OFFICE 2 (Omegaverse)

Domingo

Por fin llegó el domingo y después de tanto trabajo y las propuestas de la pareja, Louis estaba libre. Se esforzó para acabar lo más rápido posible y regresar con su manada.

Ahora más feliz que nunca, conducía a su departamento, par a poder empacar y progamar el vuelo a Venecia. No le a dicho a Harry que regresará más temprano, quiere que sea sorpresa, pues este piensa que regresará lunes por la mañana.

Bajo del auto casi dando saltos, entro a el edificio y subió escalera arriba a su departamento...

Pero cuando entro a el pasillo. Observo a alguien que jamás pensó mirar de nuevo.

— ¿Padre?— parpadeo perplejo cuando el hombre, que se encontraba recargado sobre su puerta asintio.

Seguia igual de como lo recuerda, desgastado y viejo.

—¿Que haces aquí?— pregunto con agresividad. Caminando a el sin notar que su cuerpo había comenzado a temblar.

— Esperaba hablar contigo —

— Ni en tus sueños viejo— gruño abriendo su departamento para entrar y justo cuando iba a cerrar la puerta, el pie de el hombre detuvo el acto.

— Vengo hacer las pases—

Ahora se encontraba sentado en su pequeña mesa, con el hombre anciano frente a el.

— ¿piensas invitar algo de beber?— pregunto el hombre.

— Piensas en decirme de una vez ¿Que haces aquí?— contesto Louis sin dejar el contacto visual.

El hombre soltó un suspiro antes de comenzar — Louis no sabemos nada de ti en años. Cuando saliste de casa siendo un adolescente, creímos que regresarias—

— Tenía Dieciséis Padre, un niño que no sabía nada del puto mundo exterior, me corrieron— Louis no entiende como es que su padre se atrevió aparecer después de toda la mierda que hizo.

— Louis estoy aquí por qué tú Madre y hermanas quieren verte—

El ojiazul levanto una ceja antes de soltar una risa amarga. Su familia quería verlo; No su padre.

— Si claro y crees que voy a ir así por qué si. No quiero pelear y tampoco tengo ganas de que me ofendan por qué me gustan los alfas—

Al decir aquello el hombre hizo una mueca, sin embargo no dijo nada al respecto.

— ellas se enteraron de tu... Eso con el abogado ese— hizo un gesto de asco.

— Mi matrimonio con Harry. No están difícil decirlo Padre— gruño con molestia manteniendo siempre su pose a la defensiva aún que el aroma de ese alfa era demasiado fuerte.

— Se enteraron también de tu supuesta hija—

Louis quería golpearlo tan fuerte. No le gusta que hablen así de su manada.

— Ellas quieren conocer a tu —

Suspiro cansado — A mi manada, es mi manada Padre, quieras o no—

— Vine a  invitarte a una cena en casa de Madre— dijo el hombre ignorando lo dicho por su hijo.

— No voy a ir— dijo con rapidez. No quiere saber nada de ellos después de lo que hicieron.

— Ya no queremos seguir en guerra contigo —

Louis lo pensó un poco.

— ¿Cuando? Hoy no se puede, mi familia no está aquí. Los lleve lejos de este lugar para protegerlos de personas como ustedes—  escupió las palabras sintiendo su estómago remover por el asqueroso aroma a alfa viejo.

— Sería el Martes, puedes venir solo o con tu familia—

Louis suspiro al observar como a el hombre le costaba trabajo pronunciar las palabras.

— No se si llevar a mi manada. Ustedes no son buenas personas —

— Tienes tiempo para pensarlo—

•••

Llegando a Venecia. Louis camino a casa, era de noche y todo se encontraba oscuro, solo pequeñas lámparas adornaban las calles.

Se sentó fuera de la puerta, encendiendo un cigarrillo, recordando lo sucedido con sus padres.

Recuerdos de Louis adolescente.

— La mano Louis — ordenó el hombre.

El pobre chico estiró su mano con tanto temor pero fingiendo no sentir dolor. El poro totalmente encendido en rojo vivo, fue puesto sobre su piel, molio sus dientes con fuerza mientras una sonrisa se encontraba en su rostro.

— Eso es Louis, estás aprendiendo hacer un alfa de verdad. Espero y con esto se te olvide la estupidez de que te gusta tu amigo—

El chico asistió mientras una lágrima silenciosa caía sobre su mejilla. Louis ya estaba harto de siempre recibir quemaduras, ya no quiere dejar de comer solo por qué puede engordar y arruinar su cuerpo de Alfa.

Louis no quiere acostarse con esa Omega.

— Cura tu quemadura y prepárate para el lazo. Enviaré a preparar la habitación —

Louis paso grueso, miro a su padre y dijo — No voy a decepcionarlo —

Esa noche Louis no logro acostarse con la Omega, su lobo salió pero la chica solo se burló de él, haciendo  sentir a un pequeño Wiliam el lobo más asqueroso del mundo.

Su padre se enteró y como castigo, recibió la paliza más grotesca de su vida.

—Es una mierda— gruño lanzando la colilla de cigarro.

Se colocó de pie, tomo su maleta y entro a su hogar. Camino en silencio a su habitación. Su alfa se encontraba dormido, junto a un pequeño cachorro a su lado derecho.

Sonrió al mirar la nariz de Harry comenzar a olfatear aún estando dormido.

— Si soy yo Edward, no despiertes a Harry— dijo quitando sus zapatos al igual que su ropa. Solo uso su pijama y se adentro a la cama, abrazando a Harry cómo la cuchara pequeña.

—¿Uhm? Lou?—

El alfa dejo un beso en la nuca de su esposo respirando el aroma a vino tinto, tan delicioso que lo tranquilizó de inmediato.

— Duerme amor, mañana hablamos —susurro frotando su nariz en la ancha espalda, el aroma familiar de su destinado lo hizo adormecer.

— te extrañe—

Su corazón dió un brinco al escuchar las palabras, sin embargo seguía adormilado.

—yo también amor, pero ya estoy aquí, no te preocupes y duerme— beso la espalda mientras cruzaba sus piernas con las de Harry.

— bien... Te amo— susurro el rizado, no abría sus ojos, pero escucho desde que abrió la puerta a Louis.

— También te amo Sun—

Louis cayo profundamente dormido, tranquilo por estar con su manada pero inquieto por lo que pasará mañana.