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Jungkook, se encuentra dentro de la camioneta esperando por Jimin. El menor baja a toda prisa las escaleras, se despide de Hope y Camile y sale de la casa del millonario.
—Gracias Mark —susurra el castaño, el gesto de abrirle la puerta trasera de la camioneta. —Me disculpo —dice Jimin, dirigiéndose a Jeon, el cual se halla en una conferencia por medio de una vídeo llamada dentro de la camioneta.

En la mayoría del trayecto al nuevo bar de Raven, Park se distrae escuchando las voces que salen de la bocina de la tableta del mayor, mientras mira hacia fuera a través de la ventanilla.

Jungkook, apaga la tableta cuando ha terminado, acomoda su saco y cierra sus ojos por unos momentos.

—Llegamos —anuncia el chófer.

El pelinegro, baja de la camioneta, Jimin se queda en silencio mientras se miran con el chófer de forma divertida.

—Vamos —escucha la voz de Jeon, luego de haberle abierto la puerta.

—Gracias Mark, nos vemos —se despide el castaño de su amigo. —¿Por qué ellos? —pregunta Jimin, sin formular bien la pregunta, señalando a los guardaespaldas frente a ellos.

—Porque soy yo —articula Jungkook, con una sonrisa ladina, ofreciéndole su brazo al castaño.

—Claro, había olvidado lo engreído que eres —espeta el chico, tomando el brazo de su esposo.

—Van a fotografiarnos —le hace saber el mayor, mientras caminan sobre una alfombra roja rodeada por fotógrafos.

—Porque eres tú —comenta Jimin, mirando a Jungkook mientras sonríe, haciendo sonreír de igual manera al pelinegro.

Luego de una incómoda sesión de fotos para Jimin, entran al bar, las miradas recaen sobre ellos, mientras ambos recorren el lugar recibiendo demostraciones de lo que se hace en cada sesión del bar.

—Es increíble —vocifera Jimin, mirando las mesas y sillas cómodas, en las que están los invitados de lujo de su esposo. —Todo luce genial —continúa el menor, halagando el nuevo bar que su esposo millonario ha abierto.

—¿Qué quieres hacer? —le pregunta Jungkook, deshaciéndose del agarre de Jimin de su brazo, para rodear la cintura del castaño y acercarlo más a él.

—Comer, tengo hambre —contesta entre risas nerviosas el menor.

—Ok, entonces vamos por algo de comer —habla el pelinegro, encaminando a Jimin hasta una de las mesas en las que el chef cocina frente a los clientes. —Por cierto —susurra Jeon, mientras Park toma siento. —Te ves hermoso —lo elogia, haciendo que las mejillas de Jimin se pongan de un tono color rosa y sus manos heladas.

—Gracias, tú también te ves guapo —admite el castaño.

Sin saber el remolino de emociones que ese simple comentario causa en el corazón y sentimientos del millonario.

El mayor, acerca su rostro al del menor, cuando ya ambos se encuentran sentados uno al lado del otro.

—¿Vas a besarme o qué? —lo cuestiona Jimin.

—Claro que lo haré —afirma el millonario, llevando su mirada hasta los labios regordetes de su esposo.

—Raven, los accionistas esperan —interrumpe Joy.

—Genial, siempre tan oportuna —habla el castaño, girando el banco en que se encuentra para ver a la pelinegra.

—Voy enseguida —espeta Jeon con seriedad.

Gira el banco en el que Jimin se encuentra y besa los labios del castaño tomándolo desprevenido.

—Volveré pronto —murmura sobre los belfos de Park.

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