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Luego de su momento de debilidad, Jimin intenta sentirse cómodo en el pequeño cuarto en el que su padre vive, saca algunos alimentos y prepara la cena.
Anne y Hope, ambas niñas de distintas edades se encuentran sentadas en el suelo a dos metros de distancia. El señor Park mueve su sillón y lo extiende haciéndolo cama.

—Ven aquí, Anne —llama a su hija menor.

La niña deja de ver la televisión y observa a su padre, se pone de pie y avanza unos cuantos pasos.

—Hopie —articula con cariño la castaña.

La rubia alza su vista y al ver a Anne de pie suelta un quejido, se pone de pie y camina hasta la castaña tomando su mano con fuerza.

El señor Park sonríe al ver a ambas niñas. Le da un breve vistazo a su hijo que se encuentra en la pequeña cocina.

—Listo —anuncia Jimin, acercándose a las niñas con el plato más grande.

—Comerán las dos —les indica a las pequeñas.

Ambas asienten.

Jimin y su padre toman asiento en dos de las sillas del comedor, el castaño mira a las niñas mientras se alimenta.

—¿Estás bien? —pregunta el señor.

—Sí —musita en voz baja, Jimin. —Prefiero que hablemos después —añade, mirando de soslayo a las niñas.

El señor Park asiente, lo que más había aprendido al estar lejos de sus hijos es a tener paciencia.

Continúan comiendo hasta que unos toques fuertes se escuchan en la puerta.

—Voy yo —se ofrece el padre, poniéndose de pie.

Jimin no dice nada, mira a Hope y Anne pelear por la comida, se pone de pie y se sienta en medio de ambas, agita su plato motivando a su hermana a qué tomé de este. La rubia hace un puchero, extiende su mano izquierda y coge comida del plato del castaño.

El chico ríe mientras las mira de reojo.

—Tengo algo que mostrarte —dice Sana, colocándose frente al televisor.

Las niñas se quejan y Jimin solo la observa con semblante serio.

—Muévete —le ordena el castaño.

Sana hace lo que Jimin le pide, saca la cámara de su bolso y la agita intentando llamar la atención de su hermano menor.

—Maldición, Jimin —alza su voz la chica.

—Cuida tú boca —la regaña el castaño, molesto.

—Ven acá —Sana se acerca a su hermano y lo toma de su antebrazo. —Ponte de pie —tira del brazo de su hermano con fuerza y lo obliga a ponerse de pie.

—Sana, no tengo ganas de hablar contigo —se queja el castaño.

—No hables sino quieres, solo tengo que hacer que veas esto —dice la chica, entrando a la única habitación del pequeño cuarto que su padre renta.

—Siéntate —le pide Sana.

Jimin realiza un chasquido con su boca, observa a su padre bajo el umbral de la puerta de su habitación con sus brazos cruzados, y solo la presencia de su padre le da seguridad, toma asiento y lleva sus manos hasta sus muslos, golpeteando su piel de forma nerviosa.

Sana enciende la cámara y retrocede el vídeo nuevamente, cuando llega a la parte inicial le extiende la cámara a su hermano menor.

—Tómala —le pide Sana.

El castaño niega. La chica mira a su padre frustrada en busca de ayuda.

—Cógela, Jimin —le ordena su padre, entrando a la habitación.

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