Capítulo 8 - Amber

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-El Afrika Korps fue llevado a cabo en el vasto desierto entre Libia y Egipto, este escenario permitía a las fuerzas mecanizadas poner en práctica de la forma más pura posible el combate de maniobras operacionales de gran movilidad -término de leer la maestra Karen -. Haremos una actividad en donde tendrán que trazar toda la ruta que transitó la 15a división Panzer. El trabajo será en parejas.

Sabía que Charles se haría conmigo, sinceramente no quería estar con Ava en trabajos porque ella solo se aprovecharía de mi inteligencia y me distraería, al menos él trataba de entender, aunque no era muy listo.

-Estrellita - Charles me llamó -. ¿Estamos juntos para el trabajo?

Mi hipótesis era correcta.

-Claro - respondí.

Tomé mi atlas buscando la página en donde estuviera el mapa físico de África, eso me hacía recordar los primeros años de bachillerato donde teníamos que copiarlos todos.

Al encontrar el mapa, busque Libia, a pesar de estar al lado de Egipto, era una amplia zona para guerras, Rommel y Hitler habían sido inteligentes para escoger esa zona.

-Aquí está -dije señalando el desierto de Libia para que Charles lo viese.

Recordé un antiguo libro en la biblioteca de mi padre Afrika Korps, lo leí algunas veces de pequeña, sabía que en algún momento me serviría para algo.

-Charles, tengo un libro con la ruta de la 15a Panzer, puedes venir a mi casa y trazamos la ruta y mientras la hacemos con lo que nos acordemos - él asintió con una sonrisa.

Recordaba el recorrido del Afrika Korps por Sidi Rezegh, el Agheila, Mechili, el Alamein, Marsa Matrouh y Halfaya.

Lo anoté todo y se lo mostré a Charles, él hizo la mímica como si mi mano no lo dejara ver el contenido y la tomó entre la suya enviando corrientes por todo mi cuerpo, podía sentir mis mejillas sonrojadas.

Le di una mirada insinuante.

-No podía ver - dijo y pude notar algo de rojo en la pálida piel de sus pómulos-.

-Podías ver perfectamente - le dije.

-Admítelo, se sienten bien nuestras manos juntas - comentó él haciendo que mis mejillas se pusieran más rojas de lo que estaban -. Además, si no quisieras no hubieras entrelazado tu mano entre la mía sin ni siquiera darte cuenta y no estarías roja como un tomate.

Charles desenlazó nuestra mano, besando la mía antes de liberarla.

-Glem aldri at jeg elsker deg, lille stjerne - dijo en un idioma que no pude reconocer, fruncí mi ceño -. Es noruego - explicó liberando mi mano.

Sus mejillas seguían sonrosadas, se veía tan tierno así.

-Y, qué significa eso? -pregunté, aunque era obvio que no me lo diría.

-Quién sabe.

-Eres víctima de tu propio invento, tus mejillas también están rojas.

-Lo sé, pero a diferencia de ti no he negado mis sentimientos.

Sabía que se refería a la vez en que trató de enseñarme a andar en patineta.

Nunca olvides que te quiero estrellita.

Las mariposas se hacen presentes en mi estómago al recordarlo.

Comenzamos a anotar la ruta del Afrika Korps por el resto de la clase.

Jayden y Ava se nos acercaron, seguramente iban a pedirme copia, Ava era mi mejor amiga aunque una aprovechada.

-¿Qué hacen? - preguntó Jayden como si no fuera lo suficiente obvio.

-El mapa.

-El mapa - respondimos Charles y yo al tiempo.

Jayden y Ava rieron, debíamos vernos demasiado tiernos.

-Ustedes serían una linda pareja - dijo Jayden, Ava asintió.

Charles me guiñó uno de sus ojos mieles, pude notar que estaba un poco rojo, yo debería parecer un tomate.

-Suena tentador - respondió con tono burlón - ¿qué opinas estrellita?

-¿Estrellita? - preguntó Ava entre risas - que cursis.

-¿Por qué ese apodo? - cuestiono Jayden.

Sonó el timbre, jamás lo había añorado tanto, no tendría que seguirles explicando a Jayden ni a Ava, sobre lo mío con Charles. Por lo menos había olvidado lo de perdirnos copia, ambos eran un desastre, eran tal para cuál.

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-Vamos Ambie, puedes hacerlo - dijo Charles mientras me sostenía en su patineta mientras nos dirigíamos a mi casa.

Sentía como si con cada movimiento me pudiera caer, aunque no podía negar que me sentía segura en los brazos de Charles.

-Ni se te ocurra soltarme - le advertí.

-Sabes que no lo haría estrellita - dijo guiñando su ojo, haciéndome sonrojar inmediatamente - Y en serio Ambie, te sonrojas muy fácil - rodé los ojos como si no tuviera caso.

Llegamos a casa, no estaba nadie, mi mamá tenía turno hoy, al igual que papá, ambos son médicos.

Subimos las escaleras, Charles admiraba cada fotografía colgada, mi mamá era una adicta a las fotos.

Busqué el libro por los estantes, y para mi desgracia estaba en el más alto, me puse de puntillas para tratar de alcanzarlo, pero era inútil solo podía tocar su lomo.

Sentí a Charles detrás de mí estirando su brazo para alcanzar el libro, realmente era muy alto y yo era simplemente una enana. Me lo pasó y besó mi cabello.

Esas ganas de que dejara de besar mi cabeza y besara mi boca.

-Sabes, tú eres una enana roja, eres chiquita y te sonrojas cada vez que me acerco.

- Malo - le rebatí, él simplemente sonrió haciendo ver sus lindos hoyuelos.

Busqué entre las empolvadas hojas del Afrika Korps hasta encontrar finalmente el recorrido.

-Mira, empieza en él ... y sigue en ... - Le expliqué mientras él movía el lápiz a lo largo del mapa.

- Te ves linda cuando explicas algo - dijo él mientras trazaba el recorrido -. A quien engaño, siempre te ves hermosa.

Dijo guiñándome un ojo, provocando que el color carmesí de mis mejillas se hiciera presente.

-Elsker deg - murmuró él en noruego.

-Dímelo en español - le exigí, él negó con la cabeza.

-Repite después de mí - sonaba como un profesor de inglés -. Elsker - Charles podía ser muy testarudo cuando quería.

-Elsker - repetí de mala gana.

-Deg.

-Deg - repetí - Elsker deg - finalice.

-Yo también te amo estrellita - mi boca se abrió en una gran O al darme cuenta de su engaño.

-Eres un tramposo.

Dejó un beso en mi mejilla, susurró en mi oído.

-Lo sé.

Y eres el único tramposo a quien quiero en mi vida.

Mil coincidencias tuyasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora