• Capítulo 7 | Una noche agitada •

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Takemichi se fue tranquilo a otra habitación, aún analizando el ahora comportamiento amable que le daba Manjirou

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Takemichi se fue tranquilo a otra habitación, aún analizando el ahora comportamiento amable que le daba Manjirou.

¿Se tratará de una trama de ese hombre? Sí, definitivamente es una trampa del ojinegro.

El chico de ojos azules no piensa confiar en ningún acto que haga Mikey, por él. No caerá en ninguna acción hecha por ese hombre.

Sabe cómo son esos desagradables mafiosos, les gusta jugar con sus víctimas antes de acabarlas. Y prácticamente Takemichi se siente como una "presa" siendo acechado por su "cazador". Pero no piensa permitirle a ese tipo que haga lo que él quiera, si ha podido defenderse y desafiar a otros mafiosos, no le será difícil hacer lo mismo con la persona la cual está ahora.

Al llegar a la habitación, Takemichi cerró con seguro la puerta, pero al no sentirse confiado y tranquilo, pensando que el ojinegro puede volver a patear la puerta para abrirla, decidió poner un mueble para bloquear la entrada.

Así le será difícil que entre. Además, si llegará a suceder lo mismo que en la anterior habitación el sonido que provocarían tanto por el impacto que daría Manjirou y el de las maderas romperse, alertarían de inmediato a Takemichi, así él lograría escapar o tomar cualquier objeto para defenderse.

En el cuarto de baño, Takemichi ya se encontraba. Comenzó a quitarse la ropa que trae puesta para meterse a la bañera y darse un buen baño que le ayudará a descansar todo el cuerpo.

El agua que caía desde la regadera hasta Takemichi, le era agradable, era algo que ya le exigía su cuerpo, después de esos días que no la pasó muy bien.

Al terminar de ducharse, tomó una bata de baño para cubrir su desnudes y secar su cuerpo.

Salió del cuarto de baño, y se acercó hasta la cama, donde había dejado la ropa que por el momento Manjirou le prestó.

La miró por unos segundos.

Soltando un suspiro, decidió ponerse las prendas. Aunque eso le incomodaba, ya que era ropa ajena y no propia, y más porque es del mafioso que le desagrada. Bueno... ¿Cuando un mafioso le ha caído bien? Nunca y ninguno.

Más forzado se puso cada prenda que le fue prestada por el ojinegro. Era una pijama que le quedó.

Si fuera por Takemichi, no usaría esa ropa, pero lo hace para poder cubrirse y no quedarse desnudo todo el día.

No le incómodaria usar la ropa que traía puesta anteriormente, pero ya estaba sucia por el olor a sudor.

Con un gesto serio solo miraba la ropa que traía puesta. Hasta que su vista la llevo hacia la entrada de la habitación por unos toques que daban en la puerta.

— Estaré fuera por unas horas, pero intentaré no tardar mucho. — avisó Manjirou, quien estaba atrás de la puerta — No intentes escapar, te recuerdo que estamos en lo más alto de un edificio. Además, los guardaespaldas se encuentran afuera del penthouse, se quedarán vigilando. — su voz se escuchaba medio divertida

• EL TRATO •   | Mitake | [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora