T/n
— Eso no va a pasar.—dice abrazándose a mi— Ya vienen estos pesados.—dice riendo y señalando a Camila y a Michael que han empezado a caminar hacía nosotros.
— Consigan un cuarto.—dice Camila riendo— Te tengo que contar algo.—me mira directo a mi y yo sonrío por la conversación que acabo de tener con Jenna.
— Yo también a ti.—bromeo y le doy una mirada a Jenna que nos mira confundida, paso un brazo sobre sus hombros para que se relaje un poco y parece funcionar porqué su cabeza la apoya en mi torso.
— Chicos.—Marcus aparece por detrás de nosotras mirando la escena inquieto— No sabia que habían vuelto.—dice señalando hacia nosotras.
— No es algo que tengas que saber.
— Es reciente.—se apresura a decir Jenna, sin dejar de apoyar su cabeza en mi torso pero apretando levemente mi mano— ¿Qué pasó?.
— Venía a decirles que las clases están canceladas, lo dijeron ahora temprano, también mencionaron el motivo pero me distraje celebrando.—se pone la mano en la cabeza en señal de que no recuerda más.
— Que raro.—dice Michael— Nos toca regresarnos a casa, con el esfuerzo que hice para levantarme.—hace una mueca de sufrimiento.
— O podemos ir a por un café, y así desayunamos los cuatro juntos.—digo recalcando el cuatro con ánimos de que Marcus capte la indirecta y se vaya pero parece que no es muy listo.
— Somos cinco.—aclara y puedo notar la mirada de Jenna pero decido ignorarla, me concentro en Camila que también me mira inquieta pero supongo que es más por lo que tiene que contarme.
— Vamos yendo.—dice Camila— Antes que se arrepientan.—ríe, empezamos a caminar de regreso hacia la salida, Jenna y yo nos quedamos unos metros atrás de los tres chicos.
— ¿Te molesta que el venga?.—pregunta inquieta haciendo que me detenga.
— ¿A ti te gusta que él venga?.—si hasta parece que le molesta que lo trate así, es decir se lo merece, es un completo idiota.
— No digas eso.—hace una pausa— Es solo que por cómo le respondiste...
— ¿Y como quieres que le responda?.—la interrumpo seca mirando hacia otro lado pero noto que se empieza a balancear sobre sus talones, sé lo que significa eso, y no puedo ignorarlo— Tranquila, estamos bien, perdóname pero me pone de los nervios que esté cerca.
Después de eso la mañana transcurre con normalidad, pasamos el tiempo en una cafetería casi vacía a una manzana de la escuela, el ambiente fue bueno, esperaba algo mucho más incómodo pero las cosas se supieron controlar, tuve que dejar que Jenna se vaya con su hermano y con Camila porque sabía que cuando llegara a casa iba a encontrar a Sofi hecha una furia pero para mi sorpresa no fue así, cuando llegue no había nadie por ningún lado así que me acoste por las horas de sueño que me faltaban, cuando desperté ya estaba oscuro y cuando vi la hora supe que había recuperado muchas más horas de las que en realidad pretendía.
— Por fin te levantas.—dice alguien desde el umbral de la puerta, me tallo los ojos para poder ver claramente quien es, Camila.— Estuve tocando toda la tarde, luego llegó tu hermana y me dejo entrar pero se acaba de volver a ir, me dijo que tenías tu cena en el microondas.
— Gracias.—le digo confundida— ¿Que haces aquí?.
— Te tengo que contar algo, ya te dije.—dice como si fuera la cosa más obvia del mundo.
— Podías mandarme un mensaje y quedábamos en algo, no vigilándome el sueño.—le digo riendo— Eres muy rara.
— Perdona, pero es que tú nunca contestas el teléfono por lo que tengo entendido y la verdad me gusta más conversar así.—dice tranquila.