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Chanyeol estaciona el auto frente a la enorme casa color blanco de Jeon Raven Jungkook, mira a su hermano por unos segundos y luego a Hope.

—Dime algo —le pide Jimin a su hermano, mientras acaricia el cabello rubio de la pequeña.

—Sabes lo que pienso respecto a esto, Chim. Odio que tú y Sana tengan que hacer esto.

El menor asiente.

—Debes conseguir más casos, necesitamos completar el dinero. Si es necesario llama nuevamente a la señora que complacías —le pide el castaño.

—Ella no me gusta —reprocha Chanyeol.

—¿Y tú piensas que a Sana le gustan sus compradores? —lo cuestiona Jimin, molesto por la actitud de su hermano. —Piensas que en serio siento algo por el odioso y altanero de Raven —el menor se retira el cinturón—. Dejemos algo en claro Chanyeol, esto es mi trabajo, haré lo que sea necesario para ganar dinero. Tú haz tu parte y deja de pensar que un millonario puede fijarse en alguien como yo de manera romántica y sería.

—Entonces sientes algo por él —lo señala el mayor.

El menor lo mira con su entrecejo relativamente fruncido, casi provocando que sus dos cejas se han una sola.

—Lo único que siento por Jungkook es indiferencia. ¿Acaso no entiendes? —Jimin abre la puerta del auto. —No salgas —le ordena el menor.

—Pero...

—Si sales, tendré quedar más excusas y mentiras, así que quédate ahí —le pide molesto Jimin, tomando la maleta de Hope, luego de haberla dejado de pie sobre el asfalto.

—Dile la verdad, estoy seguro que tendrá...

—Lastima —lo interrumpe Jimin. —Lastima y desinterés, es lo único que puede sentir un millonario por mí y el resto de mi familia en problemas. No aceptaré caridad de nadie, mucho menos de ese engreído —el menor se coloca la maleta, y toma la mano de Hope. —Haz lo que te dije Chanyeol —le recuerda, para luego cerrar la puerta del auto.

—Bye —dice Hope, agitando su manita derecha.

El castaño camina hacia la puerta principal de la casa, observa en un costado de afuera de la casa la limosina que Mark conduce, eso solo significa dos cosas, Raven le había pedido que regresará a casa o él ya estaba en casa.

Luego de subir los dos escalones junto a Hope, alza su vista y mira a Camile en la puerta.

—Joven —lo saluda entre dientes, retirándole la maleta de la pequeña.

—Si esto se sale de control, toma a Hope y distráela —le ordena Jimin.

Caminan por el pasillo hasta llegar a la sala de estar, Jungkook se encuentra al centro, de pie, con su saco abierto y algunos botones de su camisa desabotonados.

—Tú, eres como un niño caprichoso, que desobedece todas las órdenes que recibe —es lo primero que dice Jeon, al verlo entrar a la sala de estar.

—Y tú, eres como el padre que se enoja por no lograr controlar a su hijo —replica Park. —Nos vamos —dice Raven, confundiendo a Jimin.

—No entiendo —habla el menor.

—¿Qué? Acaso debo decirlo al revés para que lo entiendas —lo mira desafiante el pelinegro. —Nos vamos, tú y yo, date prisa —lo presiona el millonario.

—¿Y con quién se supone que dejaremos a Hope? —pregunta furioso el castaño.

—Joy.

Una sonrisa sarcástica sale de los labios de Park.

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