Olivia
Fueron a la habitación de Davies primeramente, pero al llegar vieron que esta estaba vacía, por lo que decidieron buscarlo en el escritorio que utilizaba él y sus hermanos, Edgar y Louis. Allí lo encontraron. Habían tenido la idea de llamar a Edgar o a Louis, pero ambos estaban profundamente dormidos y se notaba su cansancio en los ronquidos.
Abrieron la puerta sigilosamente y vieron cuando Davies giró la cabeza hacia ellos bruscamente, alarmado. Tenía los ojos bien abiertos y las cejas enarcadas. Suspiró de alivio cuando notó que solo eran ellos. Entonces los miró con mala cara.
-¿Quieren matarme de un susto o qué?- preguntó, malhumorado-. ¿Qué hacen despiertos ahora?
Ambos entraron a la habitación y Jaiden quitó la llave de su bolsillo para mostrarle a Davies.
-He encontrado mi llave- le informó y Davies la observó un momento antes de tomarla y leer la letra y el número.
-Pues... ¿en dónde la has encontrado?- preguntó, interesado en el objeto.
-En la cocina, el grifo la ha expulsado- confesó él y Davies asintió, antes de devolvérsela.
-Entonces las demás ya deben estar por la casa, seguramente mañana los demás encuentren la suya- aseguró y encendió un cigarrillo-. Ahora, si no hay problema alguno, vayan a dormir.
Los dos se miraron y asintieron, antes de cerrar la puerta, escucharon la voz de Davies nuevamente.
-Por separado- advirtió, ellos sonrieron y Olivia sacudió la cabeza. Jaiden quiso quedarse un momento en el salón, quería ver una de las películas que Agustina había dejado allí, ya que no tenía sueño. Olivia pensó en quedarse también, pero él le dijo que debía descansar, por lo que subió las escaleras y volvió a la habitación. Poco tiempo después ya estaba dormida.
...
La puerta se había abierto de forma no muy silenciosa y Olivia, alarmada, se incorporó, despertándose. Sintió alivio al ver que no era nadie más que Sophia.
-Buen día- le dijo con una sonrisa dulce, a la vez que se acercaba para abrir las ventanas. La luz le dio en la cara y entrecerró los ojos-. Siento despertarte, no creí que siguieras durmiendo.
Se volvería una costumbre que fuese a iluminar la habitación.
Olivia se levantó de la cama mientras negaba con la cabeza y se calzaba.
-Está bien, no hay problema- aseguró y observó a Sophia, ella parecía muy feliz.
-Perfecto, debajo el desayuno está listo- volvió a sonreírle y se fue de la habitación. Olivia se encogió de hombros y fue al baño. Poco después volvió a salir, con el rostro limpio, y bajó las escaleras.
En la cocina se escuchaban varias voces, y cuando llegó, estaban todos sentados en una larga mesa de madera oscura, rodeada de varias sillas. Olivia parpadeó un instante, confusa. Estaba acostumbrada a desayunar sola, todos lo hacían en su horario o directamente no lo hacían allí.
Diane le alcanzaba el azúcar a Davies, ella ponía mala cara mientras él la miraba con aire divertido. Mae se encargaba de que las gemelas y Edward comieran despacio. Jessie tomaba su café mientras giraba los ojos, escuchando todo lo que le decía Alex sobre sus viajes. Jason permanecía en silencio. Agustina y Victor comían conversando entre ellos. Addison, Maggie e Isaac no decían ni una palabra, tomando su café tranquilamente.
Eli le sonreía a todos a la mínima vez que lo miraban. Alder disfrutaba su café y ya era obvio que no era el primero que tomaba. Riley y Zachary se peleaban porque Zachary quería más café, pero ella había pedido primero. Edgar ponía muecas a su desayuno, Louis se mantenía impasible. Amy mantenía la vista fija en la pared, en uno de los cuadros. Y cuando vio a Jaiden, este también la miraba y con la palma de la mano golpeaba el asiento de al lado, que estaba libre.

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El Legado Del Lobo (I)
FantasyDicen que la curiosidad mató al gato, pero en este caso, la curiosidad no mató a Olivia, sino que dio un giro dramático a su vida. Cuando entró al departamento de su vecino al escuchar ruidos raros, no se había imaginado que allí estaría un chico d...