me voy—hace amago de retirarse cuando de un ágil brinco arrebata el cojín de la pálida mano.

Los orbes de carbón se abren desorbitados y el gesto asustado hace a Naruto aguantarse la risa. Pero cuando mira la entrepierna de su amargado amigo, queda de piedra, pues el mismo creía que este ocultaba algún objeto, no creyó que realmente tuviera una erección de campeonato como esa.

Al sentirse examinado, lleva su única  mano para tapar la problemática área.

—Vete de aquí—musita arrebolado cuál tomate sin mirarle a la cara.

Le ignora y con sigilo, se sienta a su lado dejando al otro estupefacto—Es una reacción normal del cuerpo—sonríe cálido—No tienes que avergonzarte.

Aunque las palabras fueron inocentes, el ninja las siente demasiado cercanas—Naruto...—murmura en un hilo de voz—Lárgate de aquí.

—Tienes un problema ahí Sasuke—el tono chillón usual, se convierte en uno bajo y profundo—Debes aliviarlo.

—Co... ¿Cómo pretendes que lo logre contigo aquí idiota? —se quiere golpear por haber tartamudeado.

—No es como si me provocara algo verte mientras te tocas—suelta haciendo un gesto altivo y la mirada de cielo es retadora—A mí no me gustan los hombres teme—le mira de arriba abajo—Y menos como tú dattebayo.

Menos como tú...

Menos como tú...

Menos como tú...

¿Naruto le acababa de rechazar indirectamente?

¿El idiota cree que él no puede gustarle?

Ya se iba a enterar...

Continuará....

Nota: jajaja ya se auto manipulo el Soske...ahora si jajajajaja

AMBIVALENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora