Capítulo 40 - Amber

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Juego con los dedos en mi regazo esperando a que la amiga de mi madre llegue, pues ella la ha invitado a almorzar, el punto es que podría morir de aburrimiento en este momento.

Trato de entretenerme con mi teléfono mientras tanto, hasta que llega un mensaje de Lander.

<<Hola, linda>>.

<<Hola, Landie belle>>.

<<¿Qué haces?>>.

<<Nada, aburrida, ¿Y tú?>>.

<<Yo no estoy aburrido>>. Siempre me ha sorprendido lo rápido que él contesta mis mensajes, Charles podía pasar horas sin siquiera verlos.

<<¿Qué estás haciendo?>>.

<<Solo escribiéndote>>.

<<¿Y no te aburres?>>.

<<Cómo hacerlo>>.

<<La mayoría se aburre hablando conmigo>>.

<<Y a mí me aburre hablar con la mayoría>>.

Me sonrojo al ver esa respuesta, pero trato de disimularlo al notar que la invitada de mi madre ha llegado. La saludo amablemente y nos sentamos a almorzar.

Ellas hablan de su trabajo o ni siquiera sé que, he dejado de prestar atención hace mucho, mi mente prefiere concentrarse en un pelinegro de ojos azules. Termino de comer lo más rápido que puedo y espero unos minutos hasta que sea prudente levantarme de la mesa.

-Oye, Amber, ¿Cómo sigues tu salud? - pregunta la invitada justo cuando trataba de irme, miro a mi madre como si pudiera reclamarle por qué se lo ha dicho.

-Bien, supongo, la medicina es muy buena - respondo hipócritamente.

-Nena, no tienes que mentir, tu madre me ha contado lo de...

-No quiero hablar de eso, si me permiten tengo que retirarme.

Salgo velozmente de la casa antes de que alguna de las dos pueda decirme algo, voy al porche de Lander y toco el timbre.

-Hola, linda - saluda él con una sonrisa.

-Hola, Landie - respondo notando que él está más nervioso de lo normal -. ¿Qué te pasa?

-Nada, solo... - niega con la cabeza -. Nada.

-¿Nada?

-Nada - afirma -. Quizá nada pueda ser nuestro always.

-¿Leíste el libro?

-No, pero tengo una prima que está obsesionada con ellos.

-Me cae bien tu prima.

-Por cierto, ¿Has leído libros de Taylor Jenkins?

Trato de recordar, pero no lo he hecho, solo la he escuchado y sé que sus libros son muy buenos.

-No, pero quiero leerla.

-Perfecto, siéntate ahí ya vengo - me señala una silla de su porche y vuelve directo a su casa, dejando la puerta abierta.

Regresa un rato después dejando un paquete dentro de la casa, ¿Qué escondes, Lander?

-Bueno, ¿Qué hacías qué estabas tan aburrida?

-Una amiga de mi madre fue a casa y es muy fastidiosa.

-¿Qué dijo?

-Pregunto por mi salud, no sé si estoy más enojada con ella o con mi madre por contarle.

Mil coincidencias tuyasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora