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Jimin paso su primera noche en la habitación que había escogido para él. Al inicio se sintió solo y las ganas de llorar lo embargaron, pero recordó que no es la primera vez que es alquilado o vendido, así que una vez mas no le podía afectar su afectada vida.

Amaneció en la pequeña habitación de Hope, sentado en una silla, luego de haber escuchado el llanto de la pequeña en la madrugada.

—¿Te gusta esto?

Le da un poco de banano hecho pure, con una cuchara.

La pequeña asiente feliz.

—Tienes una linda sonrisa —la halaga Jimin, apartando los mechones húmedos de cabello del rostro de la niña. —Di pato —le pide el castaño, mientras miran la figura del animal sobre la pantalla de la tableta. —Pato —le repite.

—Papo —dice Hope, haciendo reír al chico.

—Muy bien.

Deja la cuchara y la fruta sobre la pequeña mesa, y aplaude unas cuantas veces.

La nena al ver el accionar efusivo del chico frente a ella lo imita, sonriendo grandemente.

—Eres demasiado tierna.

Termina de alimentar a la niña, luego la cambia, la deja sentada sobre una pequeña silla de madera color rosa frente aun tocador del mismo color.

—Déjame busco las ligas —abre algunas gavetas del tocador hasta que da con las ligas de distintos colores.

Toma el peine y empieza a separar el cabello de delante por la mitad, toma una liga amarilla y sujeta en una pequeña y no tan ajustada coleta. Realiza el mismo procedimiento con la otra mitad, pasa el peine en el resto de la cabellera de la niña y luego toma su manita.

—¿Quieres que juguemos? —cuestiona a la niña.

Ambos caminan hacia fuera de la habitación, topándose con la sirvienta.

—Buenos días —saluda Jimin.

—Buenos días —responde la señora acompañado con una sonrisa—. Llévela al jardín, tiene su pequeño parque, le gusta ese lugar.

El chico asiente y continúa con su camino junto a Hope.

Mientras descienden los escalones, Jimin cuenta cada peldaño para que la pequeña aprenda. Alza su mirada cuando solo les restan cuatro escalones, mirando como Jeon entra a la casa con su saco en la mano izquierda hecho puño, su camisa desarreglada y su cabello alborotado.

—Imbécil —susurra el menor, terminando de bajar las escaleras. —Di hola —le pide Park a Hope.

—Oa —dice la niña mirando a su tío el cual, pasa de largo frente a ambos ignorándolos.

—Joy, date prisa —alza su voz el millonario.

—Es un maldito estúpido —suelta, molesto Jimin.

—Cuida tu boca —lo reprende la pelinegra.

El castaño la mira desafiante, toma mejor la manita de la niña, suspira y sonríe.

—Ven Hope, evitemos encontrarnos con estúpidos arrogantes.

Las cejas de la mujer se elevan sorprendida ante lo que acaba de escuchar.

—Tú eres un...

—¡Joy! —la interrumpe un fuerte grito de su jefe.

—Hay que lastima, ahora ve, tu jefe te llama —Jimin sonríe alejándose de la pelinegra.

Sale al jardín junto a la nena, observa el pequeño parque con juegos y recuerda a su hermana menor, sus ojos se nublan por unos instantes, pero luego se repone al escuchar una enorme carcajada de la pequeña.

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