T/n
Estaba recostada sobre una pila de almohadas en el piso, viendo a la mujer hermosa que tenía delante y a la cual había rechazado la noche anterior, mentiría si dijera que no quería tener algo superficial con ella, pero al parecer para Emma no iba a ser solo eso, después del beso tuvo que apartarla cuidadosamente, el alcohol les había jugado una pala pasada a las dos, ella al parecer lo entendió y fue a recostarse en las sabanas del piso, yo he permanecido sentada en el mismo lugar, la veo removerse en su lugar y quito la mirada rápidamente.
— ¿No duermes?—pregunta somnolienta levantándose con una mueca en la cara, supongo que dormir sobre el piso no es bueno para ningún tipo de cuerpo— ¿Qué pasa?
— Me quiero regresar.—digo simplemente acercándome hacía mis cosas y empezando a guardarlas, tampoco es que haya traído mucho, me detengo porque sé que hay algo por lo que me tengo que disculpar— Lo siento por besarte.
— No pidas disculpas por eso.—sonríe— Además yo también quería besarte.—dice agachándose a mi lado para ayudarme a doblar las sabanas del piso— Entiendo que te quieras ir, ¿es por Jenna, verdad?
— Es por mi.
— Entiendo.—baja la mirada y continua ordenando el desorden que habíamos hecho ayer— Sigue lloviendo, después de todo creo que si es necesario regresar, el plan no era pasar los días metidas en un hotel.
— Emma.—le digo cuando se levanta para empezar a guardar sus cosas.
— ¿Qué?
— Gracias por esto, sé que solo querías que me sintiera un poco mejor.—me acerco para abrazarla, nerviosa por si me rechaza como ayer yo lo hice con ella pero me acepta.
— ¿Lo logré?—pregunta aun abrazándome.
— Si, pero necesito mi casa.—le explico para que entienda un poco mejor el porqué me quiero ir, nos quedamos un momento mas abrazadas hasta que por fin llega el momento de separarnos, cuando salimos del hotel el resto de sus compañeros habían tomado la misma decisión de regresarse, cuando estuvimos en el auto el silencio se hizo más presente que nunca, la música de fondo no ayudaba, era melancólica y el ambiente lluvioso mucho menos.
Cuando por fin llegamos a la ciudad, donde ya no llovía, aparcamos primero en su casa, espere a que entrara viendo a Marcus en el umbral de la puerta, cuando me vio hizo ademan de acercarse pero arranque el auto dejándole atrás, sabía lo que le esperaba en casa, el regaño de Sofí ya lo podía escuchar y no era para menos, le había prometido no volver a salir durante clases, además de que era muy posible que Michael le hubiera contado que no había ido a la escuela.
Otro pensamiento llego a su mente, Jenna, antes de salir para el campamento con Emma la había bloqueado de todos lados, supongo que con eso ya no sería necesaria una conversación, pero las llamadas de otros números, incluidos el de Camila, no habían dejado de aparecer en toda la noche en la pantalla de su celular.
— ¿Dónde crees que vas?—he entrado a la casa, con el menor ruido posible acercándome hacia las escaleras, parecía haberlo logrado hasta escuchar esa voz— Te estoy hablando.
— A mi habitación, ¿me puedes regañar después?, no tengo humor.—le digo volviendo a mi camino, cuando llego al cuarto la veo atrás mío, suspiro pesadamente tirándome en la cama.
— ¿Por qué no contestabas el teléfono?—pregunta moviendo mis piernas para sentarse en la cama— Ni siquiera tuviste la gentileza de avisarle a tu novia, estuvo aquí toda la madrugada, pobre Jenna, y encima que te has ido con otra chica, yo no sabía ni como darle la cara.—prácticamente esta gritando.