Raven, al llegar a la oficina de su trabajo se retira su saco y lo coloca sobre el perchero que se encuentra en el rincón, cuando se gira observa a Joy tomar asiento sobre su escritorio.
—No hagas eso —le pide mientras camina hacia la silla frente a su escritorio.—¿Hacer qué? —pregunta la pelinegra con una sonrisa divertida en su rostro.
—Sentarte ahí —le específica, señalando con el dedo índice de su mano derecha el escritorio.
—Estás bromeando, ¿verdad? —dice incrédula.
—¿Tengo cara de estar bromeando? —la cuestiona Jungkook, posando las palmas de sus manos al costado de su laptop.
—Raven —lo llama la pelinegra. —Siempre me he sentado sobre tu escritorio y nunca te ha molestado —le recuerda la mujer.
—Solo bájate del maldito escritorio, Joy. Y desde ahora utilizarás una de esas dos sillas y si no te gusta, el sillón está por allá —le ordena el millonario.
—¿Qué te sucede? —lo interroga molesta, luego de haberse bajado del escritorio.
—Nada, solo obedece mis órdenes como siempre lo haces —responde Jeon. —Ahora haz que los tres agentes pasen —le pide.
—Como digas —habla entre dientes, Joy, caminando hacia la puerta.
—Señor Raven —saludan los tres agentes casi al unísonoso.
—Joy, espera afuera.
La pelinegra lo observa sorprendida, lleva su mano izquierda hacia la manija de la puerta, asiente y luego cierra la puerta de la oficina de su jefe.
—Denme un momento —habla en voz baja Jungkook, revisando su celular. —Listo —alza su mirada. —Lo que les voy a ordenar es algo personal, por lo tanto, no quiero que nadie además de ustedes y yo se entere de lo que les ordenare —empieza a hablar el millonario. —Ustedes dos —señala a los dos hombres que se encuentran a los costados. —Sigan a mi madre y manténganme informado de cada paso que dé —los dos agentes asienten. —Y tú —señala al del centro con un bolígrafo que ha tomado de su escritorio.
Escribe sobre un papel y luego se lo extiende al agente.
—Cuida del chico castaño y a la pequeña que está en esa habitación junto a dos hombres y una chica más —le da la orden. —A trabajar —culmina Jeon.
—Sí, señor Raven —dicen los tres hombres saliendo de la oficina.
Jungkook coge el teléfono de su escritorio, presiona el número dos y espera solo unos segundos.
—Señor Raven —atiende su recepcionista.
—Tráeme las fotografías que la de bienes raíces dejo para mí la última vez —le pide Jeon.
—De inmediato, señor Raven —articula con voz clara la mujer.
Jeon revisa las fotografías minuciosamente mientras su secretaria se encuentra sentada sobre la silla frente al escritorio leyendo algunos de los informes recibidos de bares y restaurantes.
El pelinegro coge dos fotografías, el resto las junta y las coloca sobre el teclado de su laptop. Deja las dos fotos sobre su escritorio y las mira fijamente, se concentra en cada mínimo detalle de la cada casa, ladea su rostro y asiente.
—El chef del restaurante de las afueras de Londres, ha recibido muchas quejas por parte de clientes —le informa Joy, entregándole la carpeta.
—Comunícame con la de bienes raíces —le ordena.
Mientras el millonario lee el informe, la pelinegra intenta establecer contacto con la mujer de bienes raíces.
—Hola, soy Joy, la secretaria personal del dueño de Raven Corp., mi jefe desea hablar con usted —habla amablemente la mujer. —Listo —susurra, entregándole el teléfono a su jefe.
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RAVEN
RomanceJeon Jungkook, dueño de restaurantes y bares de toda Inglaterra, se ve en un extraño aprieto luego de que su hermana, la cual, deja a su cargo a su hija. Todo empeora cuando se da cuenta que para adquirir la empresa de seguridad de su abuelo y la cu...