• EL TRATO • | Mitake | [Finalizado]

• Capítulo 37 | Sospecha •

Toda la noche Izana no dejó a Kakucho, lo seguía a dónde iba, no le quitaba los ojos de encima. Era como su propia sombra.

¿Acaso tendrá una ligera sospecha que quiere proteger a Takemichi?. ¿Lo ha descubierto?. ¿Es por eso qué no le contó con detalle sobre su plan, porque sabe que se lo dirá al ojiazul?. ¿Es por eso que no para de perseguirlo?.

Muchas preguntas se hace en su cabeza, pero no halla ninguna respuesta que le resuelva esa inquietante duda.

Kakucho no mentira, si tiene un poco de miedo. No quiere que el peliblanco lo vea como un enemigo. Aunque sinceramente siente que si se lo merece porque se lo ha buscado, en "traicionarlo".

Si tan solo comprendiera que no lo hace para perjudicarlo. Ya no quiere que Izana siga matando gente inocente y la montaña de cadáveres siga creciendo bajo sus pies. Pero todo por esa maldita obsesión de querer retener a su hermano Manjiro, con él, lo tiene controlado y con una gruesa tela de ambición en los ojos.

La locura lo ha llevado tan lejos, que parece que se ha perdido.

Ahora, solo está esperando el más mínimo descuido del ojimorado, para comunicarse con Sanzu.

[...]

Al siguiente día.

Todo transcurría con normalidad para Takemichi y Mikey; levantarse, tomar una ducha, desayunar y reirse, el provocante era el ojinegro, y era porque le encanta mucho ver la sonrisa del menor. Había un agradable ambiente en el lugar.

De tan solo estar enfocados en eso, se olvidaron el asunto del trato anulado.

Parece ser que ya no era de importancia. Solo el amor y la felicidad cuenta en la relación, y nada más.

— Estoy tan aburrido. Ya ni siquiera se me ocurre ha que lugar podemos ir para distraernos. — bufo el mayor

Los dos pelinegros permanecían mirando la televisión. Pero al escuchar el ligero reclamo del ojinegro, Takemichi llevó su mirada hacia él.

— No te pongas así, Mikey-kun. No tengo ningún problema si nos quedamos en casa. — habló el ojiazul, intentando calmar al contrario — Más tarde se nos ocurrirá que hacer. — opinó con una sonrisa

— Creo que tienes razón. — se recargó en el hombro del menor — Takemitchy.

— ¿Qué pasa, Mikey-kun?. — preguntó algo curioso

— Quiero pedirte que no le digas a nadie de la anulación del trato, ¿Sí?. Ni siquiera Sanzu lo debe saber.

— ¿Y por qué?. — se sorprendió por la petición del mayor