Hades quiere convertirse en un mejor padre, así que después de la guerra contra Gaia lo envía a su tierra natal, la dulce Italia.
Nico Di Angelo viaja a esta hermosa tierra con solo 17 años, aquí el conoce a una dulce italiana cayendo rendido a sus...
Escuché una vez a Piper decir que cuando uno está enamorado el tiempo pasa mas rápido, nunca creí que fuera real. Pero ahora que yo soy el enamorado me doy cuenta que es cierto, llevo un año y medio aproximadamente desde que decidí alejarme de la vida de semidiós, y justamente hoy estoy cumpliendo un año de dejar que mi corazón de hiero entrará alguien. Sonará muy tonto y muy cursi pero quería que fuera especial, así que mande a hacer un ramo gigante de flores. Pedí que se las llevara a domicilio a su casa ya que sabía que si yo las tomaba, no quedaría flor alguna.
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También compré una caja con chocolates, sus favoritos de hecho, tuve la suerte de ver que sus hermanos se los regalaron en su cumpleaños para saber cuáles eran, se notaba que Gianna había crecido con todo lo que pedía, los chocolates eran costosos. Pero no me importó dárselos, tenía el dinero y me sobraba y es una fecha especial. Quedamos en encontrarnos en la Fontana de Trevi, ese siempre es nuestro punto de encuentro. Ahí recogería a Gianna ya que su hermano la llevaría y después de rogarle mucho a su padre, la permitió pasar esta noche conmigo en mi casa. El regalo de Gianna se quedaría en mi casa, se lo daría cuando estemos haya. Estacione mi auto y a lo lejos vi a mi hermosa novia, estaba vestida un poco formal como habíamos quedado, ya que iríamos a un lujoso restaurante a almorzar.
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En sus manos había una caja bastante grande y una más pequeña, envuelta en papel negro, también tenía una mochila donde supongo están sus cosas para pasar la noche, ella me vio y me dio una sonrisa llegue a su lado y solo de dije.
—Estas hermosa.
—Tu también estás guapo.—Me dijo aunque estaba vestido todo de negro, pero formal.
Me acerqué a sus labios y la bese, saboreando su sabor. La sujetaba de la cintura con delicadeza y disfrutamos de nuestros labios, cuando nos separamos le dije.
—¿Te gustaron las flores?
—Me encantaron, me sorprendió mucho estaba en pijama cuando llegaron. Gracias Amore me gustaron mucho.
