Capítulo 24 - Amber

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 -Cómo es posible que te hayas leído el libro en dos días? - dice Charles impresionado cuando le devuelvo el libro que me había prestado -. Tiene 543 páginas.

-Pues es un buen libro, se merecía su lectura - le contesto encogiéndome de hombros.

-Yo me lo leí en un mes.

-Qué perezoso eres.

Me muevo por los estantes de su biblioteca buscando más libros, es impresionante la cantidad que tiene.

-¿Te recomiendo un libro? - busca en lo alto de los estantes - Facili descensus averni.

-Preferiblemente en español.

-Es viaje al centro de la tierra.

-Ya lo leí, además en noruego no creo que lo entienda mucho.

Sigo buscando por los estantes, hasta que encuentro un título algo extraño.

-Charles, qué es esto? - se lo enseño riéndome - Cuentos para un vampiro ejemplar.

-Aún existe ese libro, pensé que mi mamá lo había botado.

-¿Lo leíste?

-Sí, la verdad es muy extraño.

Se adelanta hacia mí y toma el libro entre sus manos, lee la contraportada y comienza a buscar algún cuento.

-El pequeño vampiro y el pequeño humano - lee el título del cuento y se aclara la garganta -. Allí estaban ambos chicos sentados en aquel porche terrorífico del pequeño vampiro. Se ven todos los días, el viejo roble algo seco se ha cansado de escucharlos, hablar por horas y a jugar horas sin descanso.

>>En esta ocasión jugaban a responder a cualquier pregunta sin importar la respuesta, al pequeño vampiro no le importo en lo absoluto que el humano le preguntas sobre su secreto, nunca había sentido miedo de ello. Hasta que lo oyó pronunciar esas palabras.

>> -¿Cuál es tu mayor secreto? - preguntó el pequeño humano aparentemente inocente. El vampiro palideció y cuando recuperó el color, su rostro se puso más rojo que una granada, despertando la curiosidad del humano.

>> -¿Prometes no decírselo a nadie, nadie? - preguntó el vampiro con la voz temblorosa, el chico humano asintió con la emoción a flor de piel.- Soy... Soy un vampiro - dijo el pequeño chico con voz tan baja que esperaba que él no escuchase.

>>-Increíble - dijo el humano - Puedes transformarte en un murciélago? -. El pequeño vampiro negó rápidamente y le explicó todo respecto a su mundo, en menos de que ambos lo esperase anocheció, provocando que cada pequeño niño regresase a su casa.

>>Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses que el pequeño vampiro no veía al humano, hasta aquel día de otoño que ambos chicos desearían borrar de su memoria. El infante vampiro vio al humanillo sentado en la acera, el chico no lo dudó dos veces y fue directo a él.

>>El vampiro lo abrazó con fuerza, pero el humano nunca correspondió a su abrazo, un débil <<Perdóname>> salió de los labios del pequeño humano y en menos de una parpadeó, al pobre vampiro lo había en una jaula como si de un animal salvaje se tratase, el vampiro forcejeó, lloro y suplico, pero nada valió.

>>En cuanto el pequeño vampiro abrió sus ojos marrones, se encontró en un lugar con paredes blancas, al igual que las mesas y el uniforme de las personas, entonces lo comprendió todo, su amigo humano había revelado su secreto y ahora lo estudiarían como si fuese un monstruo.

>>Por ello vampiro que lee esto nunca debes confiar en un detestable humano. Fin>>.

Termino de leer Charles cerrando el libro de golpe y comenzó a reírse como un tonto, aunque debo de admitir que me encanta escuchar el sonido de su risa.

-Son los peores cuentos que he leído en mi vida - dijo el chico de ojos mieles.

-¿Tú crees eso de los humanos? - pregunté esperando a que la respuesta fuese un no rotundo.

-Claro que no, estrellita, tú no me has puesto en un laboratorio - dijo el chico muy seguro.

-Quien quita de que no lo pueda hacer - dije riendo.

-Pues qué privilegio sería tener a una científica tan linda estudiando - dijo guiñándome uno de sus lindos ojos -. Te amo, estrellita.

-Te amo, colmillos.

Se acercó hacia mí y me beso con suavidad, el beso no duró mucho porque se percató de unos pasos cerca de nosotros.

-Quisiera seguir con esto, pero mi tío debe de estar merodeando cerca, deberías irte.

-Claro - tomé mis cosas y me dirigí hacia la salida con Charles a mis espaldas -. Adiós, colmillos - di una paso fuera de la casa hasta que me percate del espantoso frío que hacía, claro, yo era la única que estaba en diciembre sin siquiera un suéter.

-Toma esto - dijo Charles al notar mi estremecimiento y me dio un suéter que estaba sobre un sillón.

Tome su sudadera y la pase sobre mí haciendo que a mis fosas nasales llegase el olor de Charles.

Charles

Vuelvo al sótano arreglando todos los libros para tener la excusa de que quería ordenarlos.

-Charles Spooner - ya se dio cuenta el ogro, pienso al oír la gruesa voz de Liam a mis espaldas.

-¿Qué quieres? - pregunto de mala gana.

-Escuche la voz de una chica y luego la veo en mi sala, aunque sabes, no me molestaría si fuera cualquier chica, me molesta porque fue de quien te pedí que te alejaras.

-Aja.

-La última vez te dije que sería la última advertencia, lo cual significa... - hace un gesto con sus brazos para que siga yo.

-Que esta vez no habrá advertencia.

-Si no acción - doy un brinco en donde estoy y me quedo paralizado en una esquina.

-¡No la matarás!

-No, no lo haré, pero no me quedará opción si sigues con ella - ante mi silencio él decide agregar algo más -. Mira en este instante tienes una gran oportunidad para dejarla, puedes hacerle creer que no te gustan las relaciones muy largas y que ella era como la diversión de esa semana.

Me quedo en silencio un largo rato, yo no puedo dejarla, no sería capaz, ella debe dejarme, pero no tiene motivos para hacerlo. Tendré que darle motivos para que rompa conmigo.

-Haré que ella rompa conmigo, pero no quiero que te acerques a ella, además debo darle motivos para que ella me termine y para ello tendré que seguir con ella.

-¿Y qué tienes planeado?

-Sé que odia a los chicos que son perros. Tendré que convertirme en uno, pero también tendré que traer a otras chicas a casa para que a ella le disguste.

-No es más sencillo que solo digas: Terminamos.

-¿Es tu ruptura o la mía?

-Como quieras - dice yendo escaleras arriba.

Me acurruco en un rincón pensando en lo que le tendré que hacer a Amber, una lágrima baja por mi mejilla, pero la apartó rápidamente.

Mi teléfono suena con una notificación, es ella. <<Ya llegué a casa>>, <<¿Cómo te fue con tu tío?>>. Me debato entre responder o no y termino decidiéndome por apagar el teléfono.

-Perdóname, estrellita - digo en un susurro.

Mil coincidencias tuyasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora