Olivia
-Sí que hace frío- se quejó ella, frotando sus brazos.
-Sí, y tu te pones esa cosa que no abriga en absoluto- murmuró él mientras la máquina pequeña escaneaba su ojo.
-Nunca la he usado y es linda- sonrió ella, mirando su chaqueta negra.
-Ah.
Ella suspiró y el portón comenzó a abrirse.
-¿Y tú hermana?- preguntó él, mientras se acercaba al coche negro aparcado entre los árboles.
-Se ha dormido, Jessie estaba con ella en la habitación- informó.
Él asintió y se metió al coche.
-No esperes que abra tu puerta- advirtió y para su sorpresa, Olivia no protestó, sólo soltó una risita y se subió también.
-Es raro estar cerca de ti ahora que sé que eres un hombre lobo- bromeó ella y Jaiden la miró con los ojos entrecerrados.
-Pensé que ya era raro antes, pensabas que era un secuestrador- sacudió la cabeza.
-De todas formas lo eras, estaba aterrada- dramatizó.
-Te paseabas por mi casa tranquilamente- frunció el ceño.
Ella, que era blanca como un papel, se puso roja como un tomate.
-No es cierto, trataba de acostumbrarme.
-Es decir... ¿pensabas que ibas a quedarte toda la vida?- sonrió él.
Ella volvió a reír pero enseguida adoptó su postura de no-eres-gracioso
-¿Y qué haré ahora? ¿Dónde viviré? ¿Qué cosa soy? ¿Una persona normal o soy como ustedes? Mi vida era más fácil antes de conocerte- bromeó.
Jaiden sintió un nudo en la garganta por... ¿haberle arruinado la vida a una joven de veinte años? U... ¿otra cosa?
-Auch- intentó bromear, pero ella no mostró un ápice de diversión.
-¿Qué haremos?- preguntó ella, y esta vez, sí lo miró.
Él notó desesperación, duda, frustración y desánimo en el rostro de aquella chica que días atrás vivía normalmente, con su hermana y su gato.
-No lo sé, Olivia...
-¿Puedes decirme Livvie? ¿O Liv? Sólo mis padres me dicen Olivia y se siente como un regaño cuando lo dices.
Él soltó una carcajada.
-No.
-¿No?
-No, te llamaré Olivia, ese es tu nombre, y suena mejor.
Ella le puso mala cara y sacudió la cabeza.
-Bien, como quieras.
-Espero que no tengas problemas con quedarte dentro del coche- murmuró él.
-¿Estás de broma? Voy a ir contigo.
-Hace mucho frío, Olivia. Además, Davies no sabe ni quién eres y no le gustará...
-Perfecto, nos presentaremos entonces.
Jaiden cerró los ojos y asintió con la cabeza.
-Bien, como quieras- la imitó.
En apenas unos minutos, aparcaron el coche en el estacionamiento del edificio que estaba cerca de la galería de artes, y aunque por un momento Olivia pensó que la dejaría allí sola y encerrada en el auto, Jaiden le abrió la puerta y esperó a que ella bajara.
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El Legado Del Lobo (I)
FantasyDicen que la curiosidad mató al gato, pero en este caso, la curiosidad no mató a Olivia, sino que dio un giro dramático a su vida. Cuando entró al departamento de su vecino al escuchar ruidos raros, no se había imaginado que allí estaría un chico d...