15. La traición

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Olivia

Se cruzó de brazos en los primeros segundos de silencio de parte de todos, que no sabían ni qué decir. Hasta que finalmente se hartó y se pasó las manos por la frente. Tenía muchas dudas, eso era cierto, pero mejor empezar por la primera.

-¿Quién es Sarah exactamente?- preguntó luego de más o menos un minuto. Davies se giró hacia ella con las manos en los pantalones y enarcó una ceja. Era evidente que estaba dudando entre si decir algo sobre eso a una persona que conocía hacía poco. Pero al parecer optó por decirlo. Qué más daba.

-Era una asistente, trabajaba para mí, como estos niños, pero la diferencia es que a estos no los odio- apretó los labios-. Yo tenía demasiada confianza en Sarah, jamás me había fallado, y noté algunos comportamientos raros de su parte, pero bueno, qué sabría yo.

-¿Cuántos años tiene Sarah?- preguntó Amy.

-Debe tener sus cuarenta- se encogió de hombros, sin mostrar mucho interés.

-¿Y tú cuántos tienes?- esta vez, él que habló fue Nick, que enrojecido enseguida que Davies posó sus bonitos ojos sobre él con frialdad.

-Tengo treinta años. El hecho de que haya trabajado para mí no se trata de edades, se trata de confianza, o incluso necesidad. En el caso de estos chicos, se trata de confianza, y cariño, por supuesto. Con Sarah también era así, siempre lo fue con la mayoría que creció junto a mi. Es diferente con aquellos que conozco hace poco, aquellos que no tienen habilidades y los necesito para algunas misiones o trabajos no importantes de mencionar.

-¿Es decir que ella los traicionó? ¿O cómo fue?- preguntó Olivia, cada vez más interesada.

-Sí, fue una traición. Ustedes deben saber que todos los cuadros que están aquí, fueron pintados por mi abuela, algunos son míos y otros retratos de ella. Bueno, mi abuela era muy poderosa, joder, sí que lo era. Ella estudiaba personas con habilidades, como ustedes, y cuando envejeció me hizo prometer que yo seguiría con esto, y bueno, pues aquí estoy.

>>El tema es que, un hombre que no creo que sepan quién es, también sabía sobre la existencia de ellos, y educó a su hija para que quisiera terminar con todos aquellos que sean como ustedes. Él no llegó a enterarse de que son lobos, murió antes el maldito, pero su hija sí llegó a hacerlo. Annabella. Si pueden deducirlo genial, pero sino, les informo que es la madre de Sarah. Sí, es, no era. Sigue viva, desafortunadamente.

>>Y eso que intenté matarla eh, pero si será de hierro... El tema es que, para el remplazo de su madre ya que ella está internada y muy enferma, Sarah ha estado conspirando en nuestra contra y aprendiendo todo sobre el asunto para terminar con ustedes. Y claro, viviendo conmigo le sería más fácil.

-¿Ha atacado alguna vez?- Olivia se acercó.

-¿Cómo crees que nos traicionó? Ha intentado matar a esos tres- señaló a Jaiden, Jessie y Jason, que parecieron recordar ese día con tristeza.

-¿Matar?- repitió ella, pasmada.

-Claro, ¿qué esperabas? No lo logró, como puedes notarlo, pero dejó un caos detrás de sus pasos cuando se marchó, en ningún momento intenté detenerla, aunque sí fue decepcionante.

-¿Y su intento de asesinato fue grave?

-No mucho, es decir, no en todos. Jessie tuvo alguno que otro rasguño porque intentó atacarla también, pero estuvo bien y curaron rápidamente por su condición. Jason tuvo algo más severo, sufrió un golpe en la cabeza, estuvo en coma dos días pero se recuperó correctamente... En el caso de Jaiden... a él lo apuñaló cuatro veces, debajo de las costillas. Por suerte teníamos a Adam en ese momento, también trabajaba para mi, era bueno en esas cosas, estudiaba medicina.

El Legado Del Lobo (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora