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Jungkook había empezado su mañana con el pie izquierdo como muchos solían llamarlo. Son las ocho de la mañana y su madre se encuentra en la sala esperándolo para desayunar juntos.
—Hope está lista, joven —anuncia Camile.

—Ven acá —llama Jeon a su sobrina la cual, a pasos tambaleantes camina hasta su tío. —Te ves hermosa —la halaga el pelinegro.

—Ga-chas —articula la rubia, recordando la manera en la que Jimin le enseña.

—Vamos, tú abuela espera por nosotros —carga a la pequeña en brazos y abandona la habitación.

—Imin —dice la niña, señalando la habitación de la que habían salido.

—No está, te llevaré a verlo más tarde.

Hope asiente.

—Ahora saluda a tú abuela y pórtate bien —le pide dulcemente, Jungkook.

—Oa —agita su mano izquierda la rubia, mirando a la señora Raven.

—Hola querida —corresponde el saludo, mientras se pone de pie.

—¿Vas a cargarla? —pregunta Jungkook a su madre.

—No. Vamos desayunar —acota la castaña, se da la vuelta y camina hacia el comedor.

Camile le ayuda a su jefe a colocar a Hope en su sillita, sirven el desayuno y el pelinegro lleva su mirada hasta su madre.

—¿Ocurre algo? —la cuestiona.

—Falta el chico que compraste —responde, tomando un cubierto.

—Se marchó, no vive más en este lugar —dice Jeon, empezando a desayunar junto a su sobrina.

—Se marchó —repite con sarcasmo la castaña.

—Sí, madre. ¿Acaso no escuchas bien?

—No me hables de esa manera —lo señala la mujer—. No es mi culpa que ese vividor te haya abandonado.

—Por supuesto —vocifera Jungkook. —Abre, Hope —le pide a su sobrina llevando la cuchara llena de avena.

—Seguro y te robó, debes revisar toda la casa y...

—Basta madre —alza su voz el pelinegro, furioso. —Detente o lárgate —le específica, sacando a su sobrina de la sillita, para sentarla en una de sus piernas.

—¿Por qué te molesta? Lo que digo es cierto —articula la mujer mientras sonríe.

—¿Entonces tú tienes algo que ver? —la confronta Jungkook.

Marie se queda quieta, mastica la comida que tiene dentro de su boca y luego niega unas cuantas veces.

—Ese chico no me preocupa en lo absoluto —espeta la castaña, tomando una servilleta con la cual cubre su boca y habla—. Eres tú mi preocupación principal, hijo.

Una risita burlona se escapa de los labios de Jungkook, la rubia lo mira y lo imita.

—La estas malcriando —lo reta molesta.

—Es solo una niña de dos años madre —le recuerda el pelinegro, dándole un poco más de comida a su sobrina.

Cuando todos han terminado de desayunar, Jungkook y Hope cepillan sus dientes, Jeon mira atentamente a su madre la cual se encarga de recorrer la enorme casa cerciorándose de que el castaño no esté escondido en algún rincón de la casa de su hijo.

—Hora de irnos, madre —se dirige el pelinegro a la castaña.

—Antes podía quedarme —masculla incrédula.

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