auto

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— Wiliam por el amor de la luna, ponte los pantalones—

El pequeño lobo solo saco la lengua de forma molesta. Harry gruño al verlo por el retrovisor.

Faltaba mucho camino para llegar a su destino, pero Wiliam no podía esperar, la calentura paso y llegó la excitación junto a las ganas feroces de sentir placer.

El lobo venía en la parte de atrás, para no ser visto por oficiales cuando esté quisiera tocarse...

Como ahora.

— ¡Alfa!—

— ¡Lobo!— grito solo para molestar, pero el pequeño Wiliam enloqueció.

— ¡parar! ¡Tener calor! ¡Ayudarme! ¡Alfa!— grito con molestia dando saltos en los asientos traseros.

Harry lo miro por el espejo y siguió su camino, claro que quiere tomar a ese alfa y dejarlo sin caminar.

Pero debe conducir un largo camino.

— Tocate cómo te enseñe—

— ¡Alfa! ¡Yo no querer tocar!—

Harry buffo de frustración, su alfa necesita ayuda y el no puede hacerlo por manejar. No habían comido nada y seguramente la pancita de su lobo duele por el celo y por hambre.

Entonces recordó algo de la noche de ayer.

—tengo un regalo para ti. Pero si lo quieres, debes comer un paquete de galletas y tú botella de leche sabor a fresa ¿De acuerdo?— 

El pequeño lobo asintió. Solo por qué quiere un regalo y no por tener hambre.

Cuando Wiliam comenzó a comer su desayuno, Harry respiro más tranquilo, sin embargo aún no entendía cómo va ayudar a darle placer.

— Ayer por la noche pase a una tienda, quería sentirte pero también divertirme.... Y compré algo que era para mí, pero ahora es tuyo—

William no le dio importancia a lo dicho por su alfa, solo comía en silencio. Aún que se sentía incómodo por las ganas de sentir algo.

— Ya ¡Alfa ya comer! ¡Regalo!—

Harry se aseguró de que el lobo se allá comido toda la merienda, así que sin dejar de ver el frente abrió la guantera y saco de ahí un bonito vibrador color rosa en forma de pene.

Es ocasiones de emergencia, está era la mejor opción.

Por suerte las ventanas de atrás están polarizadas, por lo tanto no pueden ver a Wiliam.

— ¡Yupiii!— Wiliam grito emocionado quitando el objeto de las manos de Harry, quien no estaba muy de acuerdo que su lobito lo hiciera con ese plástico, pero ahora no puede ayudarlo.

— Necesito que juegues, no termines, solo juega ¿De acuerdo?—

El pequeño lobo asintió acercando sus labios a su alfa en forma de trompita.

— Darme un besito—

Harry sabe lo mucho que Wiliam ama los pequeños besos, así que en un semáforo, giro y beso a su lobo sin mucha rapidez.

— Portate bien que puedes tener recompensas—

El pequeño asintió con esa sonrisa de labios adorable que solo hace a Harry suspirar enamorado.

Entonces sintió algo removerce en su pecho.

Edward.

Quién está muy molesto por qué Wiliam va hacerlo con un vibrador y no con el.

Lobo lobo, mi lobo

Harry suspiro, Edward es un maldito celoso, pero no sabe controlar las cosas como lo está haciendo el. Así que va a ignorarlo.

— Harry—

El mencionado lo miro desde el retrovisor, observo a su esposo sin pantalones con las piernas abiertas y sus manos a los costados.
Paso grueso mientras sus manos sujetaban con fuerza el volante.

— Querer a mí lobo—

Entonces el Alfa miro de nuevo a la carretera.

— ¡Alfa! ¡Querer a Edward!—

El camino fue largo, lo único que escuchaba Harry, era como su lobo se daba placer y el maldito sonido del vibrador, las súplicas de Wiliam torturaban sus oídos.

Por suerte llegaron.

Harry salió del auto, abrió la puerta de la casa y corrió por su lobo. Pero entonces noto que autos lo siguieron, asustado abrió el auto para llevarse a Wiliam.

— Mierda William ponte un puto pantalón —

El lobo que se encontraba rojizo cómo un tomate, cabellitos despeinados y ojos grandes, comenzó a llorar. Harry jamás le dice palabras feas.

— No llores, amor esto es importante, tu aroma es delicioso y ahora hay alfas o no se que raza sean, pero están llegando aqui. Debo protegerte—

El pequeño lobo solo puso su pantalón de pijama y tomo su juguete, Harry lo tomo en brazos y por fin respiro tranquilo, entro a casa y cerro está con llave.

Si alguien se atrevía a entrar le iría muy mal, Edward estaba listo para asesinar a quien sea, con tal de proteger a Wiliam.

— Joder que ese camino fue una tortura— dijo subiendo las escaleras, sintiendo a su lobo seguir llorando pero la erección de este tocando su pecho.

— Ya bebé, no llores voy a recompensarlo—

Dejó a el lobo sobre la cama, mientras el se sentaba a un lado, intentando respirar tranquilo después de tremenda locura.

Wiliam lo miro y comenzó acercarse, frotando su cabeza como si de un gatito se tratase.

— Deja ese juguete, voy hacer que veas estrellas—

Wiliam sonrió emocionado dando brinquitos y quitando su pantalón.
Harry sonrió mirando a su lobito con ternura, es una cosita adorable, le parece hermoso que Louis sea un bloque de hielo dominante y Will todo lo contrario.

Ocurre lo mismo con el, sabe que Edward es un loco demente agresivo.

— Alfa ¿traer a Edward?— pregunto el lobo ladiando la cabeza.

Harry dejó de sonreír.

— ¿Quieres que te folle Edward y no yo? Muy mal Wiliam —

El pequeño negó abrazando a su alfa. Pidiendo perdón.

—Es broma chiquito. Traeré a Edward, pero después, ahora soy yo quien quiere ayudar ¿Vale?—

Wiliam asintió, ya no podía hablar o seguramente un gemido le saldría de sus bonitos labios.

— Te amo Wiliam — murmuró una vez que observo el cuerpo desnudo frente a el.

—¡amar! ¡amar!—


OFFICE 2 (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora