Jenna
Mi mente sigue en shock y las palabras de miranda se repiten una y otra vez en mi cabeza, no he podido conectar lazos que me lleven a una respuesta clara de porque estaría enamorada de mi.
Hemos sido amigas mucho tiempo, ¿Cómo no pude notarlo antes?, siempre supe que era celosa, y cuidadosa sobre con quien me meto y con quien no pero, ¿No es lo que hacen las amigas?.
Mil de preguntas pasan por mi mente y ninguna puedo responder, estoy hecha un colapso de nervios, de nauseas, pero sobre todo de miedo, tengo miedo de lo que le puede decir Miranda a T/n, de como sé lo cuente, de que cosas añada, o que mentiras mezcle con verdades.
Lo cierto es que T/n esta a la defensiva por el asunto del teléfono, que Miranda le venga a decir cosas empeorara la situación y hasta puede terminar conmigo, al pensar esto las nauseas vuelven a aparecer, pero me tengo que controlar.
— Estas muy pensativa.—me dice T/n mientras juega con los cordones de sus zapatos— ¿Me vas a contar que hablaste con Miranda?.—por un momento lo pienso, digamos que le cuente ¿sería mejor? ¿Me perdonaría por haberle mentido? demasiado arriesgado.
— Es solo el mal clima.—suspiro— Le reclame, ya sabes cosas de código de amigas.—la miro porque ha dejado de juguetear con sus cordones— Fue una conversación tranquila.
— Me alegro que lo hayan podido resolver tranquilas.—me mira— No sería bueno que tu perdieras a una amiga por mi culpa.
— No fue tu culpa de todas maneras, ella solo quería remendar su error del consejo que me dio, y para eso tuvo que mentir, inventar cosa tras otra.—le digo, y trato de mirarla directo a los ojos porque sé que encontrará que le estoy mintiendo.
— Entonces, lo que me dijo de Ralf ¿tampoco es cierto?.—me pongo helada sin poder responder pero ella continua—Lo de que quiere volver contigo.—me dice y una ola de calor entra en mi cuerpo.
— Eso no lo sé, digamos que no me interesa, es cosa de él.—le digo empezando a jugar yo con mis cordones— Y a ti tampoco debe interesarte.
— ¿Por qué no?.—suspira— Claro que me interesa que alguien que esta tan pegado a mi novia, este interesado en ella, y mas si es tu ex.
— Siempre pensé que no te importaba, es decir mostrabas celos con cualquiera menos con él.—le digo, lo cual es cierto, en estos meses nunca me ha hecho una escena de celos, sobre nada en realidad, pero si me ha comentado cosas que le han molestado de otras personas pero no de Ralf.
— Claro que me importa.—me dice recargando su cabeza sobre mi hombro— Es solo que no me quiero ver idiota y patética celándote con tu ex, digamos que...—titubea sin decir palabra y continua— No me quiero ver insegura y menos por ese idiota.—el corazón se me acojona, ¿Cómo he podido hacerle algo así? lo único que tengo claro ahora con esta conversación, es que si se entera de lo que he hecho, nunca me perdonaría.
— Yo solo te quiero a ti.—le digo casi en un susurro— No tengo ojos para nadie más, ¿me crees?-—le pregunto alzándole la barbilla para que me vea a los ojos.
— Claro que te creo Jenna.—me dice y dispone a seguir hablando pero la interrumpo.
— Deja de decirme Jenna.—le digo dejando un suave beso en sus labios— Y mas te vale que me creas.—le apunto señalando con mi mano una pistola y ella ríe.
— Pues claro que si, ¿Por qué no te creería?.—suspira— Eres lo mas real que tengo, mi amor.
Cuando se abraza a mi, recuerdo todo lo que he hecho, las mentiras que he dicho, que le he dicho mirándola a los ojos, y solo puedo pensar en que me va a dejar, se va a ir y posiblemente nunca mas vuelva a hablarme, se me escárpela el cuerpo de tan solo pensar.
Tengo a la chica que todos quieren babeando por mi, dando todo, e incluso sacrificó su amistad con mi hermano por estar conmigo, la chica que rompía corazones y que cuida el mío como un tesoro, a quien hice jurar que no me iba a lastimar, y ahora la lastimo yo.