CAPÍTULO 37

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NOTA: Antes de comenzar me gustaría agradecer a @laydyyuri  y a @alee_em07 por apoyar esta historia desde el principio y por ello, le dedico el capítulo que más me ha gustado escribir hasta ahora.

Ahora sí, prosigamos...

POV DIANE

Ya era por la tarde, iba a ducharme cuando vi a Selene, quien acababa de salir de la duchar y estaba echándose crema hidratante desde los tobillos hasta los muslos. 

Mordí mi labio inferior.

Malditas hormonas.

Me acerqué a ella y coloqué mis manos sobre su cintura y respiré su olor. Olía bien.

–Hueles bien. –dije respirando su olor de nuevo. Era aditivo. Una especie de olor a vainilla, pero menos empalagoso.

–Me acabo de duchar. –ronroneó girando un poco su cabeza sonriéndome de lado.

—Lo sé.

Asentí e hice una breve pausa besando su mejilla. Selene se quedó estática en su lugar, como si no se lo hubiese esperado.

–Aunque no me has esperado. –me quejé formando un puchero y ojitos de cordero.

–Eso es porque si nos bañamos juntas llegaríamos tarde a la gala.

–Así destacaríamos más. –dije causando que ella se diese la vuelta, posando sus labios sobre los míos. Coloqué una de mis manos en su cuello, intensificando el beso.

–No, no, señorita. –negó, empujándome hasta el lavabo y arrinconándome entre sus brazos. Me removí ansiosa y mordí mi labio inferior. –No me vas a engatusar con tus truquitos de seducción y llegaremos puntuales.

–Hablas como toda una madre, riñendo a sus hijos. –la reproché.

–Y tú como una niña caprichosa e inoportuna.

–A las niñas caprichosas e inoportunas se las castiga. –dije sonriendo como un angelito.

Selene abrió la boca en forma de o para luego sonreír con picardía.

–Mi Sladkaya Diana no es tan inocente, como pensaba. –canturreó Selene para luego besarme con pasión y seductoramente mordió mi labio inferior y tiró de él. Me subió a la mesilla y se abrió paso entre mis piernas. Solté un suspiro cuando sus labios rozaron mi cuello.

–Creo que voy a tener que embarazarte más veces. –susurró en mi oído, creando que todos los vellos de la nuca se me erizaran.

[...]

Salimos de la ducha con una sonrisa tonta plasmada en nuestros labios y comencé a vestirme bajo la atenta mirada de Selene. En ese momento, Alexandra entró en busca de unas joyas de su hermana. Nos miró de arriba abajo y rodó los ojos.

–¿Podéis disimular un poco? Algunos en esta casa son menores de edad y otros no tenemos la suerte de tener pareja.

–¿Celosa? –inquirió su hermana mayor con una sonrisita de angelito.

–No, más bien asqueada. Ahora no podré usar ese baño porque no sé qué habéis hecho ahí dentro. –vi las intenciones de Selene a punto de abrir la boca para soltar cualquier barbaridad que se le estuviese pasando por la cabeza, y al parecer, su hermana también lo notó, ya que la cayó de inmediato. –y prefiero vivir en la ignorancia. Tú señorita –dijo apuntando a su hermana, —deja de babear y vístete. No pienso llegar tarde por vuestra falta de control sexual.

Selene y ella salieron a fuera y me dejaron cambiarme.

[...]

Terminé de vestirme y de retocarme el poco maquillaje que llevaba y salí al salón.

TATUAJES DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora