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Al llegar a casa. Jimin, baja del auto sin decir nada, alejándose de forma brusca y para nada cortes del abrazo cálido que, Raven le había brindado en el trayecto hacia la enorme casa.
Confundido, Jungkook entra a su casa minutos después del castaño, se queda de pie en la sala, suspira profundamente y niega.

No entendía que es lo que había hecho mal, aunque eso no ameritaba a que se sintiera interesado en Park. Él simplemente se sentía raro, incómodo con su extraño y repentino accionar.

La puerta se abre y Joy, aparece al lado derecho de Jeon.

—¿Qué haces aquí? —la cuestiona Raven, mientras la observa de reojo.

—Tenemos un pequeño problema —dice la pelinegra, dando dos pasos hacia el frente y luego colocándose frente a su jefe.

—Ahora no, Joy.

—Uno de los bares está a punto de ser clausurado —suelta la chica, ganándose la atención de su jefe.

—¿Cómo y por qué? —la interroga, mirándola desafiante.

—No te desquites conmigo, te he dejado los avisos en tu escritorio, no es mi culpa que estés despistado.

Raven bufa.

—Vamos a ir a solucionar este problema y luego quiero que despedidas a todo el personal de ese bar y contrates uno nuevo —le ordena a su asistente, mientras sube los escalones de su casa de dos en dos, desabotonado su camisa.

Cuando pasa por la habitación de su sobrina escucha unas risas, abre la puerta y mira a Jimin junto a Hope, sentados en el piso sobre una alfombra jugando.

—¿Estás mejor? —pregunta el mayor.

El castaño, gira su rostro hacia la izquierda y mira a su comprador frente a él.

—Me disculpo por lo que pasó —dice Jimin, apenada e incómodo.

—Es la primera vez que escucho que alguien se disculpa por llorar —comenta Raven, riendo.

—¿Te parece gracioso? —pregunta el menor, frunciendo su entrecejo.

—Mira, Jimin —articula de forma pausada el mayor, adentrándose más a la habitación de su sobrina.

Park, se pone de pie, luego de cerciorarse de que Hope, esté atenta en sus juguetes.

—Si tienes algún problema más vale que lo resuelvas. Puedo ayudarte, si gustas, podemos...

—No necesito tu ayuda. ¿Qué te hace pensar que le pediría ayuda a un tipo engreído y arrogante como tú? —lo interrumpe el castaño, con palabras fuertes e hirientes, que solo sirven para provocar y golpear el orgullo de Jungkook.

—Bien —dice Jeon, alza su mano derecha, la lleva a su mentón, lo masajea con su dedo índice y pulgar por unos segundos, mientras mira de forma molesta a Jimin.

El mayor camina a pasos rápidos hasta el castaño, toma su mano izquierda, pero el menor logra zafarse.

Jungkook, ladea su rostro, da dos pasos hacia el frente, intenta tomar una de las manos del castaño, pero este las agita y se mueve para que no lo consiga.

—Déjame —le pide Jimin, cuando el pelinegro ha conseguido su objetivo. —La niña —suelta el castaño.

Jeon, le resta importancia y lo saca de la habitación, lo estrella contra la pared de forma brusca.

—Eres un imbécil —alza un poco su voz, al sentir dolor en su espalda y la parte trasera de su cabeza.

—Cállate y escúchame —le ordena Raven, mientras Joy, escucha todo desde la planta baja. —Dime lo que sucede —le pide entre dientes.

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