4 - Rocadragón

6.3K 623 106
                                    

Aegon se dirigía hacia mí con una sonrisa triunfante y una botella de vino al alza. Cuando reía verdaderamente parecía un niño de nuevo, y no el ser adolescente insufrible en el que se había convertido.

- ¿Qué haces aquí? - pregunté levantando mi ceja.

- Dar un paseo contigo - dijo resuelto como si nada.

- ¿Y por qué querría yo dar un paseo contigo, Aegon?

- Porque te lo pasas muy bien conmigo, Danny - respondió sonriendo.

- ¿Ah si? Pues debes de ser el único de los dos que es consciente de ello - seguí caminando aligerando el paso y dejándolo atrás.

- Fingiré que no recuerdo cierta noche sólo porque me gustan mucho los retos - volvió a colocarse a mi altura - y me encantan cuando se ponen difíciles.

- Aquella noche fue culpa del vino, ergo no pienso volver a beber vino contigo - respondí sin querer entrar más en el tema.

- O sea que te doy miedo... interesante - volvió a sonreír ladeadamente.

- No digas tonterías - me paré frente a él - tú a mi me das muchas cosas, pero ninguna de ellas es miedo.

- Venga ya Danny, bebamos un poco - descorchó la botella y dio un trago directamente de ella ofreciéndomela - si mientras no te tires encima de mí para hacerme cosquillas...yo quietecito.

Puse mis ojos en blanco pero por alguna extraña razón...tomé la botella y le di un trago.

Estaba amargo pero refrescante a la vez, sentí como bajaba por mi garganta y se sentía tremendamente bien.

Nos sentamos en la arena seca apoyando nuestras espaldas en unas rocas un poco escondidas que encontramos en la playa. Él iba dando pequeños tragos y luego me pasaba la botella para yo hacer lo mismo. Durante un tiempo, tan sólo nos mirábamos y bebíamos sin intercambiar palabra alguna.

- ¿Qué hablabas con mi hermano Aemond? - rompió el silencio - ¿acaso ya ha empezado a cortejarte?

- No seas idiota...además está enfadado conmigo porque lo llamé niño - bebí de la botella y se la volví a pasar - justo de eso hablábamos.

- Conmigo tampoco fuiste muy amable - me reprendió aunque sin perder la sonrisa.

- Bueno, alguien amenazó con cortarse la verga - dije sarcástica - ¿sigue ahí?

Ni siquiera sé por qué dije aquello pero Aegon rompió a reír en carcajadas y yo acabé unida a él.

- ¿Quieres comprobarlo?

- No, gracias.

- Es una pena, ella estaría encantada de conocerte.

Por lo siete, ¡¿seguíamos hablando de su verga?!

- ¡Aegon! - le di un leve manotazo no sé bien si propiciado por el alcohol o por la extraña relación que estábamos empezando a tener.

- Prefería cuando me hacías cosquillas - dijo ahora en apenas un susurro, dejando la botella en la arena.

- Se va a derramar el vino.... - no sé en qué momento mi voz pasó a ser un susurro.

Pasó su mano por mi brazo haciendo que mi piel se accionase al segundo de sentirlo. De pronto sentía como si su tacto quemase allá por donde pasaba su dedo.

- ¿Qué...qué estás haciendo? - tartamudeé pues no entendía bien que nos estaba ocurriendo pero allí estábamos de nuevo.

- Creo que es obvio...te toco.

El poder del fuego |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora