Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Cᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ ʏ Sɪᴇᴛᴇ

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Conociendo a Persefone.

Narra Gianna.

Estaba en el campo de entrenamiento, mi esposo estaba teniendo una pelea con espada con Jason (todos los demás estábamos en las gradas viendo) a pesar de que pasaron 10 años, el nunca dejó de entrenar.
Recuerdo que cuando éramos novios y vivía solo tenía una habitación para entrenar, luego cuando nos casamos y yo estaba embarazada practicaba algunas veces en la sala de estar, o en nuestra habitación o en la del bebé cuando organizaba algunas cosas, donde yo estuviera con mi panza de embarazada el estaría a mi lado. Luego nació Bianca y le encantaba ver a su padre practicando con la espada, cuando ella comenzó a pararse sola, en la sala teníamos una reja para que no se fuera gateando sola, así que ella se paraba en la reja y veía a su padre practicar, y se reía.

—Nico sigue siendo igual de bueno.—dijo Annabeth.

—En estos 10 años nunca dejó de practicar, incluso cuando lo dejaba cuidando solo a los niños el practicaba, los niños les gusta ver a su padre.

Yo tenía cargado a Luciano, Bianca y Nico Jr veían a su padre fascinado.

—Mamma lo voglio anch'io (mami yo también quiero).—dijo Bianca hablándome, siendo seguido por Nico Jr.

—per favore.—me dijo Nico Jr.

—Tuo padre ti insegnerà quando io non sono presente, mentre ti guardo non prenderai una spada (Tu padre te dirá cuando no esté presente, mientras te tenga no encenderé una espada).

—Mamma.—me reprochan ambos.

—non prendertela con me, sono tua madre (no me reprochen, soy su madre).

Ellos haciendo un puchero siguieron viendo a su padre, bueno Bianca más que Nico Jr, el jugaba con un camión de juguete.

—¿Que dijo?—me pregunta Hazel.

—Quieren coger una espada, les dije que mientras yo estuviera presente ninguno d ellos dos tomaría una, cuando su padre los cuide ya no puedo hacer nada.

—En algún momento, ellos te dirán que aprender. Yo aprendí cuando tenía la edad de Bianca.—Me dijo Annabeth.

—Es más complicado yo soy su madre, Annabeth tú te sentiste bien aquí, pero no sabes tu padre como se lo tomó. Mis hijos en Italia iban a una escuela buena y no corrían peligro, Nico me a contado sobre todos los monstruos que se encuentran aquí en Estados Unidos, como padre no quiero que le pase nada a mi hijos, a mi me dolieron, yo los cargue, yo los alimenté y estaré con ellos hasta que yo me muera, los padres saben que los hijos son prestados, ellos harán su vida pero mientras yo pueda aprovecharé a mis hijos.

Ellos se quedaron callados, tal vez meditaban lo que yo les decía cuando un chico de piel bronceada y cabello rubio.

—Hola chicos.

—Hola Will.—respondieron los 7.

—Supongo que tú eres la señora Di Angelo.—dijo el tal will extendiendo su mano, yo se la tome.

—Así, soy Gianna Di Angelo, un gusto.

—El gusto es mío, will Solance hijo de Apolo.—Nos soltamos de la mano y vi al bebé.—¿Los 3 niños son hijos de Nico y tuyos?

—Así es son nuestros hijos.

—Nunca me imagine a Nico con hijos.

—Me lo han dicho mucho.—Le dije con una sonrisa, vi por encima del hombro como Nico se aproximaba.

—Solance.—fue el saludo que le dio mi esposo, sentándose a mi lado.

—Nico que bueno verte, felicidades por el matrimonio y los niños.

Mio Dolce AmoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora