• Epílogo •

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Han pasado dos meses desde que Takemichi y Mikey se casaron y comenzaron a vivir juntos en un pequeño apartamento, apto y cómodo para dos personas

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Han pasado dos meses desde que Takemichi y Mikey se casaron y comenzaron a vivir juntos en un pequeño apartamento, apto y cómodo para dos personas. Aunque su hermana Emma le dijo a Manjiro que podían quedarse a vivir en la casa donde crecieron, ambos pelinegros se negaron, ya que no querían interrumpir la privacidad de la pareja y de sus hijos. Aparte que ellos también necesitan su espacio propio.

Llevan una vida tranquila, sin correr algún riegos, ni tener que preocuparse al punto de temer por sus vidas.

El amanecer estaba llegando; el canto de las aves son sonoras por las calles. Las personas salían a realizar sus actividades y otras para descansar de todo el trabajo que tuvieron en la semana.

Los rayos del sol traspasaban las delgadas cortinas de la habitación, chocando en el rostro de Manjiro, quien aún se encontraba dormido.

Hizo algunos gestos de molestia por la luz que atravesaba su ventana. Lo único que pudo hacer es cubrirse con las sábanas para seguir con su descanso.

Mientras que a lado de la cama, también se encontraba Takemichi descansando, pero al escuchar que ha comenzado un nuevo día, no dudo en despertar; lentamente abrió sus ojos y empezo a levantarse, mientras estiraba su cuerpo.

Se quedo algunos segundos sentado en el colchón, para colocarse su pantuflas.

Volteo a su lado contrario para ver a Mikey, quien seguía con su intento de ocultarse de la luz de día.

Delicadamente, se subio de nuevo a la cama y gateo para acercarse al pelinegro y moverlo un poco.

— Mikey-kun, es hora de levantarse. — anunció Takemichi en un tono suave; Sin embargo, su llamado no fue contestado — Mikey-kun, ya despierta. — insistía mientras seguía moviendo al mayor

De un movimiento rápido, Manjiro coloco sus manos alrededor de la cintura del ojiazul y lo subio encima de él.

Aquel acto hizo que el menor se pusiera nervioso; sus mejillas ardían y sus ritmos cardíacos aumentaron.

— Es muy temprano. Mejor sigamos durmiendo hasta más tarde. — opinó adormilado — Recuerda que es fin de semana y no tenemos que ir a trabajar.

Takemichi aún sigue conservando su trabajo en la tienda de DVD'S. Mientras que Mikey empezó a trabajar en la tienda de motos, dónde su amigo Ken-chin es el dueño.

— No podemos. Le prometimos a Emma-chan y Draken-kun que cuidaremos de sus hijos. — informó

— Es verdad, se me había olvidado. — suspiró

— Vamos a levantarnos. Tenemos que cambiarnos de ropa y preparar el desayuno. — comentó Takemichi

Aunque le haya recordado que ese día deben cuidar de sus sobrinos, el ojinegro no lo solto. Fue todo lo contrario, apreto más el agarre en la cintura del azabache.

• EL TRATO •   | Mitake | [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora