—No olvides la corbata —le recuerda el castaño, acercándose al pelinegro.
Jungkook, alza su vista mientras termina de atarse las agujetas de sus zapatos de vestir color café.—Ven acá —le pide el mayor, tomando la mano del chico, evitando que lo deje solo en la habitación.
Jimin sonríe, extiende sus brazos, eleva el cuello de la camisa de Jeon y le coloca la corbata.
—Voy arrugar tu pantalón —espeta el castaño, concentrado en realizar el nudo a la corbata de Raven.
—No importa —susurra Jungkook, dejando besos sobre el cuello de Jimin.
—Quieres detenerte, por favor, estoy intentando arreglar el nudo de tu corbata —lo reta el menor.
—No puedo —habla sobre la piel del cuello de Park. —Y lo más importante, no quiero —dice el pelinegro, llevando su mano derecha al rostro del castaño.
—Jungkook —lo llama el chico.
—Solo un beso —habla en voz baja y coqueta el millonario.
—Siempre dices lo mismo, y lue… —el menor es interrumpido por la boca del pelinegro que se posa de forma lenta y sensual, sobre los belfos del castaño.
Jimin había evitado a toda costa el tocar el tema de la confesión de Raven, hace más de una semana. Intentaba mantenerse al margen y continuar con sus planes, aunque no niega que su millonario esposo de mentiras es demasiado atractivo y sexi, le encantan sus besos. La forma en la que sus caricias le hacen olvidar todas sus preocupaciones principales, pero no puede corresponderlo de la misma manera sentimental, no de la manera en la que Jungkook lo hace.
Actuaría como siempre lo hacía con sus compradores o sus alquiladores, no podía arriesgarse a dejarse llevar por sus sentimientos. Es la vida real, no una estúpida película en la cual, el millonario se enamora verdaderamente del chico que ha comprado para obtener una empresa y la custodia completa de su sobrina.
—Dijiste solo un beso —le recalca con voz agitada el menor, sobre los labios delgados del mayor.
Dos toques se escuchan en la puerta de la habitación, Jimin se aleja de Jungkook, y lo mira fijamente.
—Detente —lo señala, intentando recobrar el aliento.
—Buenos días, Joven Raven. La señorita Roxanne, de servicio social se encuentra en la sala —les informa la sirvienta.
—Vamos en seguida —alza su voz Jimin, levantándose del regazo de Raven. —Date prisa —le pide al pelinegro.
El millonario se pone de pie luego de ver salir al chico de la habitación, toma su saco y alcanza a Jimin en las escaleras. Hope, mira a su tío y extiende sus bracitos en su dirección.
El menor sonríe al ver que Jungkook, ya no protesta por tomar en brazos a su sobrina, toma el saco del mayor luego que ha tomado a la rubia.
—Buenos días —saluda el castaño a la trabajadora social.
—Señor Raven —saluda castaña, mirando al millonario.
—Roxanne —articula Jungkook, tomando asiento en el sillón más grande al lado de Jimin.
—Saluda, Hope —le pide el chico a la pequeña.
—O-a —dice la niña, haciendo reír a la trabajadora social.
—Jimin y Jungkook. ¿Verdad? —habla la castaña, sacando de su cartera una carpeta.
—Sí —responde el menor, nervioso.
—¿Cómo se siente, Jimin? —pregunta la mujer al chico.
—Bien, muy bien, gracias por preguntar —responde el castaño.
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RAVEN
RomansaJeon Jungkook, dueño de restaurantes y bares de toda Inglaterra, se ve en un extraño aprieto luego de que su hermana, la cual, deja a su cargo a su hija. Todo empeora cuando se da cuenta que para adquirir la empresa de seguridad de su abuelo y la cu...