Mil coincidencias tuyas

Capítulo 22 - Charles

Escucho el timbre de la puerta, debe ser Liam, ¿Por qué tiene que ser mi padrastro?, existen millones de hombres en el mundo, pero no a mi mamá solo le hacía feliz él.

Abro la puerta de mala gana y veo que no es Liam, de hecho es Amber, al ver su pequeño cuerpo ahí sonrió como un tonto. Me va a doler dejarla ir.

-Hola, colmillos.

-Hola, estrellita de ojos verdes - la saludo con una sonrisa -. ¿Por qué no me dijiste que venías a visitarme?

-No te creas tan importante, vengo a visitar al gato. Le he comprado esto - me da un pequeño collar con una placa que dice Peluche y mi número de teléfono.

-Y no vas a visitar a su padre, me siento indignado - ella se encoge de hombros con una sonrisa.

Dejo que pase, ella se dirige a mi habitación mientras la sigo.

-Hola, bebe hermoso de mi vida, ¿Cómo está el niño lindo? - empieza a mimar al gato.

-A mí no me mimas así, me siento celoso.

-Mira, qué padre más envidioso tienes - le dice a Peluche.

Se acerca a mí y me besa, ella tiene que ponerse de puntitas y yo agacharme.

-¿Feliz? - me pregunta al separarse.

-Sí, bastante.

-Oye, qué linda guitarra, quien te la habrá regalado - dice al ver la guitarra en un soporte.

-Me la dio una chica muy linda y se llama estrellita.

Recorre mi habitación viendo algunos discos, libros y cuadernos prácticamente vacíos.

-¿Qué es esto? - preguntó señalando una hoja de papel - Mil coincidencias tuyas - leyó el título.

-Son todas las coincidencias que tenemos.

-No saber crear una excusa creíble, oye, mis excusas son creíbles.

-Sí, muchísimo, solo estaba pensando - se sonroja al recordarlo.

-No celebrar cumpleaños, no ver muchas películas, leer wattpad, amar Coldplay, creer que Ava es intensa, creer que la caminata hasta Woodcock es larga, amar la astronomía, amar a los gatos, vivir cerca de Harrow - ella leyó -. Son muchas - dijo al ver que detrás de la hoja también habían.

-Te la regalo.

-No puedo creer que te hayas tomado el tiempo de escribir todas nuestras coincidencias.

-No son todas, nos faltan muchas.

-¿Estás seguro de querer darme la lista?, es importante para ti.

-Haré otra lista.

-¿Cómo la llamarás?

-Mil coincidencias nuestras.

-Qué poeta.

Ella sigue recorriendo mi cuarto hasta encontrarse con mi colección de discos, de hecho eran de mi padre.

-Es muy variado tu gusto musical - me dice ella leyendo todos los títulos.

-Dame ese - le digo señalando un CD de portada violeta.

Ella me lo da, enciendo mi computador y lo introduzco para que la música comience a escucharse, es un vals.

-¿Le apetecería bailar conmigo, señorita? - le pregunto haciendo una reverencia dramática.

-Me encantaría, señor colmillos.

Ambos comenzamos a bailar por todo mi cuarto, cuando la música acaba, beso sus labios y dejo que ella siga revisando mi habitación.

-¿Qué es esto? - pregunta ella al encontrar un cuaderno viejo.

-Un álbum de fotos.

Ella mira las fotos dentro y empieza a reír.

-¿Eres tú? - me pregunta señalando una foto en la que estoy estornudando.

-Iba a estornudar - digo y ella se echa a reír.

-¿Este era tu padre? - pregunta señalando al hombre que está a mi lado en la fotografía.

-Sí.

-Es una foto de ti bebe, mira esos colmillos - dice con ternura, mientras yo la fulmino con la mirada.

Amber sigue revisando mis cosas hasta que su madre le envía un mensaje pidiéndole que vuelva a casa. Al cerrar ella la puerta de la casa entra a mi cuarto mi tío con expresión de exorcista.

-¿Qué hacía ella aquí? - pregunta.

-Liam, no sabía que regresarías temprano, ¿Cómo te fue en el trabajo?, ¿Muchas ventas? - le pregunto tratando de cambiar de tema.

-No desvíes el tema y ¿Qué hace ese gato aquí?

-Mamá me dejo adoptarlo.

-De acuerdo, ¿Qué hacía ella aquí?

-La invité - respondo rindiéndome.

-Charles, yo sé que la amas, pero uno tiene que hacer sacrificios por amor, tu familia te ama y tú amas a tu familia, ella puede herirnos.

-Pero ...

-Es la última advertencia que te doy, aléjate de ella, Charlsie.

-No me llames así.

-Recuérdalo: Última advertencia - dice saliendo de mi habitación.

Puedo protegerla de ti, ogro.