T/n
— Yo creo que deberíamos hacer una mega fiesta.—escucho decir a Rony, pero mis ojos y mi mente solo están en Jenna, mientras la veo como se marcha junto con el idiota de Ralf.
— ¿Cuál sería el motivo para montar una fiesta a mitad de evaluaciones?.—digo regresando a mirar a Rony— No creo que venga mucha gente.
— Justo eso, desestresarnos de las evaluaciones.—aclara— Y si no viene mucha gente, siempre podemos decir que fue algo exclusivo.—la miro rodando los ojos.
— No tienes limites.—le digo— Y la gente suele desestresarse de las evaluaciones después de que las da, idiota.—empiezo a guardar mis cosas para dirigirme a mi aula, me toca literatura, mismo curso que llevo con Jenna, y que el profesor me tiene manía.
— Podemos hacer entonces una reunión pequeña.—se mete Michael— Entre nosotros, trago, juegos de mesa, como los viejos tiempos.—me mira y yo rápidamente le quito la mirada, tengo que compartir mis recesos con Michael porque lastimosamente también esta en el equipo de baloncesto y porque al parecer le ha obsesionado recuperar nuestra amistad.
— Podemos.—le digo sin mirarle— Si se ponen de acuerdo en algo, me avisan, tengo clase de literatura.—les digo antes de empezar a caminar hacía mi aula.
— Yo también tengo literatura, vamos juntos.—dice Michael, uniéndose a mi paso— ¿Lo de la reunión esta bien, no te parece?.
— Claro, siempre cuando sea algo pequeño y pueda regresarme a casa.—le digo.
— Puedes quedarte en la mía.—sugiere, y yo regreso a mirarla confundida y niego con la cabeza.
— Eso si que no, no quiero cruzarme con tu hermana.—le digo— No es nada contra ti, es solo que no esta bien.—le aclaro.
— Tienes razón, ¿Hiciste el deber de literatura?.—pregunta cambiando de tema y a mi se me paraliza el cuerpo—¿Qué?.
— No.—le digo— No lo hice, mierda.—me tapo la cara con ambas manos— Reprobaré, y tendré que verle la cara a ese profesor por todo el verano, no quiero que nos haga muy feliz a ninguno de los dos, pero siento un pequeño tono de satisfacción en sus palabras cuando me regaña. ¿Tu lo has notado?.
— Un poco, es un profesor difícil, y tu nada mas le das la contra.—me dice, lo cual es un poco cierto, antes me gustaba molestarlo, ahora no tanto cuando sé que puedo verle dos meses extra de lo establecido, seguimos caminando hasta llegar al aula y cuando entramos busco con la mirada a Jenna, y por un microsegundo conectamos para después quitarla rápidamente.
— ¿Sus deberes muchachos?.—nos intercepta el profesor antes que podamos sentarnos, y mientras Michael le entrega el suyo, yo solo me quedo parada, sin decir nada— De usted no me sorprende.—me dice con un tono que odio.
— Se lo puedo entregar mañana, lo que pasa es que...—empiezo a decir pero me interrumpe.
— Tuvieron una semana para hacer esto, no esperaré un día mas.—me dice, para luego dirigirse a la clase y aclarar— En la vida hay buenos y malos ejemplos que ustedes son libres de elegir, claramente no elijan a t/n.—mientras toda la clase estalla en risas, yo solo me tambaleo sobre mis pies tratando de no mirar a nadie— Hoy me acompañas en mi escritorio.—dice señalándome— Joven Ortega, puede tomar asiento.—le dice a Michael quien primero me ve y luego asiente para dirigirse al lado de Jenna.
La clase transcurre normal, el pesado quería que le tomará los apuntes de cada cosa que decía, para luego mirar y decir que el no había dicho eso y conjunto hacerme otra humillación publica.
— Es todo por hoy.—dice a la clase, y luego me mira a mi— Para usted no, esperaremos a una compañera que quiero que hable con usted.
— Tengo práctica de baloncesto.—miento.
— No me mienta.—me dice, diablos— ¿Cree usted qué no me informo sobre las horas extracurriculares de mis alumnos?.—si no fuera un profesor obsesionado y sin vida quizás no lo haría, pero no me atrevo a decir, solo bajo la mirada—Los demás pueden retirarse.
Todos se marchan tan rápido como pueden, menos Jenna y Michael quienes hacen las cosas extremadamente lentas y murmuran entre si, hasta que alguien interrumpe en el salón llamando a la puerta, era Camila, la amiga de Jenna.
— ¿Profesor? Me dijeron que me estaba buscando.—dice, mientras saluda de lejos a Jenna quien le sonríe a medias.
— Si, quiero que me ayudes con este caso especial.—bromea el idiota señalándome, ¿ayudarme?— Necesito que la ayudes con todo lo que sabes, ella es Camila.—dice dirigiéndose a mi— Te ayudará, porqué creo que ninguno de los dos nos queremos ver las caras en verano.
— No es necesario, puedo tomar clases...—le empiezo a decir pero me interrumpe.
— No lo hace de gratis, no se preocupe.—me dice y miro a Camila quien parece aun mas incomoda que yo— Es una excelente alumna, ojala le aprenda algo.—hace una pausa— Los horarios ya lo confirman entre ustedes.—termina de decir y Camila asiente para luego mirar a Jenna quien no dice nada y empieza a caminar a la salida con su hermano y el profesor.
— Puedo los martes.—le digo— Antes de las prácticas, dos horas, ¿esta bien?.
— El horario lo pongo yo.—me dice cortante— Y los martes estoy ocupada, puedo los viernes, en la tarde noche.—demonios.
— Los viernes no puedo, tengo cosas que hacer...—los viernes es un día sagrado para la diversión, no voy a arruinarlo con Camila en unas estúpidas clases de literatura el resto del año.
— Yo no puedo otro día.—dice para dirigirse a la puerta—¿Tu casa o la mía?.
— Mi casa.—le digo y luego la veo marcharse, tenía muchos planes y en ninguno estaba compartir los viernes con la ahora mejor amiga de mi ex, y quien por cierto tengo el leve presentimiento que me odia, no la culparía, seguro Jenna le ha hablado de mi, en fin, la vida debe continuar.
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