Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Oɴᴄᴇ

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𝐔𝐧 𝐛𝐞𝐬𝐨

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐍𝐢𝐜𝐨.

Era lunes después de el suceso del domingo, le dije a Gianna que no viniera ayer a mi casa ya que por dormirme tarde tenía dolor de cabeza, pero era mentira. Aún no sabía como darle la cara después de aceptar que me gustaba, pero yo era un semidiós tenía que ser valiente y darle la maldita cara al asunto, más siendo ella mi amiga (la mujer que me gusta) y mi profesora para entrar en la universidad.

Hoy Gianna a las 8 me llamo para decirme si la podía recoger hoy de la universidad a las 2 que salí, ya que ella no quería manejar y sus hermanos no la podrían recoger. Como podía negarme a una petición de la mujer que me gusta, así que aquí estaba yo afuera de la universidad, pero esta vez no la recogería en auto, la recogí en mi moto eso se debe a que salí un poco tarde de mi casa, y la moto es más rápida que el auto.

La vi saliendo con ropa que me provocaba en mi situación, estábamos en verano así que era normar que usara ropa corta o fresca, pero eso era demasiado para mi, teniendo en cuenta los sueños que e tenido últimamente en donde ella es la protagonista, anoche tuve dos sueños en uno Gianna y yo estábamos en una cama abrazados y besándonos, yo le acariciaba su cabello y ella me abrazaba como un peluche. Me levante después de ese buen sueño y quise volver a dormir para ver si soñaba lo mismo, pero no fue así, estábamos Gianna y yo solo que estábamos en una situación comprometedora en mi cocina.

 Me levante después de ese buen sueño y quise volver a dormir para ver si soñaba lo mismo, pero no fue así, estábamos Gianna y yo solo que estábamos en una situación comprometedora en mi cocina

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Llegó a mi lado y me abrazo, yo sujeté su cintura con fuerza y aspiré el aroma de su cabello, con la mano que la estaba abrazando la alce un poco y la coloque sobre mis zapatos. Ella se rió por ese gesto, sacándome una pequeña sonrisa que no mostré.

—Hola Nico. —Me dijo en mi oído haciéndome estremecer

—Hola Gin.—le respondí separándome un poquito para ver su hermosa cara, viéndola así ella están pequeña en comparación a mi, en todos los aspectos.

—Gracias por venir por mi, lamento molestarte.—Dijo viéndome a los ojos.

—No son molestias, cuando quieras, como sabes no tengo muchas cosas que hacer aun.

La baje de mis pies y le ofrecí uno de los cascos y ella me vio con una ceja alzada.

—¿Que? —Le pregunte.

—¿Iremos en tu moto?

—Si, tranquila se conducirla.—La tranquilice colocándole el casco.

—Me confío que sepas conducir, la cosa soy yo.—dijo bajando la cabeza apenada, yo se la levante haciendo que me viera,

—¿Que sucede?

—Te dije que me subí a una moto con mi hermano, la cosa es que yo abrazo muy fuerte a la persona que tengo al lado, se que no disfrutas mucho el contacto, pero me da miedo caerme ¿Puedo abrazarte?

Yo festeje en mi interior, creo que a partir de ahora utilizaré más mi moto con Gianna.

—Por supuesto que puedes, tranquila no te pasará nada conmigo.

Me coloqué mi casco y me subí, Gianna se subió detrás y apenas lo hizo se aferró fuerte a mi, yo le apreté las dos manos y le dije "tranquila" y arranqué directo a mi casa.

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐆𝐢𝐚𝐧𝐧𝐚

Se sintió bien ir abrazada a Nico, a veces sentía que lo abrazaba muy fuerte pero era porque el iba demasiado rápido, cuando lo apretaba tanto el lo que hacía era reírse.
Ahora estábamos como ya era costumbre en nosotros, estábamos estudiando en su sala, ambos estábamos sentados en la alfombra y en la mesita de la sala había cuadernos y libros, yo le hacía preguntas a Nico o le explicaba algo, mientras yo hacía mis propias tareas, era algo divertido lo que hacíamos, también teníamos un plato con botanas y lo estábamos acompañado con unas gaseosas.
Ya eran las 5 de la tarde, habíamos pasado 3 horas estudiando así que le dije a Nico que dejáramos asi por hoy, cada vez su examen estaba más cerca, yo tenía fe en el.
Nico estaba viéndome mientras yo terminaba una tarea, sentía su oscura mirada en mi. Era algo que no ayudaba mucho en mi situación, ya que el día de ayer con la ayuda de mis cuñadas, flora y clara luego de un maldito interrogatorio me di cuenta que me gustaba Nico, si es sorpréndete enamorada del hijo del infierno. Sabía que era una pérdida de tiempo ya que bueno, el nunca sentía nada por mi nunca. Pero su mirada ya me estaba poniendo nerviosa así que hablé.

—¿Tengo algo en la cara?—dije mientras seguía escribiendo intentarlo ignorarlo.

—No, solo pienso en tantas cosas.

—¿Como que?

—Si te lo dijera no me creería, me tomarías de loco y saldrías corriendo de mi casa.—fue lo me dijo haciendo que alzara la cabeza y dejara el lápiz a un lado, me acomode quedando frente a frente y le dije.

—Rétame, prometo no salir corriendo de aquí.—le dije con una sonrisa

—¿Estás segura?—dijo y no se si fue mi impresión, pero lo vi cada vez más cerca de mi.

—Muy segura Di Angelo.

Fue lo último que dije, ya que el colocó su mano en mi mejilla y sin dejarme decirle nada me beso, sus labios eran fríos al toque. Yo le correspondí el beso de una manera lenta, no era la primera vez que besaba a alguien, pero si era la primera que sentía tantas cosas por alguien, siento que me podría volver adicta a ese tacto frió en mis labios.
Nico colocó su mano en la parte desnuda de mi abdomen y me acercó a él, yo le facilite las cosas y me monte sobre su regazo, ahora ambas manos estaban en mi cintura desnuda, nos separamos lentamente y veo sus labios, mi brillo sabor a fresa estaban sobre los suyos, el tenía una sonrisa de oreja a oreja, nunca lo vi sonreír tanto. Yo le devolví la sonrisa y dejé un pequeño beso en sus labios para separarme y decirle.

—Creo que sigo aquí Di Angelo.—Pase ambos brazos por sus hombros y me senté mejor en su regazo.—No pienso irme aún.

Mio Dolce AmoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora