• Capítulo 48 | Incidente •

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Haruchiyo, con una expresión de frustración en su rostro y su mano temblorosa cuya cargaba la pistola, seguía apunto a Takemichi, quien al ver la acción que está haciendo el contrario, solo lo miraba medio confuso

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Haruchiyo, con una expresión de frustración en su rostro y su mano temblorosa cuya cargaba la pistola, seguía apunto a Takemichi, quien al ver la acción que está haciendo el contrario, solo lo miraba medio confuso.

El silencio se apodero de aquel sitio, el único sonido eran las pequeñas olas chocando contra las rocas.

El ambiente era incómodo, pero a la vez decepcionante.

El menor esta seguro de quién está detrás de todo eso, quien ha sido el responsable de incitar a Sanzu, para que cometa un crímen.

Después de guardar silencio, el ojiazul decidió hablar.

— Te mandó Izana, ¿No?. — preguntó. Miró hacia enfrente otra vez, para no seguirle mirando la cara al más alto

Apretando los dientes y la empuñadura de su arma, por fin se decidió hablar el pelirosa.

— Izana... me dijo que hiciera esto... por el bien de Mikey. — respondió. Se le formó un nudo en la garganta, que le impedía hablar sin que tuviera alguna dificultad

— Y lo harás, ¿Verdad?. — comentó el azabache — Entiendo. — entrecerró sus ojos, no se mostraba con miedo. Parece que se ha dado por vencido

— ¿Entiendes?. — expresó sorprendido el pelirosa — ¿¡Qué carajos es lo que entiendes!?. — gruñó

No comprende porque ha dicho eso el chico. ¿Qué está tratando de decir?.

— Que después de todo... nunca lograré encontrar la felicidad permaneciendo cerca de Mikey-kun. O sería viseversa... Mikey-kun nunca encontrará la felicidad que él desea. Mientras este cerca su hermano, la infelicidad y la desgracia siempre estará detrás de él. — expresó un poco decaído — Y será su tormento.

Sanzu hizo un gesto de desagrado en su rostro, mientras había agachado la mirada, pero sin dejar de apuntar al ojiazul.

— Antes que me dispares, quiero pedirte algo, Sanzu-kun. — apesar de estar a punto de morir, no pudo evitar sonreír. Sus ojos azules se cristalizaron por las lágrimas que en cualquier momento se desbordarían. Volteó a ver al más alto, quien al ver la expresión delicada que tiene el menor, no pudo evitar asombrarse — Quiero que cuides muy bien de Mikey-kun, por favor. — suplicó. Comprende las consecuencias que traerá su muerte, pero sabe que puede contar con Haruchiyo, para que pueda cuidar del ojinegro

El pelirosa sintió un fuerte dolor en su corazón. Sentía como le fue destruido con tan solo escuchar esas palabras del menor, que fueron como cuchillas clavándose en su pecho.

¡No digas estupideces!. — exclamó desesperado — ¿Acaso... ¡Acaso crees que haré este acto tan cobarde y repugnante!?.

Takemichi abrió sus ojos llenos de sorpresa. No entendía porque decía eso el más alto, si ahora mismo lo esta apuntando con una pistola y esta dispuesto a matarlo, ¿No?.

• EL TRATO •   | Mitake | [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora