Ténganme paciencia, vienen las vacaciones de diciembre y podre actualizar más. Te quiero mucho.
Si el capitulo esta feo, lo siento :( lo hornee en menos de una hora jajajajaja, espero no haber olvidado detalles de la historia jajajajajaja
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—Cálmate, Naruto—y es de admirarse el tono habitual del moreno, no obstante, el miedo y la adrenalina incrementan en su interior segundo a segundo—Buscaremos una solución para traer a Sasuke de vuelta—apela a la palabra pretendiendo convencer al poseso ninja.
Los orbes cerúleos, fríos y errantes no le dedican ni una sola mirada, como si no le estuviese escuchando y únicamente su cuerpo físico estuviese presente. Shikamaru entiende, entonces, que todo ese cúmulo destructivo, no es obra de la bestia que en su interior habita, sino la parte negativa de la conciencia del héroe de Konoha, esa parte que posiblemente nadie ha presenciado nunca, pero que todos poseen.
Sakura sigue ahí, postrada en el asfalto frío, pues la descomunal fuerza que la caracteriza se ha esfumado. Ser atravesada por el mismísimo Sasuke, por medio del chidori, no se compara en lo absoluto con el sentimiento que le ha causado ser partícipe del aborrecimiento de alguien tan dulce y cándido como Naruto.
—Sakura—le llama y hay una sutil variación en su tono perezoso, empero, es muy leve—Tienes que reponerte, necesitaré ayuda si esto se sale de control.
Las perdidas esmeraldas miran con atención a Shikamaru, y haciendo uso de un esfuerzo monumental, asiente lo más resuelta que puede, recordando que, por su sandez, pudiese estar poniendo en riesgo a la aldea entera, pues, así como reconoce la capacidad de protección que el héroe posee, reconoce también su capacidad de destrucción. Se incorpora de un salto, alejándose del ninja del sol en el proceso.
—Este asunto no es tuyo...—el moreno se tensa por breves instantes en cuanto escucha la masculina voz que irrumpe el ambiente carente de toda calidez, disímil a lo que usualmente es Naruto.
—Lo siento viejo...—lo dice sincero y hace una breve pausa, puesto que entiende lo osado que va a resultar las palabras que va a soltar—Soy un ninja de la hoja y es mi deber velar por su seguridad—lanza un suspiro antes de continuar—Aunque eso signifique ir en contra de su héroe.
—¡Alto! —esta vez la única médico en la escena corta el discurso de ninja sombra—Yo provoqué esto... Yo lo detendré.
Pese a discreción que el momento amerita, no consigue detener a tiempo el pequeño bufido sardónico que vibra en sus labios delgados—¿Cómo harás eso? —la entonación ha sido más burlesca de lo que hubiese deseado—Es el portador del zorro de las nueve colas de quien estamos hablando, Sakura.
Han bastado esos escasos segundos en los que se ha dirigido a la joven, para que de una forma inopinada advirtiese la mejilla arder contra el suelo, pues con una inusitada velocidad ha recibido un embate seco contra el rostro. Limpia la sangre que emana de su labio roto e intenta dilucidar como es que no lo vio venir.
Si bien Shikamaru se sabe así mismo limitado en lo que a su poder refiere, entiende también que difícilmente alguien podría llegar a ser tan analítico como lo es él y en cuanto a sus compañeros de generación respecta, está al tanto de todos y cada uno de los estilos de pelea que estos poseen, especialmente las técnicas y movimientos característicos de Naruto. Sin embargo, no ha sido capaz de agorar lo que hace algunos instantes ha acontecido, pues percibe cierto grado se desvarió en el comportamiento del héroe de Konoha.
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Tecletea los dedos de sus manos grandes sobre el escritorio de roble una y otra vez. Pocas ocasiones en su laxa y fluida existencia ha reparado en este sentimiento de frustración que ahora le asalta.
La larga y odiosa capa le ha comenzado a pesar y no por el hecho de ser una prenda de gran tamaño, sino por la impresión de no merecerla que le estruja la consciencia. Sabe las erratas que ha incurrido en su camino ninja, principalmente en su desempeño como sensei.
27 años no era edad suficiente para hacerse cargo de 3 niños de 12 años. Aprieta los puños a la par que la mandíbula, como le gustaría regresar el tiempo y comenzar todo de nuevo.
—¿Qué demonios está sucediendo? —repasa las hebras plateadas y tiesas con ambas palmas en un claro gesto de zozobra.
Se ha puesto de pie, decidido a dejar de lado las estúpidas reglas que le atan a la torre del Hokage y averiguar por su cuenta que está pasando con Naruto y ese maldito chakra oscuro que de él emana, sin embargo, un par de golpecitos tenues llaman a la puerta y por la naturaleza tímida de estos dilucida quién se halla al otro lado.
—Adelante—recompone el gesto bajo la máscara con abismal esfuerzo.
La puerta se abre con delicadeza, una delicadeza tan propia como la de la hermosa mujer que ahí se encuentra.
—Bue...buenos días Hokage-sama—reverencia cuál princesa.
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Hace rato que han dejado de intentar hacerle entrar en razón apelando a la palabra, puesto que el rubio pareciese no escuchar absolutamente nada. No hay técnica de por medio, sus ataques son erráticos, como si Naruto no se hallase en Naruto. Solo un instinto visceral de querer destruir todo y a todos.
Ambos ninjas se han fatigado en un lapso de tiempo muy corto. No han hecho más que esquivar los duros embates de su compañero y con desesperación han comenzado a advertir que no llegan ni a rivales de entrenamiento para el otro. ¿Cómo puede ser tan poderoso?
Y es alarmante saber que la única persona que pudiese poseer el poder para detenerle, parece ya no hallarse en esa dimensión, pues de su chacra no hay minucia alguna.
—Sakura... Esto no va bien—resuella con dificultad—Mi chakra comienza a agotarse.
No siente alivio alguno, ni siquiera cuando percibe que la ayuda viene en camino.
La médica no da réplica, pues sostiene su brazo fracturado por el impacto de una patada soltada con toda saña. Hace rato que las lágrimas han dejado de empapar su rostro sucio y pelea por mera inercia. Saber que todo terminara de ese modo le ha roto en pedazos.
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Hay un susurro que llena el ambiente. Sonríe en cuanto reconoce la placentera voz femenina que se cuela por sus oídos y hace latir su pecho. Es una melodía primorosa, habla sobre algo como dinosaurios ninjas. Debió escucharla en alguna ocasión, no obstante, le parece imposible recordarlo.
La oscuridad que le envuelve es infinita, pero no desagradable. En realidad, se siente ligero, tan ligero que pareciese no formar parte de lo tangible, ya no hay cargas pesadas que le hagan doler la espalda, su mente está libre de todo aquello que le pudiese aquejar o preocupar.
La idea de abrir los ojos le horroriza, prefiere permanecer en ese estado de completa plenitud, no obstante, la sensación de unos dedos fríos rozando su frente le hace salir de su estado de conciencia profunda.
Entonces mira, con encantadora curiosidad, a la persona que a su lado se sitúa hincada. Es un joven de largos cabellos oscuros de no más de 15 años, quien le sonríe candoroso.
—¿Quién eres tú? —se ha incorporado con la rapidez que su cuerpo infantil se lo ha permitido.
—¿Quién crees que podría ser?
—No lo sé—encoge los hombros—¿Eres mi conciencia?
—Tal vez.
—¿Cómo te llamas? —los infantiles orbes de carbón le detallan y escrutan con interés.
El mayor dubita por instantes en responder, sin embargo, al final resuelve hacerlo—Me llamo Itachi, ¿Sabes cómo te llamas tú?
Se rasca la cabeza y frunce el ceño al intentar recordarlo—No... No lo sé... ¿Tú lo sabes?
Asiente antes de contestar—Sasuke—lo mira a los ojos con una intensidad que intimida al niño—Sasuke Uchiha.
—Sa...su...ke—deletrea lento y le ha dolido el pecho. La angustia le hace querer llorar—¡No me gusta! —clama convencido—¡Ese nombre me entristece!
Continuará....
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AMBIVALENCIA
FanfictionLe ama tanto como le odia. Le quiere follar tanto como le quiere humillar. Le va a doblegar hasta conseguir romperlo. Entonces será completamente suyo. NaruSasu. Universo SemiCanon . +18 Todos los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.