CAPÍTULO 21

1.2K 129 5
                                    

POV DIANE

Mi espalda chocó contra la pared la mansión. Habíamos salido del local corriendo, desesperadas como dos adolescentes hormonales. Un gemido salió de mi boca, por culpa del impacto e inmediatamente fue cayado por los ansiosos labios de Selene que invadían mi boca con un embriagador y delicioso sabor a cereza.

Sus labios se movían al compás que los míos. En un abrir y cerrar de ojos, me elevó consiguiendo que mis piernas se enredaran en sus caderas, para luego volver a recostarme con fuerza contra la pared de la entrada.

Esto me pasaría factura después.

Sus besos, hambrientos por más, descendieron de mi mandíbula hasta mi cuello, que me hizo arquear la espalda y temblar de placer.

–¡Las habitaciones están para algo! –exclamó Alexandra con fingido horror desde la cocina, causando tanto su hermana como yo, volviésemos a la realidad.

La realidad en la que ella era mi secuestradora y yo su prisionera, la cual se había dejado llevar por un momento de lujuria.

Ella me bajó de sus caderas y me separé de ella como si de fuego se tratase.

–¿He interrumpido algo? –preguntó con una sonrisa traviesa combinada con la misma malicia que compartía con su hermana, incrustada en la mirada.

Sí.

–Sí. –espetó Selene, molesta.

Sonreí.

–Agradece que haya sido yo la que os ha visto, en vez de Max.

–Tampoco hubiese sido gran diferencia. Nos hubiese interrumpido igual. –dijo Selene con indiferencia. 

Rodé los ojos y Alexandra nos miró divertidas.

–Bueno yo me voy, he quedado con el jefe de los Malcom.

–¿El niño de ojos bonitos? –dijo Selene, moviendo las cejas, causando que su hermana rodase los ojos.

–Con él y con su hermano, al parecer están de acuerdo con nosotras sobre el proyecto metrópoli.

¿Proyecto metrópoli?

Mis sentidos como agente se pusieron alerta. Al parecer Selene se dio cuenta, ya que iba a decir algo, pero se calló. Alexandra al ver que su hermana no agregaba más, se despidió de nosotras. Antes de salir, buscó algo en su bolso y me lo lanzó.

–Pasarlo bien. –exclamó guiñándonos un ojo.

Abrí mi mano y vi un sobre cuadrado y plateado. Abrí la boca en forma de O por la sorpresa.

Selene me lo quitó entre las manos y entre besos y caricias nos fuimos a su habitación. La morena me tiró a la cama y se subió a horcajadas encima de mí.

–¿Por dónde íbamos? –preguntó con una sonrisa maliciosa.

TATUAJES DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora