11. Caos

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Jaiden

Olivia parecía una loca dando vueltas por todo el piso, que ya de por sí era pequeño, y se había formado un caos dentro de él, principalmente porque Jaiden no sabía como ayudar, y los demás, ni se preocupaban.

Dudaba seriamente entre quedarse para ver que les pasaba a esos pobres chicos con Olivia tan alterada o irse corriendo lejos de ella.

De verdad, nunca pensó que fuese una chica tan obsesionada con el orden. Jaiden no recordaba que en su casa ella limpiara al menos su habitación.

La chica rubia estaba sentada en uno de los sofás, sin saber cómo reaccionar, con miedo o sorpresa. Con los dos le pareció una buena opción.

-Liv, ¿puedes intentar calmarte? No te he visto en días y...- intentó mantener una conversación sin gritos.

-¡No quiero calmarme! Han invadido mi privacidad, ¡y desordenaron todo!- espetó Olivia mientras sacudía sus cojines preciados.

-No es para tanto...- murmuró uno de los chicos, y la rubia le dedicó una mirada significativa, para que se callara, pero Olivia ya lo estaba asesinando con los ojos.

-¿Qué no fue para tanto, Nicholas? Hicieron un caos en mi casa, que siempre lució limpia y ordenada gracias a mi y a Amy, y vienen ustedes tres a dejarla en este estado. Platos sucios en la cocina, migajas en el sofá, la cama desecha, pizza en la cama, ¡son unos sucios!- gritó soltando el cojín y pasándose una mano por el pelo.

Sí, estaba bastante alterada, y Jaiden no veía la hora de irse de allí.

-Lo sentimos...- dijo el otro chico, que estaba sentado en la orilla de la cama, mirándola como si fuese la peor persona del mundo, horrorizado.

-Alex, tú no deberías siquiera estar aquí, así que cierra la boca- no dudó en decir.

-Liv, relájate, ¿sí? Siéntate y cuéntanos en dónde estuviste estos días- pidió su amiga con voz suave, intentando mantenerse serena.

A Jaiden le pareció una idea divertida leer la mente de todos allí, así que utilizó su habilidad mientras nadie lo veía y sabía que sus ojos ya se habían vuelto blancos.

Mente de Olivia: Son unos imbéciles, no puedo creer que hicieron esto en mi piso, que trato de mantenerlo perfecto siempre.

Jaiden reprimió una sonrisita cuando conoció el pensamiento de Olivia, era una maníaca.

Mente de Alex: Mierda, es mejor callar, si se enfada más que esto no tendré donde ir cuando vuelva de mis viajes.

Incluso la cara de Alex lo delataba, estaba en un serio debate sobre si apoyar a Olivia o callarse para no ser enviado a la mierda.

Mente de Nick: Creo que tiene el carácter de mi madre, pero mucho peor.

Olivia había ido a la cocina y tomaba un vaso de agua con una velocidad de tortuga, como si tratara de saborearla del todo.

Mente de Diane: ¿Y ese chico quién es? Mejor no lo miro porque me da un poco de miedo.

Mente de Peludín: ¿Y ese imbécil? Este territorio es mío, imbécil. Vete de mi casa ahora mismo, imbécil.

Jaiden abrió los ojos grandemente, ¿el gato? ¿En serio? Miró hacia la cocina y el gato lo acusaba con la mirada, que animal tan extraño.

-Muy bien... supongo que vas a explicarnos todo.

-No tengo mucho tiempo, es una larga historia.

-Pues... ¿tienes planes?- preguntó Alex.

-No son planes, pero él quiere volver a su casa y tengo que ir con él.

El Legado Del Lobo (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora